domingo, 14 de junio de 2015

PHOENIX CHRISTIAN PETZOLD


Hacer el esfuerzo de ir al cine con lluvia a pesar de la lluvia. La elegida es "Phoenix" de Christian Petzold [1960, Hilden]. Ir a ciegas, sin apenas referencias. Una película más sobre las consecuencias del exterminio de judíos en los campos de concentración nazis. No es un tema que me interese en exceso, pero esta vez me atraía el punto de vista, tan melodramático que recuerda en algún momento por su exceso a R. Werner Fassbinder. Una cantan te judía regresa del infierno de los campos con la cara destrozada y pide que se la reconstruyan tal y como la tenía. Como se dice en la película no es una reconstrucción facial sino una recreación. La cantante tiene dinero puesto que todos sus familiares han muerto. También tiene un marido  pianista que no fue detenido y una amiga que se siente atraída por ella y que es quien la ha rescatado del infierno. Un personaje de los que no se olvidan fácilmente. Existe la posibilidad de marcharse de Alemania para construir un estado israelí y empezar una nueva vida. Pero Nelly Lenz, la protagonista de este renacimiento interior, cual ave fenix, necesita no solo parecerse físicamente a quien fue, sino volver a ser quien fue. Encuentra a su marido  Johnny Lenz que no la reconoce, pero que ve en su parecido físico la posibilidad reclamar la herencia de su mujer y comienza una doble relación la de él por transformarla físicamente en su mujer, aunque ella le avisa de que nadie vuelve de un campo de concentración tal y como entró en él, con un traje rojo vaporoso y unos zapatos de París, y la de ella intentando recuperar al hombre que amaba y todavía ama. Por supuesto hay una traición que a ella le cuesta asumir. Es una película que no s habla de maquillar la verdad de la historia y de la desmemoria asumida. Una película de muertos vivientes que no va de frente sino esquinadamente indagando en los personajes, en sus motivos. Una película con miles de sugerencias. Ese juego de recreación/reconstrucción de la mujer amada por parte del marido aunque no sea por amor sino por interés económico que recuerda al A. Hitchcock de "Entre los muertos" y con momentos puntuales que podrían pertenecer al Fassbinder de "Lili Marlen" o "La Ansiedad de Veronika Voss"; pero también algún instante que nos retrotrae a "Berlin Occidente"  [1948] de Billy Wilder. O ese plano de Nelly Lenz sola  en la estación de tren conociendo ya el suicidio de su amiga y la traición de su marido en el que se asemeja a una versión del final de Ana Karenina.  Miles de sugerencia, ya lo digo. Maravillosamente narrada y  y ese final perfecto con la cantante cantando ante su marido y amigos "Speak Low", cuya letra lee el pensamiento a los personaje. Ese primer plano del brazo con el número del campo de concentración tatuado y esa forma de salir de escena o de plano, desenfocada, fantasma ya de sí misma.

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