domingo, 29 de diciembre de 2013

WEEKEND ANDREW HAIGH


Saben lo que es una película minimalista? "Weekend" de Andrew Haigh lo es. Una película minimalista gay.  En realidad es una historia de amor clásica, muy clásica. Chico encuentra chico, chico se enamora de chico, chico pierde chico. Así de simple. Solo que en plan gay que queda más moderno y más trasngresor. Esta historia se podía haber contado perfectamente con una pareja heterosexual y no hubiera ocurrido nada. Casi hubiera pasado desapercibida. La gracia está en que son dos hombres los que viven la  trillada situación de partida  y entonces todo parece nuevo. Hay mucho plano fijo de edificios y árboles y cielos. Hay muchos planos sin música. Muchos planos del maravilloso Tom Cullen en silencio. También hay abundante alcohol y algunas drogas. Y conversaciones sobre la soledad. La soledad, el tema de fondo del asunto. En el fondo todos estamos solos. Hay una orfandad implícita de los personajes. Un movimiento de huida. Es difícil huir de lo que somos. Negar lo que nos mueve. Aceptar nuestras imperfecciones y nuestras ineptitudes. Como anuncia el título la película transcurre en un fin de semana. Chico conoce a chico, chico se enamora de chico, chico pierde a chico. Entre el conocimiento y la perdida, una vida. Se puede vivir toda la vida recordando un gran amor de un solo fin de semana y follar con cuatro o cinco mil personas en una vida y no haber sentido nunca nada por nadie. Andrew Haigh acierta a contarnos esta pequeña historia de amor homosexual y universal al mismo tiempo. Los actores tienen eso que se llama química. Bromeando podría decir que se trata de química orgánica. O bromeando un poco más que se trata de física y química. Yo me lo he pasado en grande viendo la película. Es una película triste. Los finales felices casi nunca interesan, más que a los cristianos ortodoxos que tienen el cielo ganado hagan lo que hagan y a los partidarios de los partidos de derechas que necesitan finales felices para soportar su propia mediocridad. La vida no suele proporcionar finales felices. Sobre todo si eres gay. Por supuesto no busquen la película en los cines. La he visto en DVD. En versión original subtitulada. Como hay que ver el buen cine. 

viernes, 27 de diciembre de 2013

NYMPHOMANIAC LARS VON TRIER

Si fuésemos uno de los hermanos Marx diríamos eso de primera parte de la primera parte contratante...pero claro, solo somos un espectador que ha ido a ver "Nymphomaniac. vol 1" de Lars Von Trier [Copenhague, 1956] Pone sobre aviso que digan que se trata de una versión que tiene la aprobación del director pero en la que no ha intervenido para cortarla. Esperaremos a la segunda parte de la parte contratante que parece que se estrenará el 24 de enero. La película promete más de lo que da. O quizá da cosas diferentes de las que promete. Los diálogos son mejores que las escenas sexuales. A nadie le escandaliza ya ver la polla de un actor en erección. Resulta más llamativo que una actriz diga a las primeras de cambio que descubrió su coño a los dos años. La verbalización del sexo es más estimulante que su plasmación en imágenes. No podía ser de otro modo si la protagonista es una mujer que mantiene ocho o nueve relaciones sexuales cada día. El sexo acaba convirtiéndose en algo mecánico. Ella se culpa, a pesar de no ser religiosa. Eso es interesante. A mi la culpa siempre me ha parecido que tenía mucho que ver con la represión religiosa. Si no uno es religioso no debería sentirse culpable. La película es lenta. Se divide en capítulos y uno no sabe muy bien a que carta quedarse. Como melodrama  tiene momentos, pero como comedia resulta impagable. Me refiero por ejemplo a toda la secuencia interpretada por Uma Thurman o toda la comparación entre la caza y captura de hombres en un tren con las técnicas de la pesca con mosca. La técnica ésta, la de la casa con mosca, que ha dado lugar también a alguna que otra película "El río de la vida" Robert Redford [1992] Ya digo me interesa más las película por lo que se dice que por lo que se practica. El director se ha buscado una de esas actrices con cara de ángel para representar el papel de Charlotte Gainsbourg durante su adolescencia y primera juventud.  Un tópico de todo hombre: la ninfómana con cara de ángel capaz de los actos más abyectos con el mayor impudor. La actriz cumple a la perfección mientras una machacada Gainsbourg va desgrananado con parsimonia ante Stellan Skarsgand los hitos de su frenética vida sexual entre teorías de pesca con mosca, música de Rammstein y de Bach, elucubraciones sobre Fibonaci y alguna recreación visual de cuadros de Balthus.  Y entre secuencia y secuencia de sexo y alguna felación con regusto a esperma fugitivo, frases como " el elemento secreto del sexo es el amor". Ahí queda eso. O una que me gusta un poco más: " todos estamos esperando permiso para morir". Lars Von Trier en estado puro. Quizá en este país nuestro con leyes tan restrictivas como la que acaba de aprobar el gobierno sobre el aborto y  ministros tan cínicos y casposos, además de retrógrados y una iglesia ortodoxamente ultraconservadora puede que la película levante alguna polémica absurda. Por lo demás creo que somos lo suficientemente adultos como para ver una película que abre grietas sin romper moldes.

lunes, 23 de diciembre de 2013

ANTOLOGÍA DE SPONN RIVER EDGAR LEE MASTERS


Meses. Llevo meses arrastrando la "Antología de Sponn River" de Edgar Lee Masters [Garnett 1868-Melrose Park 1950] de una ciudad a otra los fines de semana. Cierto son 370 páginas. Pero esa no es la causa. Hay libros difíciles. La antología de Lee Masters lo es, a pesar de que en su momento se consideró un best seller literario. Algo inusual en poesía.  Se publicó  en 1915. Son en torno a 250 epitafios. Doscientos cincuenta epitafios son muchos para leerlos de seguido; a pesar de la variedad. Atención, un libro de poesía compuesto de epitafios.  Una revisitación americana de la Antología Palatina. Cada poema lleva por titulo el nombre de un personaje. Son monólogos, casi siempre paradójicos. Abunda la ironía y la critica social. Masters dibuja un  completo y complejo mapa  de una sociedad en momento dado. Los poemas se leen como una crónica social de la época. Dan la impresión de ser microrrelatos poéticos. Epitafios en primera persona donde se airean las miserias del difunto. Lo que somos, lo que deseamos ser, lo que aparentamos ser, lo que al final queda de nosotros. Nuestro epitafio. Abundan los apaños sexuales y los líos políticos y los trapicheos económicos. Como la vida misma. La edición completa la ha publicado Bartleby Editores con traducción de Jaime Pride. Uno puede elegir los epitafios que más le gusten. Los personajes epigrafiados pertenecen a todas las clases y categorías sociales. Algunos mueren antes de tiempo otros viven longevas vidas. Hay marido y mujeres, padres e hijos. Cada fallecido deja una moraleja en su epitafio. Seth Compton nos asegura que Nadie sabe qué es la verdad/ si no sabe que es la mentira. Elizabeth Childers exclama que ¡ La muerte es mejor que la vida!  Para Ernest Hyde Un espejo agrietado no refleja imágenes. Para Sexsmith, el dentista La moralidad es el hueco de una muela/  que se rellena con oro.  Para Margaret Fuller Slack ¡El sexo es el azote de la vida!   Y según Lucinda  Matlock Hace falta vida para amar la vida. De eso nos hablan estos muertos en sus epitafios, de la vida, ahora que ya la han perdido. Lee Masters debió de pasárselo en grande escribiendo estos poemas en verso libre. Su vida no fue mucho mejor ni más ejemplar que la de algunos de los personajes inventados de esta antología de Sponn River. Treinta años como abogado, dos matrimonios infelices, veinte años malviviendo en una habitación del mítico Hotel Chelsea. Un gran éxito poético que nunca más fue refrendado por sus libros posteriores. La amargura, la frustración, la bebida.  La decadencia. Sin embargo a fecha de hoy esta antología de Sponn River está más viva que nunca. Como muestra un fragmento: ¿Por qué surgen siempre  los grandes conflictos/ de las cosas más pequeñas y no de las que valen la pena?/ Si los hombres siempre han de obrar de la misma manera, / si el ron ha de ser el medio de liberarse/  de la negación  de la vida y de la esclavitud, entonces, pues vale...¡que me den ron! Pasen y beban el ron de esta poesía moderna y social al mismo tiempo. Si fue un best seller fue por algo y ese algo continua latiendo en estos versos colocados como flores frescas sobre las tumbas de los muertos.

domingo, 15 de diciembre de 2013

PRIMOS


Esta entrada es poco literaria y algo sentimental. Un día uno descubre que no está solo en  el caso del mundo, que tiene familia; una familia que no pensaba o imaginaba que poseía. Son los primos. Los primos son unos seres raros. Son y no son. Están, pero no están. Eso me ha sucedido a mí con mis primos; que estando siempre a un tiro de piedra, siempre han parecido no estar. Unos más lejanos que otros, pero todos igual de queridos. Uno se acostumbra a vivir sin los primos, pero llega un día en que los reencuentra y a partir de ese día quisiera recuperar el tiempo perdido y no volver a separarse de ellos, aunque la distancia es un factor a tener en cuenta. Todos los primos tienen un aire de familia. Un aire como de abuelos comunes y diferentes matices de personalidad. Los primos son las piezas de un rompecabezas. Unos encajan más que otros.  A veces nos preguntamos dónde encajamos nosotros. La vida y el azar nos ha dispersado por la cartografía de un país sin afectos. Familia, hijos, obligaciones. Sin  embargo, en ocasiones, la vida nos recompensa. Y se produce el pequeño milagro. La coincidencia. Algún día, a no mucho tardar, escribiré un relato que hable del asunto. Un relato que se titule "El día de los primos". O simplemente: Primos.

domingo, 8 de diciembre de 2013

EL CASO COLLINI FERDINAND VON SCHIRACH


Dos libros de cuentos; "Crímenes" [2011] y  "Culpa" [2012] una novela; "El caso Collini" [2013], un escritor jurista de reconocida trayectoria o jurista escritor de incipiente éxito: Ferdinand Von Schirach [Munich, 1964]  Relatos sobre casos reales, una novela sobre un caso que suscitó un vivo debate en la sociedad alemana. Un fenómeno editorial. Uno siente cierta irritación hacia los fenómenos editoriales. En este caso no hay ningún problema, esta irritación y esta prevención son infundadas. Ferdinand Von Schirach es un merecido fenómeno editorial y lo es por derecho propio y por calidad literaria. Había leído sus dos libros de relatos, pero no los había reseñado aquí porque a uno le resulta imposible hablar de todo lo que lee, pero ambos libros me parecieron en su momento extraordinarios.  No solo por lo que contaban -yo que soy un gran admirador de la novela policíaca, si no por cómo lo contaban. Por la precisión, por la sequedad del estilo, por la contundencia del punto de vista, por los dilemas morales que planteaba, por la difícil elección de los detalles; pues otra cosa no es un relato que la elección de los detalles relevantes. Precisión, sequedad, contundencia. Y también una cierta piedad por los seres humanos que en un momento dado de sus vidas se ven abocados a cometer un acto -sea del tipo que sea-, que los coloca al otro lado del espejo de la ley. De eso nos habla Von Schirach.  Él ha dicho que  escribe sobre " el ser humano, sus fracasos, su culpa y su grandeza". La grandeza del ser humano estriba en que es humano y que por eso se equivoca y es capaz de rectificar o no. Fracaso, culpa, grandeza.  Me gusta mucho la cita de Werner K. Heisenberg que encabeza "Crímenes" : La realidad de la que podemos hablar/ jamás es la realidad en sí.  Von Schirach afirma que escribe sobre procedimientos penales, pero hay que ver cómo escribe sobre esos procedimientos penales. "El caso Collini" su primera novela es ejemplar al respecto. Es precisa, seca y contundente. De una violencia tajante, tanto física -la descripción del del asesinato  de Hans Meyer; el capítulo de la autopsia; la descripción de la muerte de la hermana de Collini-, como sexual- la escena de Caspar Leinen con Johanna;o la de Mattinger y su  joven novia ucraniana: Tenía el albornoz abierto, su vello pectoral era blanco. Se dejaba satisfacer por su novia, una ucraniana muy joven. Todos los días le repetía un sinfín de veces lo mucho que la quería. A Mattinger le resulta indiferente. Sabia que una relación así siempre era por interés mutuo....  La novela no es complaciente ni pacata con las actitudes humanas. Todos somos ángeles y demonios, tiernos y terribles al tiempo. Siempre hay una frase aforística que sentencia un instante, matizando su sentido. La novela apenas tiene 151 página.  Al autor le da tiempo a casi todo. Es un narrador nato y un escritor inteligente. También me gusta mucho la cita que encabeza "El caso Collini": Probablemente estemos hechos para hacer lo que hacemos. Ernest Hemingway. Ferdinand Von Schirach está hecho para hacer lo que hace. Y como escritor  es un fenómeno editorial de primer orden. No defrauda. No leerle carece de disculpa.

viernes, 6 de diciembre de 2013

PLANO DETALLADO DEL INFIERNO ANTONIO FONTANA



El comienzo perfecto: la muerte llega cada tarde a eso de las ocho, la hora en que a los enfermos empieza a subirles la fiebre. La muerte llega cada tarde puntual a las ocho y el cartero siempre llama dos veces. No, no se trata de una novela policíaca. Se trata de una intensa novela breve sobre lo complicado que es vivir la vida y el azar de la vida. Su autor Antonio Fontana [ Málaga, 1964] La novela: "Plano detallado del infierno" [ DVD, Ediciones, 2007] es la tercera de las cuatro novelas que tiene publicadas. Apenas ciento veinte páginas para narrar una historia mínima. Tres capítulos, tres voces diferentes, tres infiernos distintos que son un solo infierno. Una historia escrita desde dentro, desde la intimidad dolorida de los personajes. Desde la desolación de la vida como absurdo absoluto. Existencialismo en estado puro. Y claro el infierno no son los otros, somos nosotros mismos. Fontana consigue estructuralmente algo casi imposible en la vida real, pero no en la literatura; la cuadratura del círculo. La historia de un accidente que se podría haber contado en línea recta, objetivamente, en manos de Antonio Fontana se transforma en la curva  subjetiva del accidente  y si una línea recta une dos puntos, si añadimos un tercero, comienza a curvarse el trazado y cada personaje posee y añade una nueva perspectiva al asunto. Escena uno: un hombre, el culpable del accidente de haber alguno que no sea el azar, vela en el hospital a su mujer en estado vegetativo, a la que no amaba ya, pues el deseo se había transformado en rutina y desidia, mientras le reprocha los hijos que no tuvieron, al mismo tiempo en la habitación de al lado unos padres hacen lo propio con su hija pequeña. Se intuye que ambas fallecerán. La muerte teje. Son las víctimas inocentes. Escena dos: un hombre abandonado/ encerrado en una residencia para la tercera edad le reprocha a su hijo y a su nuera que le hayan encerrado/ abandonado allí después del fallecimiento por cáncer de su esposa, a la que posiblemente tampoco amaba pues mantenía una relación extramatrimonial con la vecina del quinto, y no cesa de quejarse del compañero con el que comparte habitación que lo confunde con su esposa fallecida y no para de reprocharle los hijos que no llegaron a tener. Escena tres: una mujer le pide a su marido que la deje y éste la obedece y se marcha dejándola sola con su dolor y sus reproches. La mujer espera que vuelva o quizá lo desea. O no, tampoco importa. Se siente culpable porque mantenía una relación con el vecino, alcohólico y maltratador, cuya mujer estaba enferma de cáncer. Iba a abandonar a su marido el día que atropellaron a su hija en aquella curva.  Ya digo, la curvatura del círculo. Y todo ello  escrito con un lenguaje escueto, preciso, obsesivo, duro. Una novela que no es fácil de leer;: sin embargo, compensa su lectura. Una novela de la cual es difícil desprenderse en un tiempo cuando la acabas, porque cuando uno entra en el infierno, aunque posea un plano detallado, resulta imposible salir de él.