viernes, 6 de diciembre de 2013

PLANO DETALLADO DEL INFIERNO ANTONIO FONTANA



El comienzo perfecto: la muerte llega cada tarde a eso de las ocho, la hora en que a los enfermos empieza a subirles la fiebre. La muerte llega cada tarde puntual a las ocho y el cartero siempre llama dos veces. No, no se trata de una novela policíaca. Se trata de una intensa novela breve sobre lo complicado que es vivir la vida y el azar de la vida. Su autor Antonio Fontana [ Málaga, 1964] La novela: "Plano detallado del infierno" [ DVD, Ediciones, 2007] es la tercera de las cuatro novelas que tiene publicadas. Apenas ciento veinte páginas para narrar una historia mínima. Tres capítulos, tres voces diferentes, tres infiernos distintos que son un solo infierno. Una historia escrita desde dentro, desde la intimidad dolorida de los personajes. Desde la desolación de la vida como absurdo absoluto. Existencialismo en estado puro. Y claro el infierno no son los otros, somos nosotros mismos. Fontana consigue estructuralmente algo casi imposible en la vida real, pero no en la literatura; la cuadratura del círculo. La historia de un accidente que se podría haber contado en línea recta, objetivamente, en manos de Antonio Fontana se transforma en la curva  subjetiva del accidente  y si una línea recta une dos puntos, si añadimos un tercero, comienza a curvarse el trazado y cada personaje posee y añade una nueva perspectiva al asunto. Escena uno: un hombre, el culpable del accidente de haber alguno que no sea el azar, vela en el hospital a su mujer en estado vegetativo, a la que no amaba ya, pues el deseo se había transformado en rutina y desidia, mientras le reprocha los hijos que no tuvieron, al mismo tiempo en la habitación de al lado unos padres hacen lo propio con su hija pequeña. Se intuye que ambas fallecerán. La muerte teje. Son las víctimas inocentes. Escena dos: un hombre abandonado/ encerrado en una residencia para la tercera edad le reprocha a su hijo y a su nuera que le hayan encerrado/ abandonado allí después del fallecimiento por cáncer de su esposa, a la que posiblemente tampoco amaba pues mantenía una relación extramatrimonial con la vecina del quinto, y no cesa de quejarse del compañero con el que comparte habitación que lo confunde con su esposa fallecida y no para de reprocharle los hijos que no llegaron a tener. Escena tres: una mujer le pide a su marido que la deje y éste la obedece y se marcha dejándola sola con su dolor y sus reproches. La mujer espera que vuelva o quizá lo desea. O no, tampoco importa. Se siente culpable porque mantenía una relación con el vecino, alcohólico y maltratador, cuya mujer estaba enferma de cáncer. Iba a abandonar a su marido el día que atropellaron a su hija en aquella curva.  Ya digo, la curvatura del círculo. Y todo ello  escrito con un lenguaje escueto, preciso, obsesivo, duro. Una novela que no es fácil de leer;: sin embargo, compensa su lectura. Una novela de la cual es difícil desprenderse en un tiempo cuando la acabas, porque cuando uno entra en el infierno, aunque posea un plano detallado, resulta imposible salir de él.

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