domingo, 26 de julio de 2015

EVERY THING WILL BE FINE, WIM WENDERS


Me gusta, no me gusta. Me disgusta, me gusta. todavía estoy deshojando la margarita con la última película del director alemán Wim Wenders [Düsseldorf, 1945] "Todo saldrá bien". Un escritor, un accidente, un niño muerto, la culpa, el perdón. La incapacidad para demostrar sentimientos. La capacidad, en cambio para poder llegar al lector. La contradicción implícita del ser humano. Un marco frío, con nieve. Unos personajes con los sentimientos agazapados. Silencios largos que terminan cansando. Un oído excepcional para colocar la música en las escenas adecuadas, aunque me parece que hay demasiada música en esta película. El estilo Wenders cada vez más pretencioso a partir de, pongamos por caso, "Cielo sobre Berlín" [1987] Pero claro, uno siempre espera volver a tropezarse con "París, Texas" [1984]. Quizá me sobre incluso la música de Ry Cooder, tan admirada entonces. Uno siempre espera volver a "El amigo americano"  [1977] o a "Alicia en las ciudades" [1974]. No a la media decepción de "El hombre de Chinatown" [1982] la falsa poesía de Wenders, esa nieve cayendo al ralentí. Ese cigarrillo que no se enciende. Esos paseos que no llevan a ninguna parte. Dotar de densidad a una historia que contada de una forma más simple quizá hubiese sido más efectiva. Pero no, hay que insistir en las ventanas y en los espejos y está Faulkner. Me cuesta entender a este escritor con éxito y vida interior atormentada. El problema es que tampoco me parece mal el método elegido para contar la historia. Es lo que ocurre cuando se narra una historia bien por escrito bien cinematográficamente, el narrador puede elegir entre múltiples posibilidades. Esto no suele ocurrir con la poesía. Solo hay una manera de escribir el poema. Solo una. El resto de las maneras son erróneas.  Wenders quiere narrar la historia de una forma poética, la suya, que aplicada a este tema puede no no sea la adecuada. Ya le pasó, y perdón por el juego, en la plúmbea "Cielo sobre Berlín". De la continuación mejor no hablar. Pues eso, una larga caída desde los tiempos de "Falso movimiento" [1974 ] o "El miedo del portero ante el penalti" [1971] ¿Dónde está la emoción? Claro que con lo que se exhibe por las carteleras veraniegas es casi un obra maestra. Qué hagan ustedes lo que mejor les parezca. Yo la vi completamente solo en sesión de 10.30 en una sala acondicionada por lo menos para trescientas personas. Un lujo.

sábado, 25 de julio de 2015

GRACIAS POR LA COMPAÑÍA LORRIE MOORE


No debería ser difícil escribir algo inteligente e interesante sobre Lorrie Moore [Glen Falls, 1957] y sin embargo resulta extremadamente complejo intentarlo siquiera. Soy un admirador incondicional de su prosa y leerla y releerla siempre es un placer con el plus añadido de esa ironía que roza el cinismo pero no cae en él, del todo. La salva cierta ternura y cierta piedad a hacia su personajes. Uno no sabe bien si algunos de esos personajes merecen esa piedad y esa ternura. Moore es una escritora que busca y encuentra, o al menos busca y necesita encontrar un lector inteligente; de lo contrario sus relatos serían simples relatos; prosa cáustica, cosa que no son. A Moore le gusta hablar de tú a tú con el lector. O de personaje a lector. Por mi biblioteca personal andan "Autoayuda" [2002], "El hospital de las ranas" [2004] y creo que también "Pájaros de América". El título original de esta colección de relatos es "Bark", pero aquí se ha preferido utilizar  una traducción libre del eslogan que lleva uno de los personajes escrito en su camiseta "thank you for having me". La portada con el perro en referencia al titulo original es impagable. Una buena asociación de ideas. Tan inteligente como los diálogos o los pensamientos de algunos  de estos personajes que aspiran a ser pareja perfecta, pero descubren que el amor es imperfecto, sobre todo en pareja y  sobre todo en los tiempos post atentados del 11-S o en la época de la invasión de Irak. Estos hechos son el sustrato en el que se desarrollan estas historia que la autora ha tardado en publicar; 16 años desde su anterior libro de relatos. La narración corta, o no tan corta -es una admiradora de Alice Munro- y, algunos relatos superan las cincuenta páginas, es el espacio natural de Lorrie Moore. historias de hombres y mujeres que presentan algún tipo de tara sentimental y dibujan un mapa entre jocoso y tragicómico de las contradicciones de pareja en Norteamérica. 8 historias sobre la decepción y la esperanza, sobre el amor y el desamor; la esperanza del desamor y la decepción del amor. Historia repletas de reflexiones atinadas, perspicaces y lúcidas. Algunos ejemplos: " Una mujer tiene que elegir su infelicidad particular con cuidado. Era la única felicidad de la vida: elegir la mejor infelicidad"; "La esperanza nunca es falsa. O siempre es falsa. Lo que sea. Sólo es esperanza"; "¡Ser negro es la forma más rápida y fácil de llegar a la Casa Blanca!"; "...tampoco es fácil ser un hombre. Tienes que gastar un montón de pasta en porno y, créeme, es dinero que nunca recuperas"; "La paciencia era un producto químico." Algunas frases hay que contextualizarlas. Es lo que ocurre con la siguiente. La pronuncia un anciano próximo a la muerte: "Compro poco, Nunca sabes cuánto tiempo te queda. Ni siquiera compro plátanos verdes. Eso es invertir con optimismo temerario en el futuro"; "Paradójicamente, la ignorancia preparaba el futuro autoconocimiento. La vida nunca era perfecta"; "El final del amor era una gran película de zombis"; "Quizá todo el mundo tenía su manera de prepararse para morir. La vida se encargaba de que estuvieras listo"; "La mutilación era un idioma. Y al revés"; "La vida no era una alegría encima de otra. Solo era la esperanza de menos dolor"; "La crueldad llega de forma natural a todo el mundo. Pero si uno está confuso, y hace calor, se desorienta todavía más."; "Si tienes impulsos suicidas y en realidad no te matas, coges fama de contradictorio"; "Cuanto más real era un secreto hermoso, menos hablabas de él"; "En realidad las personas son ovejas. Estúpidas como ovejas. En las ovejas, por lo menos una de ellas es siempre lista, y las demás apagan sus cerebros y la siguen"; "El rebaño es el organismo". Mi favorita: "A menos que tengas una vida de gran importancia, los remordimientos son estúpidos, billetes arrugados de un circo que ya se ha marchado de la ciudad"; "Parecía  espiritualmente importante ir a bodas; compensar los velatorios y los funerales. La gente no debía estar en el planeta sólo para llorar pérdidas". Otra de mis frases favoritas: "Si estás solo al nacer y solo al morir, absolutamente solo al morir, ¿por qué no aprender a estar solo en medio?"; "La vieja generación. No pueden aceptar ningún cambio. Ya han acumulado demasiada nostalgia. No pueden aceptar nada más";  "A todos nos gustan los finales felices". Por descontado que con Lorrie Moore no están asegurados los finales felices, pero cuánta felicidad y cuánta inteligencia acumula uno mientras la lee y la relee. Hasta el fin de los tiempos. Impagable.

sábado, 11 de julio de 2015

OMAR SHARIF


Ha muerto Michel Demitri Chalhoub [Alejandría, 1932, El Cairo 2015] más conocido como Omar Sharif. Reconozco que a mí el nombre de Omar Sharif siempre me sonó a diseñador de ropa o de joyas. Es una pequeña maldad. Pero era actor y un actor solvente y entregado cuando se le daban papeles interesantes, que no fue siempre. Surgió de la nada del desierto como un punto negro y amenazante en Lawrence de Arabia [1962] y llenó la pantalla de tensión sexual con su compañero de reparto. Vino para quedarse. Para ser la imagen retórica del hombre que lucha por su ideales, aunque tenga que pagar un alto precio por ello ya sea como "Doctor Zhivago" [1965] o como el Ché Guevara -antes del Ché argentino interpretado por Benicio del Toro, a las órdenes de Steven Solderberbg-, en "Ché!"[1969] dirigida por Richard Fleischer, película que lamentaba haber interpretado. El mayor error de su vida. La década de los sesenta fue su gran década. La Década prodigiosa. Imagen perfecta de la masculinidad, acompañó con diversa suerte a alguna de las grandes divas del momento: A Ingrid Bergman en  su episodio de "El rolls-Royce Amarillo" [1964],  a Sofía Loren en "Siempre hay una mujer" [1967], dirigida por Francesco Rossi; a  Barbra Streisant en "Funny Girl" [1968] dirigida por William Wyler; a Catherine Deneuve en "Mayerling" [1968]; a Julie Andrew en "La semilla del Tamarindo" [1974]; Audrey Hepburn  en "Lazos de sangre" [1979], sin olvidarnos del gran papel de su vida, el papel por el que será recordado, el de "Doctor Zhivago" donde está acompañado por Julie Christie y Geraldine Chaplin, actrices que le roban el papel con su interpretaciones, aunque él sea el protagonista absoluto de esta odisea. Creo que le prefiero en otros papeles. Guardo un buen recuerdo de "Orgullo de Estirpe" [1971], de "El enigma se llama Juggernaunt" [1974]  y de "La noche de los generales "[1966] Era aficionado al bridge, hijo de padres católicos libaneses y su imagen permanecerá siempre unida a la música evanescente y lírica, quizás algo sentimental para mi gusto, escrita por Maurice Jarre que el acompaña en la estepa soriana de Doctor Zhivago. Espero que siga cabalgando por el desierto, está vez como un pequeño punto que se aleja hasta perderse, como nos perderemos todos,en la nada.