domingo, 22 de enero de 2017

MUNDO CRUEL, LUIS NEGRÓN



Se ve que tengo un principio de año poco constructivo.  Me gustaría decir algo agradable sobre los relatos de "Mundo cruel" de Luis Negrón, pero debo de tener el espíritu critico por las nubes. Estos cuentos venían envueltos en cierta aura. La faja afirma que es una espléndida colección de relatos sobre las variedades de la experiencia homosexual. Pero a mí solo me ha parecido una colección de relatos sobre las variedades de la experiencia homosexual. Creo que le sobra el espléndida. Los relatos no están mal, quiero decir, que tienen voluntad literaria, pero se quedan en eso; en la voluntad literaria. Monólogos intrascendentes que parten del tópico dan un salto en el vacío y se estrellan en el mas puro vacío. Fuegos de artificio. Alguno incluso bordea lo cursi sin aportar la suficiente distancia irónica. Hay un par de buenas ideas, pero poco más. Y un prólogo  laudatorio de Ignacio Echevarría que va de la página 9 a las 23. Teniendo en cuenta que el libro tiene 103 páginas con los agradecimientos y el índice y que incluye 9 relatos. Poca cosa, nimia. Poca cosa para el precio que cuesta. Le precede su fama. El libro se publicó en 2010. Que no me guste no significa nada. soy un simple lector que opina. La idea de "Mundo cruel" el relato que da titulo a la colección es buena, pero está desaprovechada. Del resto solo me ha interesado la historia de ese padre que quiere emigrar a Estados Unidos porque intuye que su hijo es gay y quiere darle al menos la posibilidad de vivir en un país donde pueda desarrollarse sin que le repriman. Contado así parece un chiste macabro. Pero es que por mucho virtuosismo que uno ponga es difícil trabajar con materiales de derribo y que te quede una casa funcionaL y decente. No todo el mundo puede ser Eduardo Mendicutti . Quizás esperaba demasiado de estos relatos y mi decepción ha sido proporcional a mi anhelo. 

viernes, 6 de enero de 2017

EL EDITOR DE LIBROS MICHAEL GRANDAGE


A veces tienes la sensación de que te gustaría salvar algo porque consideras que tiene suficientes virtudes para ser salvado, pero al mismo tiempo te invade la sensación contraria de que quizás sería mejor dejar que eso que te gustaría salvar permanezca en el olvido porque no llegó a estar a la altura de lo que esperabas de él. Algo así me sucede con "El editor de libros". Esperaba más mucho más de ella, dada mi fascinación por el tema que trata y por el autor Thomas Wolfe, el autor de "El ángel que nos mira". La película es correcta, pero ansías que hubiera sido algo más que correcta. El reparto es estupendo a pesar del desequilibrio que supone la actuación de Jude Law que casi contagia a Nicole Kidman, aunque no del todo. Lo que se cuenta es interesante y trascendente: el papel de manipulador del editor, de creador de una obra propia a partir de una obra ajena. ¿El editor poda el árbol plantado por el escritor o simplemente lo mutila? No es cuestión menor cuando se habla de derechos de autor y todas esas zarandajas. El problema es que la película es tan fría que no emociona ni siquiera cuando debe emocionar. Parece manufacturada en serie. Podemos creernos la pasión de los personajes, pero esta no se transmite en la pantalla. Ni la de Wolfe escribiendo ni la de su amante entregada incondicionalmente a él, ni la del editor por la obra del autor novel. Y una película de este tipo que no emocione es como un ramo de flores que carece de olor. Bello, pero innecesario. Eso sí, queda el marchito perfume de lo que hubiera podido ser esta historia en otras manos.