sábado, 20 de junio de 2015

XXI PREMIO CIUDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIAS






















No me gusta utilizar mi blog como caja de resonancia, pero a veces, en ocasiones limitadas creo que  merece la pena. Esta es una de ellas. Las islas afortunadas siempre me han traído suerte. Ayer volví de Las Palmas de Gran Canarias donde el Jueves 18 me entregaron el XXI Premio de Poesía Ciudad de Las Palmas por mi poemario "Desnuda luz de la melancolía". Fue un acto sencillo y entrañable y un  viaje largo y complicado con los retrasos de los aviones y las carreras por la terminal dos del aeropuerto Adolfo Suarez. Lo que poco saben es que ya había estado en las Palmas hace diez años, en 2005, cuando fui finalista de este mismo premio y entonces a los finalistas, que solían ser dos, normalmente, también se les invitaba a asistir a la entrega, que entonces era en el Museo Nestor. Guardo un buen recuerdo de aquel primer viaje. A esta ciudad queda unido uno de los que yo considero entre mis mejores poemarios "Vera Efigies" o por lo menos el que está más cerca de la imagen que tengo de mí mismo, esa que apenas muestro en público. La más irónica, creo. Allí conocí a Verónica Pedemonte Morillo, que fue también finalista si no mal recuerdo. Unos años antes, en 2001 estuve en Lanzarote, como jurado del premio de poesía Esperanza Espinola y presentando "Tal vez como si nunca" ya que había sido el ganador del  premio el año anterior. Y el mismo año que fui finalista en el Ciudad de las Palmas, obtuve en Tenerife el premio de poesia Julio Tovar por "Las avenidas de la muerte" y que unos años después ganó mi buen amigo Esteban Martínez Serra.. A Tenerife nunca llegué a ir, pero la edición del libro me gustó mucho. Nunca lo presenté porque solo me entregaron cincuenta ejemplares. Es uno de mis poemarios secretos. Si los plazos se cumplen habrá que esperar un año para que se publique "Desnuda luz de la melancolía". 

domingo, 14 de junio de 2015

VIAJE A SILS MARIA OLIVIER ASSAYAS


No sé si una sesión de matiné con el estómago vacío es la mejor para visionar está magnifica película del director francés Olivier Assayas [1955, París]. Ya he dicho que es magnífica. El post debería acabar aquí y ustedes deberían de acercase a cualquier cine donde la proyecten bien en sesión matinal o de tarde para contemplarla -y utilizo el verbo contemplar a propósito-, porque es un espectáculo sensorial e intelectual que sólo se podrá apreciar en su verdadera magnitud en una sala de cine; jamás en la pequeña pantalla que todo lo envilece y reduce.  Estamos ante una película que podría ser muy francesa y lo es, pero también es muy moderna y muy de Bergman y muy J. Leo Manckiewicz. Teatral en el mejor sentido. Y por supuesto es una película de la Binoche.Y de una actriz -la chica Crepúsculo. Kristen Stewart- que no me lo había parecido hasta ahora. "Clous of Sils Maria" o "Viaje a Sils Maria" como la han traducido, cuando el concepto nube del  original tiene mucho más sentido para la metáfora esencial de la película, pero ya se sabe, esto es España. No vamos a pedirle peras al olmo. Una actriz madura en proceso de separación que debe recoger el premio en nombre de un director de teatro en una ciudad Suiza acompañada de su ayudante personal, una muerte inesperada que es un suicidio, una propuesta para ensayar la obra de teatro que la catapultó a la fama, pero interpretando no el papel de la lesbiana joven, manipuladora y cruel que interpretó entonces sino el de la la mujer madura perdidamente enamorada de la joven. El viaje en tren, la recogida del premio, los ensayos de la obra en la casa del autor teatral fallecido, el fenómeno de las nubes atravesando las montañas que anuncian un posible drama, la joven actriz que interpretará el papel que interpretó ella antes y que está liada con un escritor de éxito felizmente casado. Estamos ante una película sobre el paso del tiempo, sobre nuestro lugar en el mundo, sobre quienes somos, quienes creemos ser, y quienes queremos ser, sobre la realidad y la interpretación, sobre nuestras máscaras e imposturas, sobre el cambio, sobre la fidelidad a nosotros mismos y la traición a los demás, sobre si vivir en el pasado o aceptar el presente, sobre lo bello y lo siniestro, sobre qué no podemos elegir el tiempo que nos toca vivir. Demasiadas reflexiones en un lugar idílico donde parece que pasaron temporadas largas Herman Hesse y F. Nietzche. Algo debe haber quedado en el paisaje. Se fuma, se bebe, se habla, se ensaya. Es una película que va más allá de las relaciones entre el cine y la literatura. Es una reflexión profunda sobre el cine actual de Hollywood también y sobre la vida privada de los actores. Pero ante todo es cine, de ese tipo de cine que ya no abunda tanto, devorado por el otro, por el best seller de pipas y palomitas y las superporducciones en 3D para adolescentes crepusculares. Yo no digo nada, pero si tienen oportunidad vayan a mirar las nubes a Sils Maria, el espectáculo dura dos horas y no saldrán defraudados. Y por supuesto, suena el canon de Pachebel.

PHOENIX CHRISTIAN PETZOLD


Hacer el esfuerzo de ir al cine con lluvia a pesar de la lluvia. La elegida es "Phoenix" de Christian Petzold [1960, Hilden]. Ir a ciegas, sin apenas referencias. Una película más sobre las consecuencias del exterminio de judíos en los campos de concentración nazis. No es un tema que me interese en exceso, pero esta vez me atraía el punto de vista, tan melodramático que recuerda en algún momento por su exceso a R. Werner Fassbinder. Una cantan te judía regresa del infierno de los campos con la cara destrozada y pide que se la reconstruyan tal y como la tenía. Como se dice en la película no es una reconstrucción facial sino una recreación. La cantante tiene dinero puesto que todos sus familiares han muerto. También tiene un marido  pianista que no fue detenido y una amiga que se siente atraída por ella y que es quien la ha rescatado del infierno. Un personaje de los que no se olvidan fácilmente. Existe la posibilidad de marcharse de Alemania para construir un estado israelí y empezar una nueva vida. Pero Nelly Lenz, la protagonista de este renacimiento interior, cual ave fenix, necesita no solo parecerse físicamente a quien fue, sino volver a ser quien fue. Encuentra a su marido  Johnny Lenz que no la reconoce, pero que ve en su parecido físico la posibilidad reclamar la herencia de su mujer y comienza una doble relación la de él por transformarla físicamente en su mujer, aunque ella le avisa de que nadie vuelve de un campo de concentración tal y como entró en él, con un traje rojo vaporoso y unos zapatos de París, y la de ella intentando recuperar al hombre que amaba y todavía ama. Por supuesto hay una traición que a ella le cuesta asumir. Es una película que no s habla de maquillar la verdad de la historia y de la desmemoria asumida. Una película de muertos vivientes que no va de frente sino esquinadamente indagando en los personajes, en sus motivos. Una película con miles de sugerencias. Ese juego de recreación/reconstrucción de la mujer amada por parte del marido aunque no sea por amor sino por interés económico que recuerda al A. Hitchcock de "Entre los muertos" y con momentos puntuales que podrían pertenecer al Fassbinder de "Lili Marlen" o "La Ansiedad de Veronika Voss"; pero también algún instante que nos retrotrae a "Berlin Occidente"  [1948] de Billy Wilder. O ese plano de Nelly Lenz sola  en la estación de tren conociendo ya el suicidio de su amiga y la traición de su marido en el que se asemeja a una versión del final de Ana Karenina.  Miles de sugerencia, ya lo digo. Maravillosamente narrada y  y ese final perfecto con la cantante cantando ante su marido y amigos "Speak Low", cuya letra lee el pensamiento a los personaje. Ese primer plano del brazo con el número del campo de concentración tatuado y esa forma de salir de escena o de plano, desenfocada, fantasma ya de sí misma.

viernes, 12 de junio de 2015

CARENCIAS ESTEBAN MARTÍNEZ SERRA


No es mi costumbre recomendar poemarios de poetas vivos. Sobre todo si son de amigos. Me da cierto pudor. Pero a veces toca romper las costumbres por higiene mental. Reconozco que el autor de "Carencias" es un poeta amigo. Si algo bueno ha tenido escribir poemas es encontrar gente honesta y que va por la vida de frente. Sobre todo en el laberinto poético nacional. Esteban Martínez Serra [Figueres, 1962] es una de esas personas. Un poeta honesto y un amigo.  Alguien que, después de leer mi poemario " Los días del tiempo" con el que gané un premio que él había ganado unos años antes, se tomó la molestia de conseguir mi teléfono, ponerse en contacto conmigo y solicitarme poemas para la revista literaria que coordinaba. He leído casi todos sus libros y el anterior "La luces nómadas" [2010] también editado por Bartleby, a pesar de tratar un tema doloroso en extremo era un libro sereno y luminoso. "Carencias" es un poemario en prosa. Una prosa poética litúrgica y que por momentos remueve algo en lo más profundo del lector.  Un solo poema bastara como tarjeta de presentación y para defender este singular poemario. 

Le arrancaron las botas. Y lo aceptó. Con ellas se llevaron los pasos ciertos, la feliz caligrafía del camino. También la casaca. Y sí, un muerto puede vivir con poca cosa, pero resulta ridículo morirse de frío en pleno abril. Aunque lo aceptó. Le arrancaron el anillo y el collar; y eso no le importó porque bajo tierra la humedad es corrosiva y ningún signo de identidad es necesario. Pero alguien que pasó -no pudo verlo porque ya le habían cerrado los ojos-se llevó sus gafas, y ver borrosa la muerte lo asustó.