domingo, 29 de diciembre de 2013

WEEKEND ANDREW HAIGH


Saben lo que es una película minimalista? "Weekend" de Andrew Haigh lo es. Una película minimalista gay.  En realidad es una historia de amor clásica, muy clásica. Chico encuentra chico, chico se enamora de chico, chico pierde chico. Así de simple. Solo que en plan gay que queda más moderno y más trasngresor. Esta historia se podía haber contado perfectamente con una pareja heterosexual y no hubiera ocurrido nada. Casi hubiera pasado desapercibida. La gracia está en que son dos hombres los que viven la  trillada situación de partida  y entonces todo parece nuevo. Hay mucho plano fijo de edificios y árboles y cielos. Hay muchos planos sin música. Muchos planos del maravilloso Tom Cullen en silencio. También hay abundante alcohol y algunas drogas. Y conversaciones sobre la soledad. La soledad, el tema de fondo del asunto. En el fondo todos estamos solos. Hay una orfandad implícita de los personajes. Un movimiento de huida. Es difícil huir de lo que somos. Negar lo que nos mueve. Aceptar nuestras imperfecciones y nuestras ineptitudes. Como anuncia el título la película transcurre en un fin de semana. Chico conoce a chico, chico se enamora de chico, chico pierde a chico. Entre el conocimiento y la perdida, una vida. Se puede vivir toda la vida recordando un gran amor de un solo fin de semana y follar con cuatro o cinco mil personas en una vida y no haber sentido nunca nada por nadie. Andrew Haigh acierta a contarnos esta pequeña historia de amor homosexual y universal al mismo tiempo. Los actores tienen eso que se llama química. Bromeando podría decir que se trata de química orgánica. O bromeando un poco más que se trata de física y química. Yo me lo he pasado en grande viendo la película. Es una película triste. Los finales felices casi nunca interesan, más que a los cristianos ortodoxos que tienen el cielo ganado hagan lo que hagan y a los partidarios de los partidos de derechas que necesitan finales felices para soportar su propia mediocridad. La vida no suele proporcionar finales felices. Sobre todo si eres gay. Por supuesto no busquen la película en los cines. La he visto en DVD. En versión original subtitulada. Como hay que ver el buen cine. 

viernes, 27 de diciembre de 2013

NYMPHOMANIAC LARS VON TRIER

Si fuésemos uno de los hermanos Marx diríamos eso de primera parte de la primera parte contratante...pero claro, solo somos un espectador que ha ido a ver "Nymphomaniac. vol 1" de Lars Von Trier [Copenhague, 1956] Pone sobre aviso que digan que se trata de una versión que tiene la aprobación del director pero en la que no ha intervenido para cortarla. Esperaremos a la segunda parte de la parte contratante que parece que se estrenará el 24 de enero. La película promete más de lo que da. O quizá da cosas diferentes de las que promete. Los diálogos son mejores que las escenas sexuales. A nadie le escandaliza ya ver la polla de un actor en erección. Resulta más llamativo que una actriz diga a las primeras de cambio que descubrió su coño a los dos años. La verbalización del sexo es más estimulante que su plasmación en imágenes. No podía ser de otro modo si la protagonista es una mujer que mantiene ocho o nueve relaciones sexuales cada día. El sexo acaba convirtiéndose en algo mecánico. Ella se culpa, a pesar de no ser religiosa. Eso es interesante. A mi la culpa siempre me ha parecido que tenía mucho que ver con la represión religiosa. Si no uno es religioso no debería sentirse culpable. La película es lenta. Se divide en capítulos y uno no sabe muy bien a que carta quedarse. Como melodrama  tiene momentos, pero como comedia resulta impagable. Me refiero por ejemplo a toda la secuencia interpretada por Uma Thurman o toda la comparación entre la caza y captura de hombres en un tren con las técnicas de la pesca con mosca. La técnica ésta, la de la casa con mosca, que ha dado lugar también a alguna que otra película "El río de la vida" Robert Redford [1992] Ya digo me interesa más las película por lo que se dice que por lo que se practica. El director se ha buscado una de esas actrices con cara de ángel para representar el papel de Charlotte Gainsbourg durante su adolescencia y primera juventud.  Un tópico de todo hombre: la ninfómana con cara de ángel capaz de los actos más abyectos con el mayor impudor. La actriz cumple a la perfección mientras una machacada Gainsbourg va desgrananado con parsimonia ante Stellan Skarsgand los hitos de su frenética vida sexual entre teorías de pesca con mosca, música de Rammstein y de Bach, elucubraciones sobre Fibonaci y alguna recreación visual de cuadros de Balthus.  Y entre secuencia y secuencia de sexo y alguna felación con regusto a esperma fugitivo, frases como " el elemento secreto del sexo es el amor". Ahí queda eso. O una que me gusta un poco más: " todos estamos esperando permiso para morir". Lars Von Trier en estado puro. Quizá en este país nuestro con leyes tan restrictivas como la que acaba de aprobar el gobierno sobre el aborto y  ministros tan cínicos y casposos, además de retrógrados y una iglesia ortodoxamente ultraconservadora puede que la película levante alguna polémica absurda. Por lo demás creo que somos lo suficientemente adultos como para ver una película que abre grietas sin romper moldes.

lunes, 23 de diciembre de 2013

ANTOLOGÍA DE SPONN RIVER EDGAR LEE MASTERS


Meses. Llevo meses arrastrando la "Antología de Sponn River" de Edgar Lee Masters [Garnett 1868-Melrose Park 1950] de una ciudad a otra los fines de semana. Cierto son 370 páginas. Pero esa no es la causa. Hay libros difíciles. La antología de Lee Masters lo es, a pesar de que en su momento se consideró un best seller literario. Algo inusual en poesía.  Se publicó  en 1915. Son en torno a 250 epitafios. Doscientos cincuenta epitafios son muchos para leerlos de seguido; a pesar de la variedad. Atención, un libro de poesía compuesto de epitafios.  Una revisitación americana de la Antología Palatina. Cada poema lleva por titulo el nombre de un personaje. Son monólogos, casi siempre paradójicos. Abunda la ironía y la critica social. Masters dibuja un  completo y complejo mapa  de una sociedad en momento dado. Los poemas se leen como una crónica social de la época. Dan la impresión de ser microrrelatos poéticos. Epitafios en primera persona donde se airean las miserias del difunto. Lo que somos, lo que deseamos ser, lo que aparentamos ser, lo que al final queda de nosotros. Nuestro epitafio. Abundan los apaños sexuales y los líos políticos y los trapicheos económicos. Como la vida misma. La edición completa la ha publicado Bartleby Editores con traducción de Jaime Pride. Uno puede elegir los epitafios que más le gusten. Los personajes epigrafiados pertenecen a todas las clases y categorías sociales. Algunos mueren antes de tiempo otros viven longevas vidas. Hay marido y mujeres, padres e hijos. Cada fallecido deja una moraleja en su epitafio. Seth Compton nos asegura que Nadie sabe qué es la verdad/ si no sabe que es la mentira. Elizabeth Childers exclama que ¡ La muerte es mejor que la vida!  Para Ernest Hyde Un espejo agrietado no refleja imágenes. Para Sexsmith, el dentista La moralidad es el hueco de una muela/  que se rellena con oro.  Para Margaret Fuller Slack ¡El sexo es el azote de la vida!   Y según Lucinda  Matlock Hace falta vida para amar la vida. De eso nos hablan estos muertos en sus epitafios, de la vida, ahora que ya la han perdido. Lee Masters debió de pasárselo en grande escribiendo estos poemas en verso libre. Su vida no fue mucho mejor ni más ejemplar que la de algunos de los personajes inventados de esta antología de Sponn River. Treinta años como abogado, dos matrimonios infelices, veinte años malviviendo en una habitación del mítico Hotel Chelsea. Un gran éxito poético que nunca más fue refrendado por sus libros posteriores. La amargura, la frustración, la bebida.  La decadencia. Sin embargo a fecha de hoy esta antología de Sponn River está más viva que nunca. Como muestra un fragmento: ¿Por qué surgen siempre  los grandes conflictos/ de las cosas más pequeñas y no de las que valen la pena?/ Si los hombres siempre han de obrar de la misma manera, / si el ron ha de ser el medio de liberarse/  de la negación  de la vida y de la esclavitud, entonces, pues vale...¡que me den ron! Pasen y beban el ron de esta poesía moderna y social al mismo tiempo. Si fue un best seller fue por algo y ese algo continua latiendo en estos versos colocados como flores frescas sobre las tumbas de los muertos.

domingo, 15 de diciembre de 2013

PRIMOS


Esta entrada es poco literaria y algo sentimental. Un día uno descubre que no está solo en  el caso del mundo, que tiene familia; una familia que no pensaba o imaginaba que poseía. Son los primos. Los primos son unos seres raros. Son y no son. Están, pero no están. Eso me ha sucedido a mí con mis primos; que estando siempre a un tiro de piedra, siempre han parecido no estar. Unos más lejanos que otros, pero todos igual de queridos. Uno se acostumbra a vivir sin los primos, pero llega un día en que los reencuentra y a partir de ese día quisiera recuperar el tiempo perdido y no volver a separarse de ellos, aunque la distancia es un factor a tener en cuenta. Todos los primos tienen un aire de familia. Un aire como de abuelos comunes y diferentes matices de personalidad. Los primos son las piezas de un rompecabezas. Unos encajan más que otros.  A veces nos preguntamos dónde encajamos nosotros. La vida y el azar nos ha dispersado por la cartografía de un país sin afectos. Familia, hijos, obligaciones. Sin  embargo, en ocasiones, la vida nos recompensa. Y se produce el pequeño milagro. La coincidencia. Algún día, a no mucho tardar, escribiré un relato que hable del asunto. Un relato que se titule "El día de los primos". O simplemente: Primos.

domingo, 8 de diciembre de 2013

EL CASO COLLINI FERDINAND VON SCHIRACH


Dos libros de cuentos; "Crímenes" [2011] y  "Culpa" [2012] una novela; "El caso Collini" [2013], un escritor jurista de reconocida trayectoria o jurista escritor de incipiente éxito: Ferdinand Von Schirach [Munich, 1964]  Relatos sobre casos reales, una novela sobre un caso que suscitó un vivo debate en la sociedad alemana. Un fenómeno editorial. Uno siente cierta irritación hacia los fenómenos editoriales. En este caso no hay ningún problema, esta irritación y esta prevención son infundadas. Ferdinand Von Schirach es un merecido fenómeno editorial y lo es por derecho propio y por calidad literaria. Había leído sus dos libros de relatos, pero no los había reseñado aquí porque a uno le resulta imposible hablar de todo lo que lee, pero ambos libros me parecieron en su momento extraordinarios.  No solo por lo que contaban -yo que soy un gran admirador de la novela policíaca, si no por cómo lo contaban. Por la precisión, por la sequedad del estilo, por la contundencia del punto de vista, por los dilemas morales que planteaba, por la difícil elección de los detalles; pues otra cosa no es un relato que la elección de los detalles relevantes. Precisión, sequedad, contundencia. Y también una cierta piedad por los seres humanos que en un momento dado de sus vidas se ven abocados a cometer un acto -sea del tipo que sea-, que los coloca al otro lado del espejo de la ley. De eso nos habla Von Schirach.  Él ha dicho que  escribe sobre " el ser humano, sus fracasos, su culpa y su grandeza". La grandeza del ser humano estriba en que es humano y que por eso se equivoca y es capaz de rectificar o no. Fracaso, culpa, grandeza.  Me gusta mucho la cita de Werner K. Heisenberg que encabeza "Crímenes" : La realidad de la que podemos hablar/ jamás es la realidad en sí.  Von Schirach afirma que escribe sobre procedimientos penales, pero hay que ver cómo escribe sobre esos procedimientos penales. "El caso Collini" su primera novela es ejemplar al respecto. Es precisa, seca y contundente. De una violencia tajante, tanto física -la descripción del del asesinato  de Hans Meyer; el capítulo de la autopsia; la descripción de la muerte de la hermana de Collini-, como sexual- la escena de Caspar Leinen con Johanna;o la de Mattinger y su  joven novia ucraniana: Tenía el albornoz abierto, su vello pectoral era blanco. Se dejaba satisfacer por su novia, una ucraniana muy joven. Todos los días le repetía un sinfín de veces lo mucho que la quería. A Mattinger le resulta indiferente. Sabia que una relación así siempre era por interés mutuo....  La novela no es complaciente ni pacata con las actitudes humanas. Todos somos ángeles y demonios, tiernos y terribles al tiempo. Siempre hay una frase aforística que sentencia un instante, matizando su sentido. La novela apenas tiene 151 página.  Al autor le da tiempo a casi todo. Es un narrador nato y un escritor inteligente. También me gusta mucho la cita que encabeza "El caso Collini": Probablemente estemos hechos para hacer lo que hacemos. Ernest Hemingway. Ferdinand Von Schirach está hecho para hacer lo que hace. Y como escritor  es un fenómeno editorial de primer orden. No defrauda. No leerle carece de disculpa.

viernes, 6 de diciembre de 2013

PLANO DETALLADO DEL INFIERNO ANTONIO FONTANA



El comienzo perfecto: la muerte llega cada tarde a eso de las ocho, la hora en que a los enfermos empieza a subirles la fiebre. La muerte llega cada tarde puntual a las ocho y el cartero siempre llama dos veces. No, no se trata de una novela policíaca. Se trata de una intensa novela breve sobre lo complicado que es vivir la vida y el azar de la vida. Su autor Antonio Fontana [ Málaga, 1964] La novela: "Plano detallado del infierno" [ DVD, Ediciones, 2007] es la tercera de las cuatro novelas que tiene publicadas. Apenas ciento veinte páginas para narrar una historia mínima. Tres capítulos, tres voces diferentes, tres infiernos distintos que son un solo infierno. Una historia escrita desde dentro, desde la intimidad dolorida de los personajes. Desde la desolación de la vida como absurdo absoluto. Existencialismo en estado puro. Y claro el infierno no son los otros, somos nosotros mismos. Fontana consigue estructuralmente algo casi imposible en la vida real, pero no en la literatura; la cuadratura del círculo. La historia de un accidente que se podría haber contado en línea recta, objetivamente, en manos de Antonio Fontana se transforma en la curva  subjetiva del accidente  y si una línea recta une dos puntos, si añadimos un tercero, comienza a curvarse el trazado y cada personaje posee y añade una nueva perspectiva al asunto. Escena uno: un hombre, el culpable del accidente de haber alguno que no sea el azar, vela en el hospital a su mujer en estado vegetativo, a la que no amaba ya, pues el deseo se había transformado en rutina y desidia, mientras le reprocha los hijos que no tuvieron, al mismo tiempo en la habitación de al lado unos padres hacen lo propio con su hija pequeña. Se intuye que ambas fallecerán. La muerte teje. Son las víctimas inocentes. Escena dos: un hombre abandonado/ encerrado en una residencia para la tercera edad le reprocha a su hijo y a su nuera que le hayan encerrado/ abandonado allí después del fallecimiento por cáncer de su esposa, a la que posiblemente tampoco amaba pues mantenía una relación extramatrimonial con la vecina del quinto, y no cesa de quejarse del compañero con el que comparte habitación que lo confunde con su esposa fallecida y no para de reprocharle los hijos que no llegaron a tener. Escena tres: una mujer le pide a su marido que la deje y éste la obedece y se marcha dejándola sola con su dolor y sus reproches. La mujer espera que vuelva o quizá lo desea. O no, tampoco importa. Se siente culpable porque mantenía una relación con el vecino, alcohólico y maltratador, cuya mujer estaba enferma de cáncer. Iba a abandonar a su marido el día que atropellaron a su hija en aquella curva.  Ya digo, la curvatura del círculo. Y todo ello  escrito con un lenguaje escueto, preciso, obsesivo, duro. Una novela que no es fácil de leer;: sin embargo, compensa su lectura. Una novela de la cual es difícil desprenderse en un tiempo cuando la acabas, porque cuando uno entra en el infierno, aunque posea un plano detallado, resulta imposible salir de él.

sábado, 30 de noviembre de 2013

LOS DÍAS MÁS FELICES RODRIGO HASBÚN


¿Cuentos, novela? ¿Género híbrido? Extraña mezcla en todo caso. Historias vagamente inconexas sobre el rito de paso de la adolescencia. Crecer es dolor. Crecer es doloroso y triste y sobre todo solitario. Un rito de paso solitario. Empezamos a dejar de ser hijos o hermanos de, para empezar a ser  amigos de, amantes de, para empezar a ser nosotros mismos o no. Algo más de lo ya lo éramos, o no, desde la infancia. Comenzamos a tomar decisiones, casi siempre equivocadas, pero nuestras. Comenzamos a comprender que somos el resultado de una suma y una resta. Predominan las pérdidas. Un poco de todo esto habla esta novela/libro de relatos de Rodrigo Hasbún [Cochabamba, 1981]. El titulo tiene mucho de ironía y leves implicaciones subliminales de los happy days de Bekett. La forma de narrar de Hasbún es dura e incierta, difusa. Coloca al lector en tierra de nadie. El lector es un naufrago en tierra de nadie. ¿Se puede ser un naufrago en tierra de nadie?. No hay un norte, ni un punto de orientación claro. La voz narrativa fluye, muta. Los puntos de vista cambian de una página a otra o en la misma página. En el muro narrativo hay más huecos de ladrillos. Las elipsis son brutales, cortantes. El sentimentalismo escaso. El futuro imperfecto, negro, un túnel sin salida. la precariedad emocional es la norma. La familia tampoco es un refugio. Vivir a la intemperie. Un puñado de héroes dispuestos al fracaso. Un fracaso que quizá no intuyen o quizá si. La prosa de Hasbún juega con lo neblinoso, se demora al narrar, cubre, borra, reescribe, niega y afirma y vuelve a negar y así constamtemente. Lo deja todo en el aire para que caiga a plomo, por su propio peso. Caída libre. Predominan las medias verdades; lo que no se dice sobre lo que se dice; lo que se niega sobre lo que se afirma. El ambiente es triste, los personajes tristes, el sexo es triste, el porvenir mísero. Los abuelos mueren. Los sueños también. Los deseos cambian. El miedo permanece. Porque el miedo es junto al sexo uno de los motores que mueven al ser humano. " Los días más felices" [Duomo, 2011] es un libro de fragmentos, de retazos, de retahílas al modo de Carmen Martín Gaite, de partes de guerra de un combate que desgasta y donde siempre se pierde. Sobre todo la inocencia. Ésa es la tragedia de vivir; sentirlo todo como pérdida. Ser capaces de asimilar que estamos en el tiempo para la muerte es un vano consuelo. Ser capaces de comprender que lo que seremos y dejaremos de ser, lo que querríamos ser y nunca seremos puede que nunca se cumpla y que el futuro quizá sea un poco cruel y despiadado no con algunos sino con casi todos,  tampoco ayuda. Al final el sabor es amargo. Pero no es la amargura del patetismo, sino la amargura que procede de la compresión profunda  de lo que implica o no implica vivir o no vivir. 

viernes, 29 de noviembre de 2013

EL RITO INGMAR BERGMAN

 


Casi he dejado de ir al cine. La ciudad donde vivo actualmente entre semana ha cerrado sus cines. Y los fines de semana prefiero descansar o leer o escribir. En televisión solo ponen memeces y bodrios. Uno que se educó sentimental y cinematográficamente con los ciclos de la dos; cuando la segunda cadena era para minorías. Ahora ya ni siquiera es. Así de raro he salido. Me he refugiado en el DVD. Es más barato comprar un par de películas de un director antiguo que acudir a una sala de cine a ver cualquier nimiedad actual con pretensiones. Y además la mayor parte de las películas que me interesan no llegan ni siquiera a una gran capital como Alicante. Solución rescato películas antiguas que no vi en su momento o que vuelvo a ver. Está vez; "El rito" película  de 1969 para TV de uno de mis directores de culto Ingmar Bergman [1918-2007] Apenas setenta y algún minutos, cuatro personajes, muchos pimeros planos, muchos diálogos a dos y a tres bandas, un hermoso blanco y negro de Sven Nykvist, un tema poco tratado en cine - una denuncia por obscenidad contra un grupo de teatro-, otro algo más manoseado, las relaciones  sentimentales y sexuales a tres dentro del grupo. Diálogos brillantes, teatrales, crueldad a pico pala, unas actuaciones soberbias incluso si uno las ve y las escucha en sueco con subtítulos. Bergman en estado puro. Y la increíble Ingrid Thulin. Su solo rostro nos basta. Y la curiosidad de poder entrever al director interpretando un papel breve de sacerdote.

viernes, 22 de noviembre de 2013

EL CENTRO DE LA SOMBRA II RAMON BASCUÑANA


Este fin de semana toca corregir pruebas de autor de mi próximo poemario: El centro de la sombra. Corregir pruebas de autor siempre es un tema delicado. Al final siempre hay alguna errata, por muchas vueltas que le demos a los poemas. Los leemos con la mente no con los ojos.  Los leemos desde la nostalgia del momento en el que fueron escritos, desde sus circunstancias; desde su latido. Es extraño enfrentarte tras cierto tiempo a la publicación de un nuevo poemario. Llevaba cuatro años sin publicar libro nuevo. Había publicado la antología "El gesto del escriba" y "Lectores compulsivos" un libro de relatos, pero no obra nueva de creación poética. Uno se siente más a la intemperie todavía. Y luego está el pudor y el espejo de la palabra. Releyendo los poemas pensaba que el libro era y es pesimista, pero quizás tiene algo de retorno al pasado, de melancolía por el tiempo pasado, que no fue mejor pero que quizás me lo parecía mientras escribía los poemas de este libro que habla también de metaliteratura y de desamor y de soledad y de la muerte, un poco lo de siempre, pero que contiene  dos o tres poemas que me gustan mucho, a mí que casi  nunca me gusta nada de lo que escribo, porque enseguida me distancio del ejercicio de dolor que es escribir un poema. El titulo proviene de una cita de Alejandra Pizarnik. Bueno tengo todo el fin de semana por delante para trabajar.

domingo, 17 de noviembre de 2013

PERSONAS COMO YO, JOHN IRWING


Tenía mis prevenciones. Ya saben todo eso de ser un autor de libros adaptados al cine tipo  Las normas de la casa de la sidra, Una mujer en difícil, El mundo según Garp....pero el tema de la última novela de John Irwing [Exeter, 1942], la que hace la número trece,  me interesaba más que otras consideraciones previas sobre las bondades literarias y cinematográficas del autor. Al final uno lee por intuición y por convicción y porque le da la gana. La novela de casi 500 página es absorbente de principio a fin, aunque quizá anticlimática en la parte final. El adjetivo que debería emplear para ensalzarla sería apasionante. Absolutamente, apasionante. Luego, tirando de diccionario letra por letra cabría añadir: brillante, culta, delirante, emocionante, feroz, gozosa, honesta, irónica...y un largo etcétera. Podrían cambiarse los adjetivos, pero los admite casi todos. Para alguien que haya leído alguna de las novelas anteriores de Irwing, puede que "Personas como yo", no sea ni tan apasionante ni tan brillante ni todo lo demás. Puede que solo sea más de lo mismo, otra más, no muy diferente de la anterior; pero puede que eso no sea malo. Nunca me cansaré de repetir esa gran verdad repleta de mentira que es esa generalización, quizá  procedente de la entrevista de  F.Trufaut a Alfred Hitchcok, donde se afirma que un artista siempre repite el tema de su primera obra con ligeras variantes. Da igual que sea pintor, escritor o cineasta. Independientemente de que "Personas como yo" se vea como una variante de novelas anteriores con el mismo esquema,  la novela tiene su morbo. Hay un hombre que recuerda  su vida, especialmente, su infancia y adolescencia. Es escritor, tiene la misma edad que el escritor que escribe la novela y sus vicisitudes suceden más o menos por los mismos lugares y en la misma época en la que sucedieron las del autor. El pueblo se llama First Sister, Vermont. Salen personajes, el padre-padrastro y el tío que ya habían salido de otra manera en novelas anteriores; el  personaje de la madre no sale bien parado, el padre de verdad está ausente, se tarda tiempo en buscarlo o no se le quiere buscar. Concomitancias con "Hasta que te encuentre" [2005] 900 páginas.  Claro, y está Dickens, Charles Dickens y sus novelas. Que están en casi todas las novelas del autor. Pero también están Flaubert y Madame Bovary, y Shakespeare en diferentes versiones de sus obras teatrales -Romeo y Julieta, La tempestad, Noche de Reyes, y versos de Goethe y de Rilke, e Ibsen con Hedda Gabler y Casa de Muñecas y El pato Salvaje y Verano y Humo de Tennesse Williams y por supuesto está La habitación de Giovanni  de James Baldwin.  El argumento va sobre el despertar sexual de un  adolescente bisexual. La rima queda bien. Pero ese aprendizaje es mucho más que eso, abarca un concepto del mundo y del deseo y los afectos y el autor es capaz de equilibrar un tema  duro y con muchas aristas. La historia está contada en primera persona por el protagonista que no tiene porque caernos bien. Es demasiado autosuficiente, demasiado indiferente a casi todo, en exceso brillante como la novela,  y lo que de verdad sostiene el armazón de la trama no es la voz narrativa sino los personajes secundarios perfectamente dibujados pero abundantes y curiosos. El elenco de secundarios está encabezado por la señorita Frost, la bibliotecaria, el padre ausente William Francis Dean, el  apuesto padrastro Richard Abott, el abuelo dueño del aserradero y que en su tiempo libre interpreta personajes femeninos en las obras de teatro: Harold Marshall; la tía Muriel, el borrachín tío  Bob, encargado del departamento de admisiones de la Academia Favorite River,  el socio noruego del abuelo y director teatral aficionado Nils Borkman, la prima lesbiana Gerry, a quien  nadie llama Geraldine, la mejor amiga del protagonista Elaine Hadley y su sujetador, la madre de Elaine; Martha, una hippie adelantada a su tiempo, la travesti Donna,  la cantante suplente Esmeralda en una versión operística de Macbeth, el docktor Grau,  el poeta Larry Upton, el entrenador del equipo de lucha Herm Hoyt,  algunos de los estudiantes de la Academia Favorite River y sus familiares: Carlston Delacorte,  la madre de Delacorte, Tom Atkins, su hijo Peter,  Georgia Montgomery y como no, ese ángel/demonio que es Jacques Kittredge del que se enamoran por igual Elaine y el protagonista  Hay más, pero lo fundamental es como el autor maneja las vidas y las muertes de estos personajes a lo largo de la narración. Los huecos, las ausencias, las elipsis. Una vez entras en la dinámica de la narración el autor es capaz de hacerte comulgar con piedras de molino y de rizar el rizo de la casualidad.  En cierto sentido esta  novela  sobre encaprichamientos poco convenientes, bisexualidad, sida y teatro, es excesiva, barroca, polimorfa, truculenta. Una especie de representación al límite. ¿Pero qué es una novela sino un universo propio con leyes propias y coherentes? A partir de cierto momento uno no puede dejar de leer y aunque ya digo que el final es posiblemente lo más flojo de la historia, es un final coherente con todo lo narrado anteriormente. Termino con uno de los versos de Goethe que el protagonista traduce a Jacques Kittridge. Un verso que como el mismo  recuerda parece más un verso de Rilke que de Goethe: Der Kuss, der letzte, grausam süss / El beso, el último, cruelmente dulce.

domingo, 10 de noviembre de 2013

CONCESIONES AL DEMONIO, OSCAR SIPÁN


En mi último viaje a Zaragoza compré "Concesiones al demonio" [Nalvay, 2011] de Oscar Sipán [1974, Huesca] No lo compré porque sí, aunque buscaba otros libros de autores de la ciudad. Buscaba Mardeley en venta, de Patricia Esteban Erles, pero al no encontrarlo compré estás concesiones al infierno propio que todos llevamos dentro, escrita por un autor al que conocí  por unas horas muchos años atrás en una de esas entregas  de premios donde intercambias direcciones y teléfonos y luego te olvidas de escribir o llamar. Fue en el año 2000 en el certamen de cuentos Villa de Guardamar. Oscar Sipán era el finalista y yo el ganador.  Si hubiera sido al revés tampoco hubiera pasado nada. Creo que vino con una chica, o quizás su pareja de entonces. El tiempo deteriora los recuerdos. Los relatos se publicaron el el libro de fiestas de moros y cristianos y compartimos un caluroso  y desértico acto de entrega de premios y poco más. Oscar se postuló para volver  a la ciudad costera en la feria de libro, puesto que ya había publicado una novela. Supongo que se trataba de "Rompiendo corazones con los dientes" [1998]. Yo también estuve firmando ejemplares de alguno de mis poemarios. Yo era un poeta que intentaba escribir narrativa con la lentitud de un escriba egipcio manco. El era y es un excelente escritor de relatos. He ido siguiendo su pasos en la nieve del tiempo y de años, aunque sus libros son difíciles de conseguir. Uno es tenaz y a veces logra su objetivo. Concesiones al demonio se nos vende como novela. Da la impresión de que la novela vende más. Y será una novela porque cualquier cosa que este entre dos tapas duras y lleve el nombre de novela, es una novela. A nadie le quepa duda.  A mí se me antoja un estupendo libro de relatos.  6 historias por 7 personajes. La unidad de lugar la pone el edificio Zabullon donde todos viven, conviven, malviven o se ignoran. Las historias se cierran sobre sí mismas. Están construidas con frases tan brillantes que quitan el aliento. Y claro luego está la fauna que protagoniza estos relatos-novela:  la niña de la esvástica; el anciano jubilado, rebelde y solitario; el exciclista profesional enfrentado a la dura rutina de la supervivencia; la mujer madura a la caza y captura del utópico príncipe azul, esa contradictoria y equidistante pareja de escritores que parecen reflejarse cada  uno en el espejo cóncavo  o convexo del otro y ese infiel  vendedor de joyas  a domicilio. Todo con una brillante capa de barniz irónico. Una  impagable galería de personajes inclasificables y de vidas perdidas en el laberinto  del infierno que resulta ser la vida. Porque el infierno no es lo que nos aguarda cuando morimos; el infierno es la vida con todas sus incertidumbres. Concesiones al demonio, sea una novela o un libro de relatos, o ambas cosas a la vez, o ninguna de ellas,  se devora en un par de horas como si fuese una película antigua y te deja durante muchas semanas un sentimiento extraño. La impresión de haber asistido a un deslumbramiento literario.

sábado, 2 de noviembre de 2013

EL MAPA DE AMÉRICA PABLO GARCÍA CASADO


Este es el año de las relecturas. Acabo de volver a leer "El mapa de América" [DVD poesía, 2001] de Pablo García Casado. Suelo ser parco en escribir sobre poesía en este blog aunque sea el tema fundamental y prioritario en mis lecturas. Pero de vez en cuando me dejo llevar. Conocí al autor una tarde hace ya muchos años en una lectura poética en Murcia. Había otros poetas importantes por allí: Eduardo Garcia, Antonio Lucas, Álvaro García. Daba la impresión que en aquella época había que apedillarse García para ser poeta y publicar en una editorial importante y de prestigio. Ahora ya no quedan editorial importantes y de prestigio, al menos en el sector poesía. No recuerdo el año. Creo que me firmó un ejemplar de "Las afueras" [DVD, poesía, 1997] Su poética de poema narrativo en torno a la desolación vital y al fracaso se agota pronto, pero resulta estimulante. Posiblemente me gusten más los poemas de "Las afueras". No sé, con los poetas es difícil transigir. ¿Cuál es su mejor libro? ¿Cuál su peor? Ahora acaba de publicar su tres poemarios juntos en Visor bajo el titulo de "Fuera de campo". He vuelto a leer sus poemas, a sentir el pulso de su respiración, su latido. Algunos poemas todavía viven, parecen recién escritor hace diez minutos. Para quien no le haya leído su poesía puede ser toda una declaración de principios.

               PUZZLE

               yo tengo una tristeza se llama desempleo

               destruye corazones vacía los depósitos
               despunta las flechas de ese arquero que corre por los bosques
               y cierra las oficinas postales
               yo tengo una tristeza de fábricas en ruina
                                                                               una tristeza
               inútil como un puzzle como un mapa sin norte

Ahora que parece que todos se han empeñado en musitar como un mantra que estamos saliendo de la crisis y que pronto nos irá mejor que nunca porque nunca nos ha ido mejor que ahora; puede que la poesía nos devuelva algún fragmento de realidad cotidiana y de sensatez. Algo de lo que carecen los políticos de toda índole. Y perdón de antemano por mezclar poe/litica y po/sia.

domingo, 27 de octubre de 2013

GRAVITY ALFONSO CUARON


Nada hace presagiar la densidad y la emoción que uno siente al visionar "Gravity" la última película del director Alfonso Cuaron. En las reseñas y en la promoción se la describe como película de ciencia ficción con suspense  o como un thriller de ciencia ficción. Pobre y escasa definición para lo que se podría considerar como una película fuera de genero, o una película que crea su propio genero cinematográfico; el terror metafísico. Porque "Gravity" es técnicamente perfecta,  impecable; pero lo que destaca por encima de todo es su cualidad de metáfora sobre la condición de ser humano. El hombre frente al abismo. La soledad del ser humano, el espíritu de lucha y de supervivencia. También se nos habla de sacrificio. ¿Dónde está el Dios de las religiones, sea la religión que sea, en esos momentos? La película podría ser abstracta, al modo de Stanley Kubrick y su Odisea del espacio, pero no. Los momentos de acción no impiden la profunda reflexión que el director y el guionista se han planteado en torno al hombre como ser en lucha con la adversidad del universo. No es eso la vida. Una lucha constante y denodada por mantenernos vivos  y esperanzados a pesar de los inconvenientes que existen para sentirnos así. La doctora Ryan Stone -el apellido es significativo y la interpretación de Sandra Bullock, una actriz que no me gusta en exceso, maravillosa-, es una encarnación completa del ser humano, una suma de sus virtudes y defectos, de sus anhelos y sus carencias; de sus pérdidas. Su esfuerzo por sobrevivir en un espacio adverso donde el silencio es tan bello como siniestro, es el esfuerzo supremo por sobrevivir de cualquier ser humano en el día a día. Tan solo hay que cambiar el ominoso abismo del espacio exterior por la vida cotidiana y sus problemas para llegar a fin de mes. Claro que contar esta misma historia en la tierra con  un personaje así no hubiera quedado ni la mitad de impactante que tal y como nos la cuenta Cuaron con momentos visualmente hipnóticos. Por ejemplo, el instante en el que la doctora Ryan logra entrar en la nave y después de despojarse del traje espacial se queda flotando en posición casi fetal; o los momentos en que la actriz es lanzada al espacio tras el primer accidente. La actriz está perfecta y no digamos nada del momento del diálogo con el pescador Aningaaq sobre perros y niños, ella en inglés y el pescador en idioma inuit. Por los visto Alfonso Cuaron a realizado un cortometraje con la conversación desde el punto de vista del pescador. Sería curioso poder verlo. Como curiosa es "Gravity" una película de ciencia ficción y suspense que le da la vuelta al suspense y a la ciencia ficción, con una actriz en estado de gracia y una imágenes que en tres dimensiones deben ganar mucho, la pena es que no la vi así, quizás repita, porque está película es de las que se pueden y se deben ver dos veces o más y no hay nada más emocionante que ese escorzo final de la doctora Stone intentando levantarse y finalmente consiguiéndolo. Un pequeño paso para ella, pero un gran paso para la humanidad.

sábado, 26 de octubre de 2013

CRIATURAS ABISALES MARINA PEREZAGUA


Con cada autor uno debe empezar por el principio y el principio es "Criaturas abisales" [Los libros del lince, 2011]  breve volumen de relatos de Marina Perezagua [Sevilla, 1978], que leí hace un año, pero del que todavía no me había decidido a escribir aquí. Tan perturbado me dejó. Ahora que su segundo libro de relatos "Leche" descansa sobre la pila de libros que tengo pendientes de leer, aprovecho para volver a revisar mis notas sobre ese libro de apenas 140 páginas y catorce relatos. "Criaturas abisales" es una apuesta. Es un riesgo. Es fantasía en estado puro. La fantasía de los mitos cotidianos latente en los esquemas que heredamos de padres a hijos. Una joven impenetrable que es la máxima atracción de un circo. Un hombre que en un mundo desolado amamanta a otros seres.  El realismo no es la nota predominante. Lo onírico se impone abiertamente. Las relaciones de pareja son extrañas, desasosegantes. Las de los hermanos entre sí, o entre padres e hijos, también. Véase "Gabrielle" Y no digamos las de los abuelos y los nietos. " El testamento", quizás el cuento que más me ha removido por dentro y más me ha perturbado. En la mayoría de los relatos hay un fondo o un trasfondo enfermizo y  un fuerte componente  de pulsión sexual, en el aspecto  siniestro que puede tener el sexo, no en el aspecto lúcido y erótico, que queda claro y explicito en el primer cuento del libro "Lengua foránea".  Algún cuento es ingenioso en su idea, pero lo interesante del conjunto de relatos es su fría distancia con respecto al hecho que relata. Incluso si están contados en primera persona como por ejemplo "Bodas de oro" o "Desraíceme, por favor". Cada cuento es un universo cerrado en sí mismo con sus propias leyes internas. Suceden en lugares diferentes, tratan de asuntos distintos, pero la mirada de la narradora los unifica y los transforma en propiamente suyos e intransferibles. Es una mirada transversal e hipnótica. A ratos cruel. De una crueldad literaria perfecta. Ese final de "El testamento" con la abuela y el nieto y la amenaza del hambre. Hay un alegato en defensa de la fantasía como método de supervivivencia "Fredo y la máquina". Hay universos paralelos. Perezagua no apuesta por los principios efectistas ni por los finales tremebundos, sino que confía en el desarrollo de la historia para crear un clima. No da nada por supuesto. Nos introduce en el relato directamente y nos obliga a aceptar los hechos consumados. Una lengua  suelta que viaja en avión, un hombre que amamanta, una pareja que se va a vivir al mar, una chica en estado vegetativo que se enamora del chico con el que comparte habitación y respirador; una muchacha sexualmente impenetrable. Aceptada la premisa lo que viene después es la tolerancia humana a la ley de la fantasía. Ésa que tan bien domina Marina Perezagua. Parafraseando con algún ligero cambio el principio de uno de sus relatos: Como cualquier virus, la fantasía se contagia. Los casos no son frecuentes, pero sí fatales.  Pues ya saben, a contagiarse toca. 

sábado, 19 de octubre de 2013

INTERIOR AZUL, ANNA R. XIMENOS


Exterior día, interior azul. Podría ser la acotación de un guión cinematográfico. Me gustan las acotaciones y los cuentos breves. Por eso son cuentos, porque son breves. Los cuentos largos son otra cosa. Los de Alice Munro, reciente premio Nobel de Literatura,  de quien ya he escrito en este blog, son admirables, pero son algo más que cuentos. Están en otra categoría. Un cuento tiene que ser como una herida; un tajo en la mano o en la carne del corazón; un instante que duela, o una grieta en un muro sólido, que nos permita atisbar más allá del muro y del jardín que hay más allá del muro. "Interior azul" [2012, Fondo de Cultura Económica] de Anna R. Ximenos es un libro de relatos breves interpretados por mujeres. Podría ser el guión de una película feminista. Podría ser un collar de perlas antiguas tamizado por la mirada sutil y moderna de una escritora de hoy en día. Es desde luego, un homenaje. Al pasado,  a la literatura en especial, a las mujeres que de algún modo buscaron su propio camino en una época en la cual había pocos caminos para que las mujeres se desarrollasen como personas. Habla sobre la determinación femenina. Actualmente tampoco parece que haya muchos caminos para que los hombres y las mujeres se desarrollen como personas al margen de ese monstruo que hemos creado llamado sociedad de consumo competitiva o economía de mercado descarnada. Pero estaba escribiendo sobre los relatos breves de esta escritora nacida en Barcelona en 1972, que con solo un par de relatos publicados en la revista Zut ha logrado publicar su primer libro de cuentos. Son cuentos sobre personajes reales, lo que le añade un plus. El morbo de la literatura biográfica. Escritores que escriben sobre escritores. Una escritora que escribe sobre otras escritoras. Están entre el apunte leve, el ensayo enmascarado y la prosa poética.  Fluctúan. Se dejan leer, se dejan querer. Son 16 cuentos breves. 16 puñaladas a traición. 16 grietas. Podemos mirar y sin embargo no podemos apartar la mirada. La autora a elegido el instante concreto, el instante correcto que marca al personaje retratado. Los relatos-retratos están en función de un discurso narrativo propio. Las pinceladas son firmes, aunque el retrato a veces tiene veladuras, capas, elipsis. Las historias se pueden tomar como una carrera de relevos en la que un personaje le entrega la antorcha a otro y durante ese instante en el que la porta ilumina su vida.  Un destello. Podemos elegir quien entrega la antorcha a quién, aunque la autora ha establecido un orden, un criterio. Cada relato se adapta al personaje, al estilo literario del personaje. Se nota mucho en el dedicado a M. Duras. También en el de K. Mansfield. Los relatos carecen de título, son fragmentos de un discurso emotivo y reflexivo. Cada fragmento es perfecto en sí mismo. Algunas historias están contadas desde el exterior día y otras desde el interior azul de la nostalgia. Confieso que me gustan más los relatos contados en primera persona: J. Bowles, Colette, Mary Shelley, Dorothy Parker, K. Blixen. Supongo que es una deformación del carácter. Los monólogos interiores me pierden. Cuestión de gustos. Dice Noni Benegas que se trata de "un libro vivo, brillante y lleno de dulzura"·. Yo afirmaría que se trata de un libro sutil, meditativo y cómplice.  La elegancia literaria se sobreentiende. 

viernes, 11 de octubre de 2013

EL ASESINATO DE LOS MARQUESES DE URBINA MARIANO SÁNCHEZ SOLER


Si piensan que están ante otra novela policíaca  española más, se equivocan. Ésta no es otra novela policíaca  española más. Es una novela policíaca de Mariano Sánchez Soler [Alicante, 1954] Y eso ya debería ser un aliciente en sí mismo. Pero además tiene plus; "El asesinato de los marqueses de Urbina" está inspirada en el famoso caso del asesinato de los Marqueses de Urquijo en el ya lejano verano de 1980; cuando toso éramos más jóvenes y todo eso. Los datos son los que son, los personajes, con los nombre s convenientemente encubiertos, también son los que son, pero el escritor se saca un as de la manga y ese as se llama Fierro.  El personaje perfecto de ficción. Todo gira a su alrededor, él es el centro de la novela y con mano diestra y pulso de cirujano criminal, el bisturí literario de Sánchez Soler disecciona una sociedad española no tan lejana de la actual como pudiera parecer. Al menos en cuanto a corrupción, trapicheos, intereses bancarios y familiares entremezclados, hipocresía social de clase media y otros lugares comunes al ámbito policiaco. Tampoco es que la sociedad de los años ochenta y la actual sean tan distintas. En lo básico seguimos casi donde estábamos hace casi 35 años.No hay  más que mirar los sueldos. La capa de barniz socialista ha servido para poco. En cuanto se rasca, la pintura de descascarilla. Los que tenían el poder antes lo siguen detentando ahora y para colmo de males refrendados por las urnas y esa estúpida teoría, falsamente democrática, de que el pueblo que vota nunca se equivoca y siempre tiene razón. Claro que el pueblo que vota se equivoca si lo hace con miedo y además  es escasamente culto, por no decir sobradamente inculto, como indica una reciente encuesta que nos coloca a la cola de los países de nuestro entorno en cuanto a comprensión lectora y matemáticas. Nos lo hemos ganado a pulso y para que el pueblo siga votando desde la más estricta incultura se acaba de aprobar una nueva ley de educación. Perdón por la salida de tono, pero creo que al autor de esta más que solvente y estupenda novela negra con bifurcaciones al gris, no le molestarán mis pequeños rodeos a pie de calle. Al final una novela policíaca,  más que un divertimento, es ante todo un artefacto de crítica social. Sin  la potencia  literaria del personaje de Fierro El asesinato de los marqueses de Urbina podría pasar por un reportaje periodístico sobre el asesinato de los marqueses de Urquijo. Periodismo ficción. Pero con el pegamento invisible y tenaz del personaje de Fierro la trama de la novela se solidifica y transforma lo  improbable en probable  y lo imposible en posible. Si a esto añadimos una gotas de cianuro irónico y que el estilo de Mariano Sanchéz Soler no se basa en la economía de mercado sino en la economía de supervivencia y es sobrio y escueto y demoledor; uno de esos estilos secos como un latigazo en los ojos de la conciencia social y moral del lector, podríamos concluir  que su prosa es como un disparo a quemarropa  o mejor;  como una puñalada trapera. No pasen de largo o se arrepentirán  de ello.

domingo, 22 de septiembre de 2013

LA HABITACIÓN CERRADA MAJ SJÖWALL/ PER WAHLÖÖ


He escrito varias veces sobre mi admiración por esta pareja de escritores de novela policíaca [Söjwall, Estocolmo, 1935- Wahlöö, Gotemburgo 1926-Estocolmo 1975] que no volveré a insistir sobre lo que ya he insistido en demasía. Esta vez se trata de  comentar su octava novela de la serie de diez dedicadas al inspector Martin Beck: La habitación cerrada, -cuyo titulo parece un remedo de una de las maravillosas novelas de mi también admirada Agatha Christie-, trata de un muerto en una habitación cerrada, como indica el título, pero también de atracos a bancos; pero nada de esto es importante. Lo importante es el diagnóstico de una sociedad que se pudre por donde no debe, por la cúpula política y por el poder de los que manejan los hilos de la estructura social a su antojo. Martín Beck es un comisario más triste que de costumbre. El humor es un arma hilarante por momentos. Pero el punto fuerte de esta novela es el análisis social de una época, principios de los setenta, que  es un anticipo de la sociedad donde mal morimos actualmente con la ficticia broma de una crisis económica que no hemos creado nosotros sino los políticos y banqueros que, más que gobernarnos, intentan someternos con clausulas contractuales y abusivas,  cuando en realidad son ellos los que deberían pagar los platos rotos  de este caos financiero y social en las próximas elecciones. Somos la sociedad que tenemos. O mejor somos, la sociedad que los políticos y banqueros nos han obligado a elegir. La mayoría de la gente corriente no piensa porque ha sido educada para no pensar, o para pensar poco; lo justo. Y así nos va. De puta madre. Sjöwall y Wahlöö detectaron y se anticiparon a esta realidad que nos rodea hace cuarenta años.  Servirán algunos fragmentos de la novela para constatar la actualidad de su argumento y la modernidad de estos autores críticos con la sociedad en la que les tocó vivir. El problema es que su diagnóstico continua vigente. Pag. 77 ...hubo alguien en la policía que descubrió la posibilidad de utilizar un simple, pero no transparente, método  de control de las estadísticas de la criminalidad, de manera que resultaran del todo engañosas sin, no obstante, ser manifiestamente incorrectas. Se empezó solicitando una fuerza policial  más militante y homogénea, más recursos técnicos en general y un amplio equipo armamentístico en particular. Para conseguirlo, era necesario exagerar los riesgos de la profesión. Como los disparates generalizados no bastaban como medio de presión política, se recurrió a otra salida: manipular las estadísticas. // En este sentido, las manifestaciones políticas organizadas durante la segunda mitad de los años setenta ofrecieron grandes oportunidades. Los manifestantes abogaban por la paz y eran sofocados por la fuerza; casi nunca iban armados con algo más que pancartas y sus propias convicciones, pero eran recibidos con gases lacrimógenos, cañones de agua y porras de goma. Casi todas las manifestaciones no violentas desembocaban en caos y alboroto. Las personas que trataron de protegerse fueron golpeadas y arrestadas. Luego, acusadas de "violencia contra funcionarios públicos" o de "resistencia virulenta", ...Cada vez que se enviaba un centenar de policías a repartir palos en una manifestación, la cifra de supuestos atentados contra los agentes de la autoridad se disparaba. Les suena a presente repetido una y otra vez en este país y otros. Los mecanismos del poder son siempre los mismos, en el pasado y en el presente. Puede que ahora se hayan aliado con el poder económico que es quien sostiene a los políticos. No nos engañemos.  Pag. 92. Envejecer solo, pobre e incapaz de arreglárselas por uno mismo significaba que, después de una larga vida de trabajo, de pronto uno se veía privado de su dignidad e identidad, condenado a esperar el final en alguna institución , junto con otros ancianos marginados y exangües. // Las instituciones ni siquiera se llamaban así, ni siquiera se llamaba residencias de ancianos. Ahora tenían que llevar el nombre de "hogar del jubilado" u "hotel para jubilados", y eso para pasar por alto el hecho de que en la práctica, la mayoría de los ancianos no vivían allí por voluntad propia, sino que simplemente habían sido condenados a ese tipo de cuidado institucional por un denominados Estado del bienestar que ya no quería saber nada de ellos. // Una dura sentencia para el delito de ser demasiado viejo. Cuando se es un desgastado engranaje de la maquinaria social, a uno le pueden tirar a la basura.  Añado yo que, antes, ahora y mañana.  Pag. 196. La única rama del cuerpo que tenía más recursos que delitos que combatir era la policía de seguridad, que realmente no desempeñaba tarea alguna, ya que aún se ocupaba casi exclusivamente del registro de comunistas y, tercamente, ignoraba las diversas y más o menos exóticas organizaciones de ultraderecha. Pag. 197. ...ocurre que cuando la clase alta bebe, se le llama "cultural del licor", mientras que cuando los ciudadanos de clase baja tienen necesidades similares inmediatamente son etiquetados de dipsomaniacos o enfermos que precisan asistencia social, tras lo cual nadie los asiste. Pag. 210. Los guardianes de la moralidad se lamentan de que los niños, especialmente, las niñas empiezan a follar a los trece años. Idiotas. Todo el mundo sabe que uno se empieza a poner cachondo a los trece o así, pero con la píldora y el DIU una chica está más protegida que Fort Knox. Pag. 215. Habló un poco de generalidades, sobre todo del precio de la comida y de las trampas con las fechas de caducidad. Tengo la impresión de que están hablando de algún ministro del ramo o similar. Pag. 237. La tasa de desempleo, mientras tanto, era cada vez mayor, tanto que incluso los universitarios y los profesionales altamente cualificados no tenían trabajo y debían pelearse por empleos mal renumerados y muy por debajo de sus capacidad. Pag. 239. Su hija le preocupaba enormemente...Quería que creciese en un ambiente cálido, seguro y humano, donde la obligación de perseguir el poder, el dinero y el estatus social no convirtiera a las personajes en enemigos, y donde las palabras "comprar" y "tener" no se considerasen  sinónimas de felicidad. Pag. 240. Quería a toda costa salir del país: se  sentía cada vez más a disgusto con él y había comenzado a odiar esa sociedad que alardeaba de un bienestar que estaba reservado solo a unos pocos privilegiados, mientras que para  la gran mayoría el único privilegio era empujar la rueda que mantenía  la maquinaria en movimiento.  Yo, a veces me pregunto si la gente, el trabajador de a pie no se dará cuenta que el poder para mantener a la sociedad tal cual o cambiarla está en sus manos y no solo con el voto sino también porque es la fuerza que genera riqueza y si la fuerza que genera se niega a trabajar entonces todo se paraliza y es posible empezar de nuevo en igualdad de condiciones. El análisis de Sjöwall y Wahlöö es impecable y certero.  Parece que no hubieran pasado cuarenta años. Se publicó en 1972. Está de rabiosa actualidad No le tengan miedo a la realidad aunque provenga del pasado.

domingo, 15 de septiembre de 2013

UN BUEN DETECTIVE NO SE CASA JAMÁS MARTA SANZ


Fui feliz mientras leía la primera novela de Marta Sanz [ Madrid, 1987] sobre el detective gay  o maricón de orden que es Arturo Zarco. He vuelto a ser feliz leyendo esta segunda entrega policíaca, pero no tanto, del ex marido de Paula - la coja- Quiñones; Pepito grillo en una y otra novela. "Un buen detective no se casa jamás" es una novela policíaca donde en el 90 por ciento de su superficie parece que no sucede nada. Es un mar en calma - Mediterráneo si se quiere- a la orilla de una ciudad cosmopolita y algo hortera que, aunque no se nombra, tiene aires benidormenses. Como novela policíaca cambia varias veces de punto de vista y cada cambio es un acierto. Como cuento cruel con Madrastra mala, príncipe sapo y princesas duplicadas y clonadas es impagable. Hay dos hermanas gemelas monocigóticas, [Amparo y Janni] y dos hijas gemelas monocigóticas [Ilse y Marina] y dos nietas gemelas monocigóticas, hijas de Ilse. La vida como la impostura se duplica, pero no exactamente igual. Las hermanas y las hijas y las nietas son iguales físicamente, pero no psicológicamente. Nadie se parece a nadie aunque todos nos parezcamos a todos. Arturo está de vacaciones. No soporta las infidelidades de su novio. Marina Frankel es una buena amiga. Ilse Frankel no quiere a nadie. Amparo Orts es el ama, humilla y perdona o intenta hacerse perdonar con dinero.Y claro está  el marido de Amparo, Marcos Cambra, el podólogo  dde éxito que se parece a Alain Delon. Las pasiones discurren bajo la tersa superficie. La prosa de Marta Sanz no es transparente y seca sino más bien barroca y repleta de matices y añadidos y superposiciones. Es una prosa creciente.  Los conflictos de clase social están presentes. Las citas cinematográficas amplifican el discurso narrativo. Arturo Zarco tiene un barniz cultural notable. Si piensan que la calma chicha va a terminar con la novela hasta convertirla en otra aburrida novela, se equivocan. Los crímenes llegan cuando tienen que llegar. Uno, dos, tres...La burguesía está podrida, hiede. Estamos ante una novela psicológica de asesinatos y ante un lúcido análisis de la sociedad actual y de muchos de sus males. Los negocios y corruptelas de Amparo Orts. No hay nadie insustituible. Arturo Zarco no es un hombre de acción.  Se trata más bien de alguien pasivo en una trama que da la impresión de no moverse hacia ninguna parte. La historia sucede más en el interior de los personajes que fuera de ellos. Unos zapatos tienen algo que ver. No son los de cenicienta. Esto es un cuento perverso.  Impagable la parte donde Marcos Cambra cuenta cómo se ha desecho de un cadáver internándose en el mar con su velero. Aquí es innegable la influencia en Marta Sanz del Alain Delon/ Ripley interpretado a las órdenes de René Clement en A pleno sol [1960] adaptación de una novela de Patricia Highsmiths. Autora que Marta Sanz creo debe admirar incondicionalmente. Una novela policíaca poco al uso, de esas que se devoran en verano y deberían diluirse en otoño, pero no sucede, como no sucede nunca con la buena literatura. Yo le hubiera apuesto un título más irónico, dado el carácter del detective protagonista y su coja favorita: Un buen detective no se cansa jamás.

viernes, 13 de septiembre de 2013

TRILOBITES BREECE P'J PANCAKE


Quien haya leído mis poemas conocerá mi querencia por los suicidas. Sean escritores o artistas. Los suicidas normales no me interesan tanto. Suicidarte porque no llegas a final de mes no demuestra una visión del mundo torturada y profunda, sino más bien una falta de valor para tomar las riendas de tu vida y afrontarla. Cuando uno escribe o pinta o se dedica a una de esas profesiones que en teoría no son de ganar dinero sino de intentar comprender el absurdo del mundo, el suicidio siempre está a la vuelta de la esquina. Incluso hay gente que escribe para no suicidarse o no pegarle un tiro al primero que se presente en la puerta de su casa. Todo esto viene a cuento, o no, porque acabo de finalizar unos días atrás Trilobites [2012, Alpha Decay] del escritor americano Breece D´J Pancake. Como otros muchos escritores su verdadero nombre tampoco era exactamente ése. No hace falta que remarque que se suicidó a los 26 años. Tan solo había publicado la mitad de los 12 cuentos que forman este libro de relatos. No escribió nada más. No lo necesita. Se suicidó en Charlottesville. Después de leer sus dolorosos relatos uno entiende mejor su decidión.  Para él, la vida debía de ser difícilmente soportable. Entre las líneas de estas historias ambientadas en una Virginia rural y minera donde el paisaje tiene un peso específico se dibuja la imagen de un escritor sensible y torturado interiormente. La frustración es una sombra que se pasea de una página a otra. El fracaso vital no se esconde sino que merodea. La violencia latente o expresa bordea las esquinas. La soledad no es buena compañía. Hay algo muy triste en estos cuentos. Algo muy triste que no se puede explicar y que pertenece a la manera de contar la historia; al personaje que cuenta la historia; sea un camionero o una mujer embarazada y enamorada de su hermano. Abundan las granjas que amenazan ruina. Los trenes que ya no se detienen. Los personajes que anhelan otra vida, pero que acaban conformándose con la que les toca en suerte. En mala suerte. La podredumbre se filtra por los pliegues del paisaje. No faltan las sierras, las quebradas, la niebla. El zumbido de una mosca o el vuelo de un ave adquieren un carácter simbólico. La nieve. La densidad de esta prosa liviana nos noquea.  La humillación se palpa. Cada relato es como un golpe. Recuerda en cierto modo a Knockemstiff de Ray Pollock, si no fuera porque Breece D´J Pancake es anterior y debería ser a la inversa. Este libro de relatos es tan admirable como una bomba de relojería imposible de desactivar. Les estallará en las manos y será difícil librarse de sus efectos secundarios. Aquí el dolor y la belleza están íntimamente ligados. Cada relato contiene un fondo de verdad y desesperanza. Y además, he descubierto que alguien había escrito ya ese cuento que yo siempre he querido escribir. Es el que cierra el libro. Es demoledor en su sencillez y se titula: El primer día del invierno.

viernes, 30 de agosto de 2013

EL ÚLTIMO CONCIERTO YARON ZIBERMAN


Para mí, ésta es la semana cinematográfica  fantástica del mes de agosto. Dos excelentes películas en dos días, el problema es que ya se me ha terminado la cartelera. La película de hoy es "El último concierto" de Yaron Ziberman. Bueno dirán, otra maldita película de música clásica e interpretes cultos y complejos. Pues sí y no. Por supuesto es una película donde las relaciones personales de los cuatro personajes que forman el cuarteto son el fundamento de la trama, pero se nos están contando otras  muchas cosas. Se nos habla de amor, amistad, sacrificio, esfuerzo, enfermedad, vejez, incapacidad de amar, renuncia, talento, decadencia. Se nos cuenta la necesidad de mantener un legado y del desgaste que produce la rutina de la convivencia ya sea amorosa o profesional. ¿Se debe cambiar lo que es perfecto? ¿Es mejor arriesgarse o continuar adelante porque nos sentimos cómodos tal y cómo estamos? Y está película de fotografía oscura e interpretaciones maravillosas nos cuenta todo esto de manera sutil, sensible, sobria y seria. Se agradece que no busque la lágrima fácil -el tema era proclive- ni caiga en tópicos propios de este tipo de películas. Además de la abundante música clásica, es genial volver a escuchar una banda sonora de Angelo Baladamendi. Con respecto a los actores, qué decir. Soberbia la siempre secundaria Cathrine Keener [Capote, 2005 donde interpretaba a la escritora Harper Lee] Estimulante la presencia de Mark Ivanir [ La lista de Schindler, 1993; o recientemente en 360, de Fernando Mereilles, 2011] Insuperable Christopher Walken, La puerta del cielo, 1980; The dead Zone, 1983; El placer de los extraños, 1990] Sencillamente perfecto Philip Seymour Hoffman [Capote, 2005; Boogie Nights, 1997; Happiness, 1998] Y un descubrimiento: Imogen Poots. Si la encuentran en cualquier cine de su ciudad, entren; no se arrepentirán. Es difícil arrepentirse de ver una película donde uno de los personajes comienza recitando el principio de uno de los cuatro cuartetos de T. S. Eliot: El tiempo presente y el tiempo pasado// están ambos tal vez presentes en el tiempo futuro. // Y el futuro contenido en el tiempo pasado.

miércoles, 28 de agosto de 2013

LA MEJOR OFERTA GIUSEPPE TORNATORE


No soy un devoto seguidor del cine de Giuseppe Tornatore [Bagheria, 1956]  No lo soy desde que vi la blanda y sentimental, Cinema Paradiso [1987] Me había prometido no volver a ver ninguna película suya, incluso si me  apetecía mucho verla, como fue el caso de Una pura formalidad [1994] pero en este miércoles de agosto he cedido a la tentación de acercarme a ver La mejor oferta. Para no ser un devoto de Tornatore la película me ha gustado bastante. No es cursi ni sentimental ni grandilocuente. Y eso que es una historia de amor con intriga. Bueno lo de la intriga es mucho decir. Quien haya visto mucho cine o sea un desconfiado  por naturaleza, y yo lo soy, puede desenredar la madeja del asunto a partir del primer tercio de la película. Pero es que esa previsibilidad de la trama no va en contra del film sino a favor. Casi queremos gritarle al protagonista que se está equivocando, que se está enamorando de la mujer fatal, de una fantasía que solo existe para él. Pero no podemos y asistimos con majestuosa lentitud y parsimonia al proceso de humanización y autodestrucción  de un personaje engañado como un pelele. Lo previsible no resta opulencia ni legitimidad a la narración. Los actores se acoplan a sus papeles como los guantes que Geoffrey Rush utiliza constantemente. Hay un mecano antiguo que sirve de McGuffinn al estilo de Hitchcok y una concepción del amor como obra de arte inimitable y del matrimonio como la mejor oferta. Se juega con la verdad y la mentira, con el original y la copia, con la imitación de los sentimientos.  El final no es tan desolador como pueda parecernos. Como se  nos dice en un  momento de la película, en toda imitación el imitador pone algo suyo, deja una parte verdadera de sí mismo. En toda copia hay algo de la verdad del artista que la ha copiado. Ese final con Virgil Oldman esperando en el café de Viena que ha mencionado la mujer de la que sigue enamorado a pesar de todo es toda una declaración de principios. Ignoro si La mejor oferta es la mejor oferta cinematográfica del verano, pero desde luego es una de las más estimulantes. Al menos te obliga a pensar y no implica que tengas el cerebro hecho puré. 

martes, 27 de agosto de 2013

TANTA GENTE SOLA JUAN BONILLA



Leo con retraso, sobre todo, a escritores que he leído mucho y que me han gustado mucho. Siempre pienso que me van a decepcionar. Algunos lo hicieron y dejé de leerles antes de tiempo. El lector nunca está obligado a terminar un libro. Es su decisión, por eso lo compra. A Juan Bonilla [Jerez, 1966] le he leído mucho. Y todavía le sigo leyendo, aunque con retraso. He leído mucho sus libros de relatos. No he leído ninguna de sus novelas. Los temas que ha tratado en sus novelas nunca me han interesado en relación al número de páginas que contienen. En cambio sus relatos -reducirlos a cuentos, cuando son otra cosa, estructuras narrativas envolventes y perfectas-, siempre me han llamado la atención desde la aparición de su primera recopilación de relatos "El que apaga la luz" [1994]. Tengo un ejemplar de "El que apaga la luz" dedicado. Este, El que apaga la luz, para Ramón, esperando que como poeta llegue x emoción con cariño.Bonilla, titula muy bien. Podría ganarse la vida inventado títulos de novelas o relatos con las páginas en blanco. En "El que apaga la luz" había títulos estupendos: El terrorista pasivo; las alegres comadrejas del Windsurf; Borges, el cleptómano; Lo que Armstrong no contó en sus memorias.  También los había en "La noche del Skylab" [2000] y en "El estadio de Mármol" [2005]. Recuerdo especialmente Una montaña de zapatos.  En "Tanta gente sola" [2009, Seix y Barral] hay nueve relatos. Elegir uno como el mejor sería difícil. Decidir cuál es el más flojo, también. Bonilla escribe largo y tendido. Se toma su tiempo para contarnos la historia que nos quiere relatar. Normalmente coloca un anzuelo al comienzo del relato para que piquemos, luego tira de nosotros. Nos arrastra al lugar solitario donde quiere llevarnos y nos muestras nuestros pequeños defectos y egoísmos. Bonilla nos susurra desde estos relatos que la vida no cabe en la literatura, que la literatura es demasiado estrecha para contener la vida, que es un río demasiado ancho y demasiado caudaloso. El autor tiene sus querencias. Sus personajes fracasan con cierta dignidad. Son solitarios que aspiran a dejar de ser solitarios. Coleccionan cromos, ejemplares de Je me souviens o records guinness. Quieren ganar un concurso en la televisión o fracasar más que nadie para triunfar.  La paradoja del triunfo como fracaso a la inversa. Algunos poetas fracasados no lo parecen y la vida sigue. La insatisfacción no mueve el mundo, pero lo empuja contra sus propios límites.  No falta el humor como ingrediente básico. Son  nueve relatos independientes, pero no tanto, como vienen a confirmarnos el último relato El lector de Perec. Estupendo Metaliteratura. Un tour de force En la azotea.  Pero yo tengo debilidad por Algo más que simplemente existir.  Ya saben, la vida que no cuadra con  los estrechos márgenes de las palabras. Como se afirma en uno de los relatos: yo creo que la vida es lo suficientemente grande, milagrosa, misteriosa, cruel, excesiva, que no cabe, no te digo ya en un poema o en un libro de poemas:  no cabe en toda la poesía que se haya escrito o compuesto desde los primero gruñidos de un hombre de neandertal....Puede que yo también lo crea, o que se trate tan solo de una paradoja. De otra más

domingo, 18 de agosto de 2013

ESCONDIDOS EN BRUJAS MARTIN MCDONAGH


Unos días de vacaciones. Desconecto del mundanal ruido y me marcho a Bruselas una semana. Por supuesto en el planning del viaje están Gante y Brujas. Y para los que quieran disfrutar de algunas vistas de la ciudad de Brujas, de una comedia negra estupenda de las de verdad y de eso que se denomina "maravillosas interpretaciones de unos actores en estado de gracia" O de desgracia diría yo les recomiendo esta película dirigida por Martin McDonagh en 2008. Y hasta la próxima semana. Qué disfruten.

jueves, 8 de agosto de 2013

YO TAMBIÉN PUEDO ESCRIBIR OTRA JODIDA HISTORIA DE AMOR CARLOS SALEM



Si existen los gamberros literarios, Carlos Salem [Buenos Aires, 1959] sería uno de ellos. No lo puedo asegurar porque Salem se toma muy en serio su trabajo aunque de la impresión de que escribe a vuela pluma en las servilletas de los bares donde una tal Lola se pone cerveza tras cerveza. Escribo esto mientras escucho a Ella Fitzgerald cantando I Love Paris. Supongo que al autor de "Matar y guardar la ropa" y " Un jamón calibre 45" no le disgustará la música de fondo, pues creo que detrás de la pose del gamberro irónico, deslenguado y algo cínico  con pinta de bucanero recién naufragado se esconde un tímido romántico incurable. Acabo de terminar los cuentos de "Yo también puedo escribir una jodida historia de amor". Qué puede esperar encontrar uno tras ese escasamente breve título. Pues eso, jodidas historias de amor. Claro que las historias de amor de Carlos Salem son poco convencionales. Y eso que como la mayoría de las historias de amor son bastante jodidas.  Hay mucha primera persona y mucho majara suelto.  También hay muchas ventanas y bares y sexo ya que estamos hablando de jodidas historias de amor.Y más de un hombre lobo y mujeres con gato. Y también abunda el humor absurdo y un amor infinito por sus personajes. Se diría que al autor personaje no se separa mucho del autor narrador, pero es solo una pose literaria. La primera persona literaria al autor le funciona bien. El autor personaje o personaje autor vive un poco como el propio Salem en el pubis de Madrid, donde las calles bajan hacia el coño y la gente  de lejos se  acerca al fuego.  Puede que estemos hablando de Lavapiés. Hay cuentos que suceden en martes " Yo también puedo escribir una jodida historia de amor" y otros que suceden en jueves "Cara de Canción de Billie Holliday", "Eclipse" y otros en miércoles "Tarde de miércoles" y algunos que acaban en lunes "El ladrón enamorado". Salem escribe con la libertad del que no tiene lectores que perder y si mucho que ganar. Escribe con las tripas y tratándose de jodidas historias de amor puede que escriba con los pantalones bajados. Los cuentos tienen la frescura y la insolencia de un directo a la mandíbula del lector.Ya saben que a mí me pierde el humor y las historias de Caperucita. Aquí hay una digna de Raymond Chandler. Que quieren, pues un cuento para cada día de la semana y si no quedan satisfechos siempre pueden bajarse al bar de la esquina y pedirle una cerveza a la Lola de turno.

lunes, 5 de agosto de 2013

EL CAMINO QUE VA A LA CIUDAD NATALIA GINZBURG



Admiro a las mujeres fuertes que saben lo que quieren, aunque, a veces, crean que no saben lo que quieren. Admiro a Natalia Ginzburg [Parlermo, 1916 - Roma, 1991] Natalia Ginzburg no se llamaba en realidad Natalia Ginzburg. Se llamaba Natalia Levi. Ya se ve, raíces judías. Una luchadora. Tomó el apellido de su primer marido Leone Ginzburg -intelectual, antifascista, ruso-, asesinado en Roma en 1944. Natalia hizo todas las cosas que debía hacer una mujer de su época. Se casó, tuvo hijos, enviudó, se volvió a casar,  tuvo más hijos, trabajó, participó como actriz en una película de Pier Paolo Pasolini [ El evangelio según san Mateo, 1963] y publicó libros. Unos cuantos, no muchos, pero sumamente interesantes la mayoría. El primero se titula: "El camino que va a la ciudad". Lo publicó, como la mayoría de sus obras la editorial Einaudi en 1942. El título lo eligió su marido. No lo publicó ni como Natalia Ginzburg ni como Natalia Levi. Lo publicó como Alessandra Tornimparte. Es una novela. Una novela corta. La edición de Bassarai que poseo tiene 117 páginas incluyendo un magnífico Pequeño apunte biográfico a cargo de la autora. Una joya. En el apunte ella dice: Cuando escribí El camino que va a la ciudad quería que cada frase fuese como un latigazo o una bofetada. Ciertamente lo consigue. No hay nada ajeno a la dinámica del relato dentro de la narración. Todo es escueto, seco, árido incluso. Me ha costado entender al personaje principal. Mientras la leía pensaba que la autora había elegido al personaje equivocado para contar la historia  necesaria. Al terminar quizás pensaba que Ginzburg había elegido al personaje necesario para contar la historia equivocada. La historia es melodramática, pero no es sentimental ni apela a la lágrima. La miseria es mucha. El amor innecesario. Es una novela feminista que intenta no parecerlo. Delia no acaba de encajar. Es un personaje más pasivo que activo. Se deja llevar. Sus actos como personaje activo no la conducen a ninguna parte. Ni siquiera sabe si está enamorada de su primo. Es un personaje principal que no cae simpático y sin embargo es la heroína de esta historia de progreso social y liberación de las normas morales impuestas. A su alrededor, los padres, el primo alcoholico, los hermanos, la tía modista, la prima condenada a la soltería, Azalea, la hermana casada con un hombre mayor y sus amantes, Giulio y su familia. Y todo eso en 98 parcas, austeras y descarnadas páginas. Un prodigio de contención literaria.  Un universo concentrado y duro como una piedra arrojada contra la moral imperante. Pura dinamita literaria. Pueden leer otras obras de la Ginzburg, pero todo está ya en "El camino que va a la ciudad". Y para los que se niegan a leer o prefieren el cine, acérquense a la obra de esta mujer aunque sea a través de director interpuesto. Busquen la versión de "Caro Michele" dirigida por Mario Monicelli en 1976 con Delphine Seyrig y Aurore Clement o las más reciente adaptación llevada a cabo por Salvador García Ruiz en 2003 de "Las voces de la noche. Pero, desde luego, si pueden lean; lean a Natalia Ginzburg.

jueves, 1 de agosto de 2013

TODO LO QUE UNA TARDE MURIÓ CON LAS BICICLETAS LLUCIA RAMIS


Tenía contraída una deuda con Llucia Ramis.  Hace años cuando gané el premio de  Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez,  -era mi tercer o cuarto premio y dada su dotación económica y el prestigio tanto del Jurado que lo otorgó como de la institución convocante, pensé  inocentemente que era hora de intentar que algún suplemento cultural o alguna revista especializada reseñase el poemario. De todos los correos electrónicos que envíe preguntando si estaban interesados en que les mandase un ejemplar de " Los días del tiempo", solo recibí dos o tres respuestas, una de ellas venía firmada por Llucia Ramis que en esa época debía trabajar en la revista Quimera. Supongo que era su trabajo, pero luego intercambiamos varios correos más sobre el asunto. La reseña no se publicó, pero recuerdo con agrado ese episodio. Por eso comienzo las vacaciones acabando de leer "Todo lo que una tarde murió con las bicicletas"  [Libros del Asteroide, 2013] de Llucia Ramis. El titulo que proviene de un poema de Pere Gimferer es largo, la novela, desautorizada como autobiografía por la propia autora, no es demasiado larga. La tentación de interpretar la novela como autobiografía es grande. La voz narrativa  del personaje principal en primera persona y algunas características laborales y de otro tipo inducen a caer en la tentación. No dudamos que la autora haya partido de de su entorno familiar para narrar esta crónica de una decadencia familiar y de un fracaso personal. Pero estamos ante una novela, ante una excelente novela sin argumento o casi sin argumento. La excusa para narrar es leve. La protagonista va y viene y, al albur de su memoria, engarza fragmentos breves sobre su entorno familiar: los padres, los hermanos,  los primos y sobre todo los abuelos de ambas ramas, algún bisabuelo o bisabuela. Las relaciones no están exentas de puntos conflictivos y de tiranteces. Están las pequeñas manías de algunos personajes y los detalles significativos, que son los que demuestran que nos encontramos ante una excelente narradora con olfato para la observación. Y destaca sobre todo el ritmo pausado de lo que se nos cuenta. Un ritmo minimalista. Frase breves que pasan desapercibidas, pero que hilvanan un delicado tapiz sensorial y emocional. Entre el principio: Es blanca, de estilo francés.... y ese final que no lo parece: La abuela nos saluda con el brazo desde el balcón, hay muchas vidas que aparecen iluminadas apenas unos instantes por la palabra clarividente de Llucia Ramis. Con apenas un par de imágenes es capaz de definirnos y resumirnos como ha sido la vida incluso de los personajes secundarios como por ejemplo Blanquita. No digamos ya las del abuelo George o al abuela Agnes. La de Emma la madre. La de Colau, el padre. Estas falsas memorias desmemoriadamente precisas y rigurosamente inciertas en su certeza, entre el pudor y el cariño, son un ejercicio literario de primer orden. Dicho de otra forma, son la forma que posee el artista para transformar en materia narrativa su propia experiencia personal. Esta crónica es un retrato de familia en extenso, pero no detallado, sino detallista. No es un retrato en sepia ni al carboncillo. Llucia Ramis pinta como los impresionistas, pone una pincelada aquí y otra allá y al juntarlas, la vista recrea la sensación general. Me han gustado especialmente dos capítulos. "Crustillante" y "Houston". La lectura de esta novela/ no novela; biografía/ no biografía, de esta bionovela o novelografía es deliciosa en su delicadeza. Suponiendo que la literatura pueda ser deliciosa. No se pierdan el prólogo de  ese inteligente poeta y diarista que es José Carlos Llop.  Y desde luego, no se pierdan Todo lo que una tarde murió con las bicicletas.

sábado, 27 de julio de 2013

ANTES DEL ANOCHECER RICHARD LINKLATER


Esto va de cine y trilogías[ El padrino, Bourne, Star Wars, Hannibal Lecter, Aliens, Matrix, Milenium...] porque los libros que estoy leyendo a la vez los tengo todos a medias.  Soy un lector lento y soy de los que opinan que no hace falta haber visto las tres partes de una trilogía para valorarla.  Me pasa con la trilogía del director Richard Linklater [ Houston, 1960] Me perdí la primera parte "Antes del amanecer" [1995] Aquel año vi muchas películas pero no ésta. Vi  entre otras: Pulp fiction, Quiz Schow, Leyendas de pasión, La flor de mis secreto, Prospero´s Book, El profesional, Pret-a-porter, Ed Wood, Smoke, El día de la bestia, La ciudad de los niños perdidos,  La boda de Muriel, En la boca del miedo, Kalifornia, La muerte y la doncella...Tampoco se trata de decir si esta tercera parte es la mejor de las tres o la más floja. Se trata más de valorar la evolución  dramática de los personajes interpretados por Julie Delpy [Céline] y Ethan Hawke [Jesse]. En la película se habla mucho. En la anterior también, pero menos. Del romanticismo abierto se pasa a la decepción de la rutina de una relación que se va desgastando. Demasiado bla,bla,bla.El director intenta demostrar su virtuosismo. Esa larga conversación en el coche en plano fijo del principio donde se plantea la primera grieta de la relación de pareja. Me gusta que los personajes puedan vivir de forma independiente pero hayan decidido vivir juntos con las renuncias que eso conlleva. ¿No es eso una pareja? Se cortan demasiados tomates. El amor paternal  y la nueva masculinidad están sobrevalorados y la relación de pareja también. Asusta el miedo a la soledad. La sociedad actual, la hipócrita sociedad actual está basada y montada sobre el miedo. Sobre el miedo a perder...A perder a tu pareja, a perder tu trabajo,  a perder el tiempo, a perder la vida. Nadie se da cuenta de que lo estamos perdiendo todo desde el principio, desde que nacemos. Bueno me salgo por la tangente. Vale la película se deja ver, se deja querer. Quizás la música tipo nana me irrite un tanto por su tono juguetón. Y los actores están espléndidos. Ella puede que mejor que él. Claro que a ella la admiro desde que la descubrí en la trilogía de Krzysztof Kieslowski: "Azul" [1993] "Blanco" [1994] "Rojo" [1994] Una trilogía pensada para ser trilogía. Posiblemente la de Linklater no fuese pensada como trilogía sino que ha devenido  trilogía por la evolución y la amistad del director y de los actores, que ya figuraban como guionistas en "Antes del atardecer" [2004] y en ésta última. Puede que alguien se aburra con tanto bla, bla, bla. No vuela ningún coche por los aires ni asesinan a nadie a comienzo. Está ambientada en Grecia, pero apenas se nota. Es un poco como decir que Grecia ya no existe. Podría estar ambientada en un país del tercer mundo en vías de extinción, estamos en la ruinas de la civilización capitalista que nos ha traído hasta este estado social del malestar. La película tiene su dimensión social. El director pretende que sepamos que es un cinéfilo. Hay un guiño a Te querré siempre [Roberto Rossllini, 1954] con Ingrid Bergman y George Sanders recorriendo Italia y sus ruinas, símbolo de la descomposición emocional de su matrimonio. Desde luego frente a todo el cine para mentes planas que copa las carteleras hay que darle una oportunidad a "Antes del anochecer". La última parte de una trilogía que nada tiene que envidiarle a otras más pensadas. Quizás dentro de unos años podamos ver de nuevo a la pareja y comprobar si han superado esta primera crisis de la madurez. 

viernes, 19 de julio de 2013

EL DANZARÍN Y LA DANZA ANDREW HOLLERAN



 Muchas veces me he preguntado qué nos queda de cuanto leemos cuando pasan los años y la memoria, poco a poco, se va derrumbado como si fuese una casa antigua, antaño acogedora, pero ahora inhóspita y lúgubre y decrépita. ¿Queda algo? Esta semana penosa por la muerte de un familiar querido que se ha llevado con él muchas historias de mi infancia que ya no podré recuperar he dedicado unas horas a ordenar mi desvencijada biblioteca adolescente, la que sobrevive en el despacho que mantengo en casa de mis padres y he dado con mi viejo ejemplar de Argos Vergara de "El danzarín y la danza", la novela de Andrew Holleran, seudónimo de Eric Garber, [1944] que se publicó a finales de los años setenta. Yo debí leerla a principio de los ochenta, en mis últimos años de universidad y ahora me pregunto, qué recuerdo de aquella novela que entonces, como tantas otras, me salvó la vida, o me salvó de la indiferencia de la vida, de la rutina y el tedio y el hastío de un presente gris y conformista en una pequeña ciudad de provincias. La novela fue una iluminación en aquella época. Una época donde no era fácil leer literatura gay. Y menos de cierta calidad literaria. Es algo que ahora no se aprecia, cuando tan fácil es acceder a todo tipo de información; pero entonces eran otros tiempos. Por desgracia de aquella crónica del mundo gay neoyorquino repleto de sexo, drogas, prostitución y promiscuidad pre hecatombe SIDA apenas guardo recuerdos borrosos. La singularidad de que este narrada en primera persona del plural, el incendio final en la sauna, quizás. Y por supuesto los dos personajes principales Anthony Malone y Sutherland. Dos prototipos de la época que todavía siguen existiendo hoy día si uno rasca debajo de la capa de falsa modernidad que recubre el ambiente gay moderno y abierto que parece que estamos abocados a vivir como si fuésemos eternos adolescentes. Todavía quedan muchos Malone encubiertos. Pero "El danzarín y la danza" es una oda a la vida loca y desenfrenada en una ciudad que simboliza como ninguna la libertad en todos los sentidos. Odisea Editorial la ha vuelto a editar, esperemos que con mejor traducción que la de entonces. Quizás no deba volver a releerla. Hay lugares donde hemos sido felices a los que no deberíamos volver nunca. Por higiene sentimental. Pero desde luego, quien que no la haya leído, sería imprescindible que se acercase a sus páginas, aunque solo sea por arqueología literaria. El hermoso cadáver de Anthony Malone se conversa como hace más de treinta años; incorrupto. Yo me quedo con los versos de William Butler Yeats que sirven de apoyo al título de la novela: How can we know the dancer from the dance? Pues eso ¿Cómo distinguir al danzarín de la danza?