sábado, 12 de noviembre de 2016

ELLE PAUL VERHOEVEN


Nunca hay que vender la piel del lobo antes de haberlo cazado. Hace mucho tiempo que algunos críticos y bastantes espectadores pusilánimes daban por muerto y enterrado a Paul Verhoeven [Amsterdam, 1938], sobre todo a partir de Schowgirls [1995] Pero más de veinte años después de aquella película de la que yo guardo un buen recuerdo y tras tres o cuatro interesantes películas que pasaron con más pena que gloria, se descuelga con "Elle" una película que viene avalada por esa inmensa actriz todo terreno que es Isabelle Huppert [París, 1953] Una actriz impecable sea cual sea el papel que le toque en suerte y han sido muchos a lo largo de su extensa carrera desde los lejanos años setenta del siglo pasado. La lista de directores con los que ha trabajado es para cortar la respiración: Otto Preminger, Bertrand Blier, Bertrand Tavernier, Claude Gorretta, Claude Chabrol, André Techiné, Márta Mészáros,  Maurice Pialat, Jean Luc Godard, Michael Cinino, Mauro Bolognoni, Joseph Losey, Marco Ferreri, Diane Kurys, Paul Cox, Andrzej Wajda, Los hermanos Taviani, Oliver Assayas, Michael Haneke, Francois Ozon, Patrice Chéreau, Wes Anderson, o Brillante Mendoza. La Huppert, porque es como Hepburn, o como la Davis, o como la Moreau, es capaz de elevar por encima de la media el material en el que participa. Su actuación en "Elle" es brillante, pero dirigida por Verhoeven su interpretación adquiere unos matices inquietantes. Porque el personaje que interpreta Isabelle Huppert es una metáfora de un estado de ánimo, el de la sociedad actual, de una sociedad que se descompone y que posiblemente no asume que se descompone porque no comprende los motivos del desastre. La violación que sufre al principio de la película es la misma que sufrimos todos nosotros en la sociedad en la que vivimos. Claro que nuestra violación es silenciosa y asumida porque somos incapaces de ser críticos con el sistema. Es un acto atroz pero que la protagonista interioriza de la forma más práctica. Incluso es capaz de contarlo en público. La frialdad del personaje se relaciona directamente con su nivel de sofisticación. Es una mujer empresaria, culta e inteligente, elegante, que se ha forjado a sí misma, con una sexualidad abierta, ambigua e incluso masoquista. Su relación con el marido de su amiga, su flirteo abierto con el vecino casado y católico. La película no nos habla de  moral aunque el intento de denunciar al violador una vez que conoce su identidad `pueda parecerlo, sino que nos habla de la hipocresía social en una sociedad satisfecha de sí misma que prefiere ocultar las grietas que han aparecido en sus cimientos. Dime de dónde vienes y te diré hacia dónde vas. Dime de qué desastre provienes y te diré hacia qué abismo te acercas. En la película el pasado es ese padre asesino y esa madre manipuladora y dependiente a nivel emocional. El pasado es el horror, el presente es violencia y aunque el futuro se cierra melancólicamente sellando una amistad como en "Casablanca", es un  final ficticio. Un final para los espectadores que solo necesiten ir al cine a ver un thriller  elegante, sofisticado e inteligente como la protagonista, pero para los que interpreten la película como una disección de la sociedad actual - la novela negra es eso, el cine negro también debería serlo-, "Elle" es una amarga reflexión sobre cómo la sociedad actual se va al garete a pesar de las apariencias de brillante porvenir y bienestar. 

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