sábado, 22 de junio de 2013

EL DESTINO DEL HOMBRE



Continúo con mi recuperación de poemas propios poco accesibles. Con motivo de  mi recital  en  marzo de 2009 en el ciclo  de lecturas "Poesía en el Archivo" coordinado por el poeta José Luis Martínez Valero y organizado por la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas de la Región de Murcia, se editó  dentro de la colección Ediciones Tres Fronteras la plaquette que llevaba por titulo: El destino del hombre". Todos los poemas. Tan solo había dos poemas inéditos que reproduzco a continuación.

          [EL DESTINO DEL HOMBRE]

          Desde la nada
          hasta la muerte progresamos con paso firme.
          Y después de la muerte,
          nos transformamos progresivamente
          en carne corrompida,
          en gusanos, en humus, en estiércol,
          en ceniza, en tierra,
          en polvo,
          en nada.


          [SI TODAS LAS PALABRAS]

                                                            Y todas las palabras son la misma.
                                                                                       Concha Zardoya

          Si todas las palabras son la misma
          y si todas las vidas, siendo tan diferentes,
          acaban pareciendo ser la  misma;
          si un crimen no es distinto de otro crimen,
          al menos en esencia,
          y cuando muere un hombre, mueren todos,
          al menos para el muerto,
          si vida y muerte son la misma cosa,
          qué sentido tiene escribir un poema
          o no escribir ninguno.
          Seguramente,
          el silencio dirá lo mismo que mis versos.


viernes, 21 de junio de 2013

360 FERNANDO MEIRELLES


De entrada les aconsejo que vayan a verla antes de que desaparezca de las salas comerciales. Después si quieren lean este post. No se arrepentirán. Olvídense del absurdo título español "360. Juego de destinos". Basta con el título en inglés "360". La película la dirigió Fernando Meirelles [Sâo Paulo, 1955] en el año 2011. Se estrena dos años después a pesar del excelente reparto: A. Hopkins, Jud Law, Rachel Weisz, Ben Foster, Marie-Jean Basptiste, Moritz Bleibteau y algunos otros desconocidos y excelentes actores más. Bienvenido sea el estreno aunque sea con retraso. La acción sucede en diferentes ciudades de Europa y América. Los protagonistas son de distintas clases sociales y lo que los une o desune en este cruce de caminos es el instinto sexual. El sexo es el motor del mundo. Hay un hombre de negocios y una esposa infiel y un fotógrafo de moda brasileño y su novia despechada y una prostituta de lujo que ejerce en Viena y su hermana, lectora voraz y romántica empedernida. También hay un hombre mayor que busca a su hija desaparecida, una ex-prostituta rusa casada con el recadero-chófer-matón de un mafioso ruso y enamorada de su jefe dentista y musulmán. Y como no, un ex-presidiario pederasta que intenta adaptarse a la vida en sociedad. Muchas ciudades, muchos personajes y un análisis de las relaciones sexuales y sentimentales en una sociedad globalizada e hipócrita. Hay mucho viaje en avión y muchos espejos retrovisores y de los otros. Y alguna muerte. Y una excelente banda musical con canciones que ponen el contrapunto a la imagen. El azar es caprichoso. Algunas decisiones que parecen acertadas dan como resultado el desastre y otras que parecen desastrosas acaban bien. No podemos controlar nuestro destino. Las reseñas  de la película la emparentan con la obra de 1900 de Arthur Schnitzler "La Ronda";  donde diez personajes de diferentes clases sociales mantienen relaciones sexuales encadenadas. Argumentalmente quizás tengan cierta conexión. Puede que en el vaivén sexual de los personajes. En la aceptación de que somos puro instinto sexual, pero puede que no siempre. "360" no es tan sórdida y pesimista como la obra de Schnitzler. Juega en otro terreno, aunque su crítica de las relaciones de pareja en el mundo actual es incisiva. Para ver la versión canónica de la obra de Schnitzler  -un carrusel de intercambios sexuales políticamente incorrecto para la época- les remito a esa obra maestra que es "La ronda" dirigida por el exquisito Max Ophüls en 1950 con  un reparto tan esplendido como el de la película de Meirelles.: Anton Walbrook, Simone Signoret, Simone Simon, Daniel Darrieux, Jean-Louis Barrault e Isa Miranda. Ésta película, también perfectamente recomendable. No se repone, pero la pueden comprar en dvd. El pasado siempre vuelve  y a precios de entrada de cine. 

sábado, 15 de junio de 2013

KONSTANTINO KAVAFIS RETORNA ALEJANDRÍA DESPUÉS DE HABER CRUZADO LA LAGUNA ESTIGIA



Esta mañana mientras escribía el post sobre "La misma ciudad" he recordado el poema que da titulo a este post  y que apareció publicado en mi poemario "Quedan las palabras" con el que obtuve el Premio Nacional de Poesía Miguel Hernández en 1997, pero que fue editado en el año 2000 por el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert. Tanto el libro como el poema hubieran merecido mejor suerte. No sé, o quizás tuvieron la suerte que se merecían. 


KONSTANTINO KAVAFIS RETORNA ALEJANDRÍA DESPUÉS DE HABER CRUZADO LA LAGUNA ESTIGIA

No hallarás otra tierra, ni otra mar,
la ciudad irá en ti siempre.
K. Kavafis
  


          Alejandría, hoy vuelvo a ti
          encadenado a un mascarón de proa,
          surcando el mar del sueño.
          Hoy vuelvo a ti, ciudad incierta
          de mis veinte años,
          y me fascina tu perfil de alondra.

          Alejandría, hoy vuelvo a ti,
          a tus jardines y a tus noches.
          Tiene el recuerdo alas
          y sujetar  no puedo la memoria.
          ¡Son tantos años, tantos!
          ¿Qué cancerbero guardará
          los besos de los amantes
          en la penumbra del jardín umbrío?

          Alejandría, hoy vuelvo a ti,
          a las tabernas del amor secreto,
          cuando el amor no era quimera
          sino un tibio lecho
          una piel de muaré
          y unos ojos de ónix o berilio.

          Alejandría, 
          presiento la plaza y los jardines,
          y los besos que dulces como el vino
          reposan en la noche.
          Por esos, Alejandría, hoy vuelvo a ti
          en un bajel que surca 
          el láudano y a fiebre
          para ver florecer los mirtos
          mientras el sol, de carmesí 
          tiñe el crepúsculo.

          Ni siquiera Caronte
          me hará cruzar de nuevo la laguna Estigia.

A veces me pregunto qué fue del poeta primerizo ,o no tanto, que escribió estos versos. Qué lejos me parece todo aquello. Cómo ha cambiado mi forma de escribir y que poco mi pesimista visión del mundo y de las relaciones personales entre los seres humanos. El tiempo solo ahonda el dolor de ser uno mismo.

LA MISMA CIUDAD LUISGÉ MARTÍN


Confieso que "La misma ciudad" [Anagrama, 2013] es la primera novela de Luisgé Martín que he leído. Mea Culpa. Ya he escrito en otras ocasiones que no soy un gran lector de novela, actualmente, quizás por falta de tiempo. Lo fui en mi juventud, pero no ahora. Solo queda seleccionar. "La misma ciudad" ha sido una gran elección. Dicho queda. No he leído las novelas anteriores de Luisgé Martín, pero sí, sus dos libros de relatos "Los oscuros" [1989] y "El alma del erizo" [2002] ambos en Alfaguara. Incluso leí ese libro mixto y fronterizo que es "Amante del sexo busca pareja morbosa" [Temas de hoy, 2002]. Pero volvamos a "La misma ciudad". Una novela breve con una historia intensa, dramática y sublime, según se mire. Uno se pregunta que hubieran hecho otros escritores con esta historia de Brando Moy, que entremezcla la crisis de los cuarenta, el 11 de septiembre de 2001 y la caída de las Torres Gemelas, la infelicidad de una vida -con mujer, Adriana, e hijo, Brent,  y trabajo estable y bien remunerado- demasiado feliz para ser cierta, un saxofón y una colección de jazz, la necesidad o la falsa necesidad de cumplir la ilusiones  y deseos que una vez tuvimos [montar en globo aerostático, hacer submarinismo, estudiar antropología, viajar a Europa, asistir a una corrida de toros, participar en carreras automovilísticas, tener una relación homosexual,  tomar drogas alucinógenas, navegar por alta mar, recibir lecciones de piano, practicar esgrima y aprender a bailar el tango, la samba y el foxtrot], la búsqueda irrecuperable de las oportunidades perdidas,  alusiones a una historia sucedida en el Chile de Pinochet, un poema de Cavafis que da titulo a la novela, el sexo compulsivo, el escritor Paul Auster,  solitarias señoras de cierta edad anhelantes de cariño y sexo, el hombre como animal autodestructivo y la rutina como un veneno que nos paraliza y nos envejece. Podrían ser quinientas páginas, pero a Luisgé Martín le han salido 131 páginas de letra clara y concisa. La novela comienza como una reflexión [A los cuarenta años, en suma, la felicidad se convierte en un asunto que concierne solamente a los demás] y luego se transforma en una novela de carretera, itinerante. Pasamos del skyline  de Manhattan a Bostón [donde la vida es una refutación de sí misma]. Y después, la huida a Colombia y el paso del protaqgonista por Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, México, España, Italia. Luisgé Martín propone un itinerario que más que una fuga es una reconciliación del personaje protagonista consigo mismo; una constaqtaciones del fracaso vital. El poema de Cavafis ya nos adelanta que por mucho que escapemos de nuestros errores estos irán con nosotros donde quiera que vayamos.  La novela añade demás, ciertos matices. No hay más paraísos que los perdidos. Y existe una edad para cada cosa. Cuando nos equivocamos es para siempre. Y las segundas oportunidades son una falacia. Brando Moy que aprovecha los atentados del 11 S para fingir su muerte antes su mujer y su hijo[ porque  un abandono es una traición,  pero una muerte, en cambio, no lo es] y transformarse en Albert Tracy, cumple la mayoría de las ilusiones y deseos que una vez tuvo, pero sin embargo no es feliz ni mejor persona ni se siente realizado. Es un hombre sombrío y extraviado, en palabras del narrador. Y es que siempre deseamos lo que no tenemos, añoramos lo que hubiéramos podido ser, y nos gustaría estar donde están los otros. Pero una vez que estamos allí, nos invade la nostalgia de la pérdida.  No podemos cambiar lo que somos. No podemos dejar de ser quienes somos incluso si no nos gusta ser quienes somos ni de volver al punto de partida. Puede que Adriana, como Penélope, aguarde pacientemente a que Brando Moy, como Ulises regrese para contarle todas sus aventuras, ésas que caben en el corazón de un hombre que ha saltado al vacío desde los alto de un edificio de cien plantas. No sé ustedes, pero "La misma ciudad" es una de esas novelas que uno tiene que leer y releer cada cierto tiempo porque radiografía la insatisfacción emocional inherente a todo ser humano y aunque no nos salve de nada nos salva de nosotros mismos y de la rutina del vivir.

domingo, 2 de junio de 2013

AMOR MUY FRÁGIL ANA MERINO



Hacer excepciones siempre está bien. Nunca he escrito aquí nada sobre teatro, aunque durante años fui un empedernido lector de teatro escrito cuando no podía asistir al teatro porque en mi ciudad no lo había. Ésta es la primera vez que escribo sobre una obra concreta.  La obra se titula "Amor muy frágil" y su autora es Ana Merino [Madrid, 1971]. Se trata de su primera obra como dramaturga, pero sin embargo posee una amplia y delicada obra como poeta. En casa debo tener un par de sus primeros poemarios: "Los días gemelos" [1997] y "Preparativos para un viaje"[1994] Luego le perdí la pista. Ahora la redescubro como autora de una más que interesante obra teatral sobre como pone en la contraportada Dos amigos arquitectos que comparten estudio...e inician una relación sentimental entre ellos. Por supuesto hay una mujer y el triángulo es más complejo de lo que parece. Y hay dos líneas paralelas más que refuerzan y matizan el discurso de la obra. Lo bueno del teatro es que se le exige un discurso. A la poesía solo se le pide que emocione. Al teatro que nos convenza. Es la impostura mayor en literatura. La autora ha jugado muy bien sus piezas. Las ha movido por el escenario componiendo un drama descarnado. El homosexual machista que no se acepta como tal, pero tampoco acepta ser abandonado. Y a su alrededor otros dramas no menores sobre las falsas apariencias de los burgueses y los acomodaticios matrimonios sin amor que sostienen nuestra bien pensante sociedad actual; tan hipócrita y tan de derechas. La obra no suena a alegato, suena a verdad profunda, aunque quizás le sobre algún tic forzado o la aparición de la hija del matrimonio para reforzar una decisión que ya estaba tomada, pero serían defectos menores, frente a las bondades del texto teatral bellamente editado por la editorial Reino de Cordelia y que incluye fotografías del montaje suizo de la obra, además de un prólogo y epílogo de la autora. Son muchos los momentos brillantes. destaco solo un pequeño fragmento de unos de los parlamentos: ...¿Qué otra cosa es el sexo, Jorge? Cuerpo sobre cuerpo. Tacto, mucho tacto, gusto olfato. Es volver a la vida más primitiva, es ser vida simple y llanamente. Algunos le ponemos el condimento del amor para darle trascendencia. Nos inventamos el amor, Jorge, nos inventamos una pureza imposible, porque nuestra existencia es sólo casualidad. Somos igual que el resto de los mamíferos, y como ellos somos instinto, puro instinto hormonal...Queremos que nos amen, queremos amar para estar vivos y sentirnos luminosos. Pero estar vivo también es sentirse vacío y no sentir nada y ver que los años al final dejan un poso de pena...El desamor, Jorge, es el grado más alto de nuestra inteligencia, cuando lo desciframos en nosotros llegamos abismo de nuestra soledad...

sábado, 1 de junio de 2013

EL FIN DE SEMANA BERNHARD SCHLINK


De mis meses de ausencia  espiritual  de esta página recupero una lectura  necesaria: "El fin de semana"  publicada por Anagrama, de Bernhard Schlink [ Bielefeld, 1944].  Ya he hablado en otras entradas de este blog de los libros necesarios. No pienso insistir. Esta novela se publicó en alemán en 2008. El titulo es poco explicito, tanto en su idioma como en castellano. "Das Wochenende". No describe. Sitúa en el tiempo. El tiempo, los tiempos, son importantes en esta novela que trata sobre las implicaciones morales de nuestras acciones pasadas. ¿Cómo asumir nuestros errores? Eso que en poesía se conoce como el peso del pasado. Schlink nos sitúa en un lugar abierto del campo, pero que  sin embargo tiene todas las connotaciones de ser un lugar cerrado, un callejón sin salida. Estamos hablando de moralidad y de ética. Algo que en la sociedad actual no existe ni por asomo. El hombre es un un ser ético o si no, entonces, es un animal de carga que da vueltas y vueltas en la rueda de la mansedumbre social. Y a veces ese animal se rebela y se transforma en el animal del tiro en la nuca. Que las razones sean justas no justifican el cambio. La novela se divide en tres partes como el fin de semana: viernes, sábado y domingo. Pues lo dicho. Un fin de semana, una casa de campo y varios amigos de la juventud que se reencuentran tiempo después. Ya suponemos que habrá reproches y heridas sin cicatrizar y lamentaciones y más. Todo gira en torno a la salida de la cárcel de Jörg un miembro de las antiguas Brigadas Rojas con cuatro asesinatos a sus espaldas. Sale de la cárcel pero nunca ha pedido perdón. Para qué. A su alrededor su hermana no tan inocente y devota como parece y su amigos,Ilse, Ulrich y su mujer y su hija adolescente y promiscua, Henner, Andreas, Karin y Marko.  Cada uno representa una actitud. Ya lo tenemos todo. El lugar, los actores y el dilema. Solo queda que hablen y hablen y hablen y se pidan perdón o no, y descubran que el tiempo les ha robado los ideales o no. No abundan los grandes secretos. ¿Quién traicionó a Jörg? ¿Por qué le han indultado? ¿Volverá a la defensa de los postulados que le llevaron a prisión veinte años atrás? El trasfondo  del relato es la historia negra de una Alemania que intenta borrar las huellas de su pasado. Esto ya lo trató  el autor desde otro punto de vista en "El lector" [1995] novela que no he leído, porque es el tipo de novela que no se  puede leer después de haber visto la película que S. Daldry realizó sobre ella. Son incompatibles. No suceden grandes cosas durante este fin de semana. No hay apenas gritos y abundan más las medias verdades y los susurros. Uno quizás espera más de un tema como el terrorismo. El autor es juez y pretende que reflexionemos sobre el asunto. Reflexión sin sermoneo. Sus virtudes literarias son las precisión y la claridad. Esta novela aunque sea una contradicción es una pieza de teatro de cámara. Hay temas colaterales, la culpa, el arrepentimiento, la amistad traicionada, el fracaso de los sueños, el deseo. Schlink intenta dar varios puntos de vista. Quiere ser ecuánime. Lo que se calla es tan importante como lo que se dice. Siempre he pensado que una novela es algo más que un artefacto artístico para pasar el tiempo; mero entretenimiento. Una novela nunca puede ser inocente. Debe ayudarnos a crecer y a madurar. Para entretener el autor tiene otras obras donde al tiempo medita. Recuerdo haber leído en su momento "La justicia de Selb" [1987] escrita a medias con Walter Popp y "El engaño de Selb" [1992] dos novelas policíacas excelentes. "El fin de semana" es una meditación sobre la fragilidad del ser humano, sobre sus debilidades y sus imperfecciones, sobre la cotidianidad del monstruo que todos llevamos dentro.