lunes, 31 de enero de 2011

ANIMAL KINGDOM










A la tercera tenía que ser la vencida. Por fin una película que merece tal nombre. "Animal Kingdom" [2010] David Michôd. Dura, seca y brutal. Un ejercicio a modo de drama policíaco o eso que se llama thriller, pero en su vertiente más compulsiva y sórdida. Violencia a flor de piel en esta familia de hermanos incestuosos, madre-abuela sangrienta al modo de la "Mama sangrieta de roger Corman [1970] con una desaforada Shelley Winter [1920-2006] y nieto que busca su lugar en el mundo. La historia de está película, que habla de lealtad y traición, es la de un aprendizaje moral y emocional, pero también la historia de un superviviente, el protagonista Joshua "J" Cody, víctima y verdugo de las circunstancias familiares, y de la corrupción reinante. La película comienza con una escena estremecedora en su frialdad. La llamada del protagonista a la policía para comunicar que su madre ha muerto de una sobredosis. Y a partir de ese momento el infierno se instala en la pantalla; el infierno familiar de una familia dedicada a negocios al margen de la ley. La inexpresividad del protagonista es un punto a su favor. La dirección de actores espléndida y los estallidos de violencia restallan como latigazos de los verdugos sobre las víctimas. Imprescindible, aunque apenas haya durado una semana en cartelera.






jueves, 20 de enero de 2011

DECEPCIÓN

El cine, ir al cine, ha sido siempre una de mis aficiones predilectas, aunque últimamente o me he vuelto más exigente o el nivel del cine ha bajado a cotas de una estupidez inaudita. Sea una cosa u otra, yo que durante años he asistido al cine tres o cuatro veces por semana, me encuentro en la actualidad que los estrenos cinematográficos apenas me atraen. Como de costumbre culpo a la edad. Estas semanas pasadas accedí a acompañar a una amiga al cine y a ver dos películas que de entrada no tenía especial interés en ver, quizás porque las dos películas anteriores de ambos directores me decepcionaron profundamente. Ni "Babel" [2006] ni "Mataharis" [2007] me gustaron especialmente. Pero uno por amistad accede a casi todo. "Biutiful" de Alejandro González Iñárritu [1963] y "También la lluvia " de Iciar Bollain [1967] son dos intentos de cine social y comprometido y visceral que no han despertado en mí la más mínima emoción. "Biutiful" me produjo nauseas, hastió. Si eso era lo que pretendía el directo lo logró. Pero la historia que me contaba en ningún momento me llegó al corazón o como míninmo a las entrañas y lo que es peor tampoco me la creí a pesar del esfuerzo de los actores. "También la lluvia", tiene alguna secuencia lograda, alguna secuencia que me recuerda al cine de arte y ensayo de Carlos Saura de los años 70 del siglo pasado - qué lejos ya todo aquello-, pero se me antoja una película fallida, que busca una complejidad artificial que esconda el mensaje, demasiado obvio y simple. Y desde luego le sobra la media hora final. Francamente, lo que más me ha decepcionado es que ambas hayan pasado el corte de las 9 películas extranjeras que optan al Oscar.

domingo, 9 de enero de 2011

LA VIDA MISMA


El mes de diciembre ha sido malo. Acabo y comienzo el año con José Luis García Martín [Aldeanueva del Camino, 1950]. El libro que me guía en esta travesía de enfermedad y dolor es "La vida misma" [Diario 2006-2007]. Confieso que soy un adicto a los diarios en general y a los de José Luis García Martín en particular. Sólo he podido verle en persona dos veces. En una conferencia-presentación del poemario de un poeta de la zona para el cual había escrito el prólogo,en el Ateneo de Alicante, invitado por el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert y otra vez en un recital o conferencia invitado por el Aula de poesía de la Universidad de Murcia, creo que en el año 2005. Aproveché aquella ocasión para que me firmara no sólo una recepción de sus poesías casi completas de entonces, publicada en 1998, luego ha publicado otras, y todos los dietarios y libros suyos que poseía "Todo al día" [1997], "Como tratar y maltratar a los poetas" [1996], "Biblioteca circulante "[2000], "Dominio público" [2002], y "Leña al fuego" [2004]. Ignoro qué debió de pensar ante la obligación de tener que firmarme media docena de libros. Desde que empecé a leer sus críticas en los suplementos literarios y luego su libros y poemas he sido un admirador incondicional de García Martín. Del personaje literario que García Martín ha creado en su obra, ese personaje rutinario que huye de la rutina por las puertas de la literatura. Sus diarios son una cajón de sastre perfectamente ordenado donde cabe cualquier tipo de reflexión, una descripción que es mitad suya y mitad de algún escritor que ha leído, el apunte lírico, el ajuste de cuentas, las ciudades visitadas o casi soñadas, las tertulias y las grietas del tiempo. No me canso nunca de volver a su páginas. Nada de esto le comenté al autor durante la firma de sus libros. Mi admiración por él me cegó hace muchos años y cometí el imperdonable error de enviarle el poemario con el que gané el Premio Hispanoamericano de poesía Juan Ramón Jiménez. Mi atrevimiento y el poemario obtuvieron el silencio que posiblemente merecían. No volví a caer en la tentación. Y ahora este diciembre frío mientras ingresaban a mi madre en la Fe, en Valencia para operarla del corazón, he tropezado en una librería con "La vida misma", su dietario del años 2006-2007, donde afirma que " los diarios que vale la pena publicar son los que no se deberían haber publicado nunca". Afirmación que complementa otra más antigua donde decía que "de los diarios íntimos lo que menos me interesa es lo que tienen de íntimos". A mí también, por eso le sigo leyendo.