viernes, 10 de diciembre de 2010

LA BICICLETA ESTÀTICA, SERGI PÀMIES


Con Sergi Pàmies [París, 1960] uno nunca se equivoca. Es como una ensalada bien aliñada. Podríamos bautizar sus obras como variaciones de la "Ensalada Sergi Pàmies". Los ingredientes son frescos, casi nunca varían y la gracia está en saber combinarlos para obtener los matices más interesantes. Sus obra tienen momentos dulces, momentos agrios y momentos agridulces. Todo sabiamente mezclado. La ternura predomina sobre la crueldad y la ironía puede con todo, incluso con los momentos que podrían ser sentimentaloides. El autor esquiva el sentimentalismo. Pàmies se toma la vida muy en serio o por lo menos todo lo en serio que se puede tomar una vida no demasiado seria. Y se utiliza a sí mismo como materia prima para reírse de sí mismo. Porque la ironía bien entendida empieza por uno mismo. Él siempre logra darle la vuelta al tópico. Se burla de sí mismo con rigor y alevosía. Los cuentos de "La bicicleta estàtica" son fragmentos de la vida de un hombre que pudo haber sido y tal vez fue Sergi Pàmies, o que puede que fuera y tal vez es Sergi Pàmies. Todo muy metaliterario. El primero de los relatos "Benzodiazepina" comienza "He quedat amb mi mateix d´aquí a dues hores. No em conec personalment però hem parlat molt per xat i,...per telèfon." Quedar con uno mismo siempre queda bien, especialmente en literatura. Pàmies es un maestro a la hora de iniciar un relato. Así comienza "El mapa de la curiositat" : "La curiositat neix en un solar abandonat de la perifèria." Y si no este otro de "Supervivència": "Li han recomanat tantes vegades que busqui les repostes dintre de seu que, un día, organitza una expedició". Tres ejemplos bastan para mostrar la maestría de un escritor que desde que publicó "T´hauria de caure la cara de vergonya" hasta el anterior "Si menges una llimona sense fer ganyotes" donde recuerdo un desternillante cuento de humor negro sobre unos padres que se llevan estupendamente, pero que deciden divorciarse de mutuo acuerdo para que su hija no sea menos y tenga unos padres divorciados como el resto de sus amigas y amigos, viene demostrando que el talento es una forma de modestia. Pàmies es un remedio urgente contra la desolación de los días. Su lectura es un salvavidas. Hay que aferrarse a él para evitar el naufragio del presente. No esperen a que lo traduzcan.

martes, 23 de noviembre de 2010

DINERO GRATIS, CARLO PADIAL

Últimamente sólo compro libros de cuentos. Se dice que nadie lee cuentos, que nadie los compra, que son un veneno para las editoriales, pero la editoriales, incluso las no especializadas en relatos, no cesan de publicarlos. La conclusión es que se dicen muchas tonterías. "Dinero gratis" de Carlo Padial [Barcelona, 1977] publicado por la editorial Libros del Silencio es uno más de los libros de cuentos/ relatos que se publican. Y siendo uno más, es algo más. Desde el título se aprecia el humor socarrón y sarcástico del autor; aunque el cuento que da título a la colección, el más largo, no me parezca ni el mejor de todos ni el más conseguido. Sin embargo la tónica general de la musculatura del del libro es apreciable. El autor tiene ideas propias y eso es lo menos que se le puede pedir a un escritor que se lanza al ruedo literario. Tiene ideas propias y desparpajo y no se para en minucias a la hora de satirizar y dinamitar la hipocresía social y los convencionalismos de la sociedad que nos acoge entre sus brazos de compulsiva ramera capitalista. Padial entra en la narrativa como elefante en cacharrería y no le importan los daños colaterales. Así comienza " 11-S": "Se masturba frente al televisor, como cada día después de comer, viendo el telediario". No se puede negar que es un comienzo prometedor. El cuento no se viene abajo a pesar de hablar sobre las torres gemelas, el deseo insatisfecho y Britney Spears con las piernas abiertas. Aunque las piernas se parezcan más a las de Cristina Aguilera. "Odiar a un homeless" apela a la caridad bien entendida, sí, ésa misma que ya saben ustedes que comienza por uno mismo. "National Geographic" ejemplifica la perdida de ideales de los intelectuales presuntos y no tan presuntos con presunto y no tan presunto sentido de la culpa. Pero si tuviera que elegir un par de cuentos que destacar el conjunto serían "Higiene" y "Una persona normal". "Higiene" nos cuenta la historia de un hombre que se casa con una mujer que se pasa la vida limpiando. Se trata de un cuento que podría ser costumbrista, pero que presenta textura de cuento erótico. Se podría haber titulado también "Sexo", por ejemplo, y el resultado hubiera sido igual de hilarante. "Nunca pensé que pudiera decirlo, pero estaba harto de limpiar. Hasta entonces, siempre había creído que un hombre joven y sano como yo disponía de unas ganas de limpiar ilimitadas pero ahora me doy cuenta que todo tiene un límite...Uno no puede estar todo el día pensando en lo mismo" la metáfora es obvia, pero efectiva. "Una persona normal" comienza con una declaración de principios que es casi un informe médico: "El enfermo es un hombre de 32 años. Fue llevado a urgencias por la policía cuando intentaba entrar en un banco a pedir un crédito". Carlo Padial transforma la norma en excepción. Los enfermos son/ somos esa gente corriente que acepta las normas sociales sin cuestionarselas y sin plantearse una vida alternativa o si el tipo de vida es el que realmente desean llevar. Hay un cuento que trata sobre un hombre de abundante cabellera que siente la amenaza fantasma de la alopecia; hay un cuento con una excelente definición de un espécimen muy habitual en nuestra sociedad " el rumiante universitario"; hay una crítica acerada a los críticos de cine, a los camareros y al afán de limpiar del mundo de porquería cuando somos incapaces de limpiar literalmente la mierda de nuestra propia casa. Impagable ese padre que en un relato le baja a su hija veinteañera los pantalones de piel de vaca portuguesa dejándola con unas bragas rosas con rayitas fucsias y con una inscripción a la altura del pubis donde se puede leer EAT ME. Brutalidad y ternura se alían a partes iguales en un libro que estalla entre las manos página a página. Y que si no estalla, al menos nos hace que estallemos a carcajadas. Todo un logro para los tiempos que corren.

sábado, 13 de noviembre de 2010

ROMPECABEZAS



















Aunque procuro no escribir sobre poesía y poetas, esta vez voy a hacer una excepción a la regla. La vida es un compecabezas, un puzzle donde las piezas nunca terminan de encajar. Siempre imaginamos que una situación será de una manera y termina siendo de otra. Eso es la vida, una lucha entre la realidad y el deseo, como muy bien intuyó Cernuda. El miércoles pasado pedí salir media hora antes del trabajo para poder asistir a una mesa redonda celebrada en Orihuela sobre la figura de Miguel Hernández, organizada por la Fundación Pablo Iglesias, dirigida por Salvador Clotas. La Mayoría de los poetas que asistirían me interesaban. El público escaso, como era de esperar, aunque el cartel poético era de altura: Ana Isabel Conejo [Tarrasa, 1970] autora de poemario como "Vidrios, vasos, luz, tardes "[Rialp, 2004] o "Rostros" [Hiperión, 2007], pesario que llevé para que me lo firmara. soy adicto a la firma de libros, quizás por eso no entra en mis planes el asunto del libro electrónico; Antonio Lucas [Madrid, 1975] autor de "Lucernario" [1999] o el reciente "Los mundos contrarios" [2010] y a quién conocí hace muchos años, aunque él no creo que lo recuerde en otra mesa redonda en Murcia, donde también estaban Álvaro García, Eduardo García y Pablo García Casado; mi buen amigo José Luis Zerón, uno de la grande conocederoes de la figura de Miguel Hernández y un poeta silencioso y pesimista; Julieta Valero [Madrid, 1971] con una obra breve pero intensa "Altar de los días parados "[2003] y "Los heridos graves" [ DVD, 2005] ; y Joaquón Pérez Azaustre [Córdoba, 1976] autor de varias novelas "América" [Seix y Barral, 2004] y "El gran Felton" [2006] y de quien llevaba para que me firmara dos de sus poemarios, entre ellos "El jersey rojo" [Visor, 2006] y que prácticamente al día siguiente obtuvo el premio Loewe con el poemario titulado "Las Ollerías". Un cartel de lujo, un tema interesante y sin embargo, las cosas nunca salen como uno espera. El acto fue impecable, tengo que decir que el texto que leyó Julieta Valero fue el que más me gustó, puede que porque si yo hubiese tenido que escribir un texto sobre el tema hubiera escrito algo por el estilo. Además su forma de recitar es magnífica. Y si digo que la vida es como un rompecabezas, es porque aunque el miércoles la pieza debía encajar en el hueco previsto, no terminó de hacerlo. Y salí del acto con la misma decepción que me acompaña últimamente en todo cuanto hago. Posiblemente se deba a algo tan absurdo como el paso del tiempo. Alguien diría que son cosas de la edad, de la edad, que no perdona.


lunes, 1 de noviembre de 2010

LA ESTRELLA DEL DIABLO, JO NESBO

Ya les había hablado en noviembre del año pasado del escritor de novelas policíacas Jo Nesbo [Oslo, 1959] a raíz de la publicación en España de su segunda novela [Némesis]. Acabo de leer "La estrella del Diablo", publicada por RBA. A pesar de que después de tres novelas con los mismos mecanismos narrativos debería estar ya cansado del inspector Harry Hole, sus borracheras épicas, su sentido de la culpa por la muerte de su compañera, su pánico a los ascensores y su desarraigo existencial, lo cierto es que las aventuras y desventuras de este comisario de policía que intenta rehacer su vida familiar y profesional, al tiempo que busca recuperar su dignidad mediante la venganza me siguen atrapando de tal manera que las quinientas páginas de la última novela de Jo Nesbo publicada aquí, se me han evaporado de las manos en un par de días de lectura compulsiva. Los secundarios de esta novela son de lujo: el jefe del grupo de delincuentes violentos, Bjarne Moller; la investigadora de la científica Beate Lonn; y el comisario Tom Waaler. Y claro está, el desolador paisaje urbano. Hace tiempo que pienso que la novela policíaca es la única novela actual que es capaz de reflejar la realidad social y criticarla a la vez. Siempre ha sido así, pero actualmente más. Está novela de Jo Nesbo, me confirma en mi hipótesis. Nada mejor que una buena novela policíaca para hurgar en las heridas del cadáver de la sociedad en descomposición en la que actualmente vivimos y donde los corruptos van de políticos políticamente correctos, o sea, de ladrones de guante blanco. Aparte de esta disquisición que dejo caer dada mi frustración actual por el clima de estupidez moral y social que me rodea, recomendarles esta excelente novela para aislarnos de la Navidad que se nos viene encima con un par de meses de antelación. Y como toda buena novela, sea o no policíaca, destacar, algún que otro pensamiento: "...el agua, la cobardía y el deseo, buscan siempre el fondo más abisal" [pag. 13]; " No es necesario haber perdido la fe para convertirse a otro credo" [pag. 117]; "No existe afrodisiaco más fuerte para un hombre que una mujer que no está enamorada" [pag. 356]; "...lo importante es la ilusión. La mentira debe parecer tan veraz que la verdad se presente como poco probable" [pag. 432]. Pues eso, que disfruten ustedes de esta realidad nuestra tan veraz como poco probable.

sábado, 16 de octubre de 2010

EL ANTÓLOGO, NICHOLSON BAKER


Toda novela debería ser algo más que una novela. La última novela de Nicholson Baker [Rochester, 1957] publicada por Duomo ediciones, lo es. Es mucho más de lo que su título "El antólogo" indica, aunque en el fondo se trata estrictamente de lo que le sucede a Paul Chowder, un poeta en el dique seco, bloquedado, incapaz de escribir poemas, a pesar de tener varios libros publicados, incapaz de asumir su fracaso vital y literario, incapaz de escribir la introducción para la antología sobre poesía en verso que ha elaborado - pues considera que la rima es superior al verso libre, aunque su poesía la ha escrito en verso libre, abandonado por la mujer que ama, y con un perro de nombre Smacko. Lo que sucede es poco, pero las reflexiones del antólogo y del propio autor a través del antólogo sobre la vida y la poesía en lengua inglesa son tan interesantes que no me resisto a copias algunas: "¿Qué es la poesía? La poesía es prosa a cámara lenta...los poemas en verso libre que escriben la mayoría de los poetas hoy en día - el tipo de verso que yo escribo- son prosa a cámara lenta"; "El verso libre arrancó realmente hace unos cien años. No es que fuese libre únicamente por lo suelto que andaba en las cuestiones de rima y métrica. El verso libre era sexualmente libre.Eso es lo que nadie entiende."; "Lo que ocurre con la vida es que la vida es un tema inagotable."; "Con la poesía no hay divisiones excluyentes. ¿qué está inventado y qué no lo está?...Con la prosa los primero que uno quiere saber es si es ficción o no....Los libros de poesía van directamente a la sección de poesía. No hay poesía no ficticia y poesía ficticia. Las categorías no existen."; "La poesía es un refinamiento controlado del sollozo."; "Creo que a veces la poesía se escribe en un susurro. No un susurro escénico sino un verdadero susurro humano. Un susurro confidencial y dolorido, rebosante de emoción . Y si se declama se estropea."; "La poesía es cosa de jóvenes. Qué pensamiento más terriblemente cierto."; "La muerte es mi seguro de enfermedad."; Y aunque hay muchas más ideas y reflexiones sobre estos temas, termino con éste que me parece resume en cierto modo el sentido de la vida y recomendando esta estimulante novela-ensayo. Como afirma Paul Chowder o Nicholson Baker: "Hay demasiados poemas acerca de la muerte...La muerte es en realidad una pequeña parte de la vida y no es la parte en la que te apetece concentrarte, porque la vida es la vida y y esta llena de detalles inefables". Pues eso, disfruten de los detalles.

sábado, 2 de octubre de 2010

EL EXPERIMENTO WOLBERG, MANUEL MOYANO


Hace tiempo que sigo la trayectoria literaria de Manuel Moyano, [Córdoba, 1963] por lo tanto la calidad de su último libro de relatos "El experimento Wolberg" [Menoscuarto] no me pilla por sorpresa. "El amigo de Kafka" [2001] contiene uno de esos 10 cuentos que uno se llevaría a una isla para releerlos una y otra vez hasta desgastarlos. Se trata de "Hojas amarillas". Un relato sobre la incomunicación y otras mutaciones de la rutina conyugal. Le siguen "El oro celeste" [2003], poco después, ese libro que es un poco un cajón de sastre literario "La memoria de la especie" [2005] y su novela "La coartada del diablo"[2007]. En "El experimento Wolberg" apenas 8 cuentos, Moyano refulge como el narrador brillante que es. No necesita demostrar nada a nadie, tan sólo contar una historia. Y cada una de las historias de este libro de relatos va en una dirección y está contada en sus propios parámetros. La forma se adapta al fondo. Quizás las dos más flojas sean "El día de los dones" y " La voz de la tierra", éste último con un sarcasmo excesivo y un tono de sainete que da coherencia al relato, pero que puede que le quite fuerza. al mensaje El resto de los relatos me parecen impecables. Estupendo "El relojero judío" con la paradoja que encierra; igualmente magníficos"La bestia en su guarida" y "El experimento Wolberg"; sin embargo mi favorito, personalmente, es "Corsini contrariado". La historia de ese consejero títere, abducido por unos alienigenas, es una delicia. La ironía es todo lo elegante y mordaz que puede serlo y el resultado casi nos pide un par de páginas más. Por suerte el autor sabe donde tiene que detenerse. El lector puede seguir imaginando la historia ese par de páginas más. De paradojas e ironía están forjado estos relatos, porque como bien escribió en la parte cuarta de "La memoria de la especie" , titulada, "Bazar": La ironía es el humor de los tristes.

sábado, 18 de septiembre de 2010

AZUL RUSO


He tenido que esperar unas semanas para poder escribir algo sobre "Azul ruso" el libro de relatos de Patricia Esteban Erlés [Zaragoza, 1972] publicado en la editorial Páginas de Espuma. Leer un libro de cuentos y que la mayoría de ellos te dejen huella es muy difícil. En este libro de cuentos, "Azul ruso", la mayoría de los cuentos dejan huella. La autora juega con las palabras y con los elementos de la estructura para crear una atmósfera inolvidable. Son cuentos sobre el amor en sus distintas fases. Podrían ser cuentos realistas o costumbristas, pero Esteban Erlés aplica una técnica disciplinada para elaborar cuentos que tienen mucho de metáforas, algo de artefactos líricos y un no sé qué de ficciones donde la fatalidad del destino se alía con la certeza de lo imposible. En "Piroquenesis" el deseo se encarna en un niño, fruto de una infidelidad, que provoca combustión espontánea a su paso; "La chica del UHF" es una historia de amor a tres bandas como todas las historias de amor a tres bandas, donde una de las bandas siempre pierde. Lo insólito es que una de las bandas vive en el norte de hielos perpetuos, el vértice del triángulo se llama Antonio Puñales y trabaja en una funeraria y la otra chica, que se lleva el gato al agua, hija del dueño de la funeraria tiene como nombre Dulce Limón. Como pueden apreciar, todo muy naif, pero profundamente humano y desgarrador. "Criptónita" es una historia de amor y golpes y gatos, y sobre todo del efecto de la criptónita sobre los gatos blancos. Por cierto, en los cuentos de Patricia Esteban Erlés, abundan los gatos. Y también las referencias cinematográficas. El cuento con más gatos es el que da título al libro: "Azul ruso". La protagonista que podría estar sacada de un cuento de Borges transforma a sus amantes de una noche en gatos. Un castigo como otro cualquiera. Recuerdo una maga que los convertía en cerdos. Todo está escrito y todo es susceptible de volver a ser escrito. "Hungry For Your Love" es una historia de amor desesperada que invierte papeles y con final sorpresa."Mudanza" habla de amor, de desamor y de un lagarto llamado Garcilaso. "Los zapatos de Margot" se centra en la historia de amor y odio y envidias y sometemiento entre dos hermanas con infidelidad por medio. Con estos hilos Patricia Esteban Erlés ha levantado el edificio de su libro. Un edificio con puertas que comunican la realidad y el deseo con el deseo de la realidad.

domingo, 12 de septiembre de 2010

DECUBRIENDO A FONSECA

Como ya he escrito en alguna ocasión, hay autores a los que uno llega tarde; demasiado tarde. Para mí es el caso de Rubem Fonseca [Juiz de Fora, 1925] autor de libros de cuentos como "Los prisioneros" [1963] , "El collar de perro" [1965] o más recientemente "El cobrador" y de novelas como "El caso Morel" [1973], "El gran arte" [1983], "Diario de un libertino" [2005]. Yo he llegado tarde a su literatura y lo siento pues leerle es estimulante y altamente provocador. He comenzado con la serie dedicada a su abogado criminalista Paulo Mandrake, que tiene nombre de mago, en lugar de nombre de abogado criminalista. Dos novelas cortas en un volumen publicado por la editorial La otra orilla " en 2007: Mandrake y la Biblia de Maguncia" y "Mandrake y el bastón Swaine" Fonseca es un excelente narrador; seco y tenso; va directo al grano y no desperdicia pólvora en salvas ni se pierde en los vericuetos de las descripciones, salvo que vengan al caso. Dos novelas, 185 páginas de pura nitroglicerina literaria. Los asesinatos son espeluznantes, los personajes secundarios dejan huella y el crimen y la corrupción están a la orden del día. Las florituras literarias para otros autores. Fonseca dispara con bala. Mandrake es un romántico cínico o un cínico romántico y sobre todo es un escéptico radical, un inconformista de lengua afilada y sarcasmo rápido. Además es un mujeriego empedernido que no desaprovecha la oportunidad de irse a la cama con cualquier mujer con la que se cruce, lo cual en los tiempos que corren es políticamente incorrecto, pero literariamente refrescante ante la ola de conservadurismo literario imperante. Y aunque Mandrake prefiera las mujeres de 30 años no duda en acostarse con una condesa de sesenta porque como el mismo nos cuenta en primera persona "la condesa era vieja pero aún daba para un buen caldo". Las novelas rápidas y trepidantes de Rubem Fonseca también dan para una buena tarde literaria y para algo más...

martes, 24 de agosto de 2010

DE UN MODO U OTRO,PETER CAMERON



El verano es época de rescates. Este verano le ha tocado a "De un modo u otro" [1986] un libro de relatos de Peter Cameron [1959, Pompton Plains, Nueva Yersey] que compré hace unos años en una feria del libro y que ha esperado pacientemente sobre mi mesita de noche su turno. Es curioso, siempre que pienso en un libro de cuentos de un autor americano, pienso en relatos, mientras que para los hispanoamericanos, españoles y europeos, reservo el término cuento, salvo alguna rara excepción. Los relatos de Peter Cameron hablan de pequeñas tragedias cotidianas que son en el fondo, las grandes tragedias del ser humano. El día a día y el trato con los horrores de la convivencia familiar son los que devastan y aniquilan la personalidad individual del ser humano. Estos relatos son relatos sobre personajes imperfectos, como la mayoría de los seres humanos. ¿Qué mundo sería un mundo repleto de personas perfectas? ¿ Un mundo de robots?Alguien escribió y yo lo he repetido en alguna otra entrada que la perfección es espantosa porque es estéril. Los personajes de Cameron aspiran a ser perfectos, pero se pierden por el camino y su imperfección se percibe en alguna tara de su carácter. Unos son incapaces de aceptarse tal y como son y de aceptar sus inclinaciones sexuales [De píe o de cabeza]; otros prefieren la hipocresía de no contar a sus familiares la verdad sobre la relación homosexual que mantienen [Fragmento de El lago de los Cisnes]; un viaje de fin de semana y una propuesta matrimonial se convierten en un anticipo de una relación de pareja imposible [Nupcias y paganos]. De algo similar trata [Plantado] sobre una pareja que tiene que hacer un viaje de Connecticut a California para llevar la abuela enferma de él con los padres. Son relatos sobre seres infelices. Personajes que mienten a sus padres, a sus novias, a sus hijos, a sus jefes y sobre todo a sí mismos. El mundo como gran mentira universal. La mentira es una imperfección que nos ayuda a sobrevivir. Personajes tristes, emocionalmente desamparados, solitarios que no desean estarlo, matrimonios que se separan, trabajadores eventuales, huidas a ninguna parte. Esclarecedor es el relato final [ Huida hacia delante] donde una chica que trabaja en un cine presenta a su antiguo compañero de universidad -que siempre ha estado enamorado de ella-como su prometido y futuro marido a su madre enferma de cáncer. Historias que están a punto de estallar,o que simplemente estallan entre nuestras manos.

sábado, 21 de agosto de 2010

JIM VERSUS EWAN




Supongo que ya habréis adivinado que si escribo sobre estos dos actores es por el estreno de "I love you Phillip Morri" [2010] dirigida por Glenn Ficarra y John Requa.
No es que la película me haya entusiasmado, sin embargo presenta una sana saña contra todo lo establecido social y moralmente y a ratos uno puede compartir su tono irreverente y su crítica contra una sociedad americana y no sólo americana adormecida y satisfecha de su propia imagen. Confieso que fui a ver la película a pesar de Jim Carey [1962, Ontario] actor que siempre me parece pasado de vueltas y de quien apenas he visto enteras dos o tres películas y no precisamente porque estuviese él, sino a pesar de que estuviese él. Sinceramente, no le recuerdo en "Peggy Sue se casó" [1986] de Francis Ford Coppola. Su villano en "Batman Forever "[1996] no está mal y las dos únicas películas en que lo considero un actor con matices son "The Truman Show" [1999] de Peter Weir y "Man on the moon" [2000] de Milos Forman. Evidentemente si vi estas películas fue por los directores y la temática. Debo reconocer que en "I love you Phillip Morris" , Carey sigue histriónico a ratos y aunque el papel lo pide a gritos, quizás la interpretación hubiera ganado enteros con algo más de contención. Hay que agradecerle que haya aceptado interpretar un papel de gay hipócrita, mentiroso y ladrón, tan poco agradecido de cara a la galería, pero deduzco que estimulante interpretativamente. Un reto. Sí que he seguido con más detenimiento la carrera de Ewan McGregor [1971. Crieff, Escocia] con películas más que interesantes. Por destacar algunas: "The Pillow Book" [1996] Peter Greenaway; "Velvet Goldmine" [1998] Todd Haynes; "Moulin Rouge "[2001] Baz Luhrmann; "Cassandra´s Dreams" [2007] W. Allen; "El escritor" [2010] Roman Polanski. La suma de Carey y McGregor , resulta completamente satisfactoria. Los momentos de almibar de la película son impagables y las escenas de choque tipo "Borat" resultan efectivas. No es ese tipo de películas que se olvidan a los diez minutos de salir de verla. No deja indiferente. Y eso ya es mucho para los tiempos que corren.

miércoles, 11 de agosto de 2010

TODO ARRASADO, TODO QUEMADO






















"Todo arrasado, todo quemado" [Seix Barral, 2010] es el primer libro de relatos de Wells Tower [Vancouver, 1973]. Llevo muchos años comprando libros y, al final, por encima de otras consideraciones, siempre me dejo guiar por la intuición. Sobre todo cuando se trata del primer libro de un autor desconocido. Compré "Todo arrasado, todo quemado" no porque en su contraportada M. Kakutani diga que Tower es un autor de increíble talento y que su prosa remite a Carver, Hemingway o Twain. Compré este libro de relatos porque me gustó su título, que es una excusa tan buena como otra para comprar un libro. Saber poner un título a un libro es un arte y al menos el cincuenta por ciento de su éxito. Posiblemente el relato que da titulo a la colección es el que menos me gusta de todos, a pesar de ser un relato impecable y brutal sobre vikingos. Y algo más. No. El fuerte de Wells Tower son los relatos largos e intensos sobre perdedores y desubicados que saben que los son, pero no quieren reconocerlo. Personajes que no saben qué demonios hacer con sus vidas, como el Bob Munroe de "La costa marrón" o ese triángulo platónico y tenso entre Burt, su padre Roger y su madrastra Lucy en "Ejecutores de energías importantes". O ese anciano octogenario que se va a vivir con su hija soltera y cuarentona en "El ojo tras la puerta". Los relatos de Tower son de una intensidad que duele. Deberían ser deprimentes, pero no lo son. El humor, el sarcasmo y la ironía nos distancian de los personajes a la vez que nos acercan a ellos; lo cual por paradójico que parezca se aproxima a la vida real. Se trata sólo de 9 relatos, pero uno tiene la impresión de que multiplican el espacio y el tiempo. El mundo que en ellos se refleja es aterrador y solitario; un mundo donde los sentimientos raramente son correspondidos. Es difícil elegir un solo relato, pero desde luego no se pierdan "En la feria". Una desoladora historia con abuso de menores y donde nadie sale demasiado bien parado. Como en la vida misma.

sábado, 7 de agosto de 2010

BLACK, BLACK, BLACK


Black, black, black [Anagrama, 2010] es la última novela de Marta Sanz [Madrid, 1967]. Si nos fiamos del título se trataría de una novela negra, un género no demasiado reputado entre nuestros novelistas patrios. Si sólo fuese una novela negra, "Black, black, black" sería una obra más que aceptable, pero es que esta novela de la autora entre otras de "El frío" [1995]; "Animales domésticos" [2003] y "La lección de anatomía" [2008] es una original mirada sobre las virtudes y sobre todo, los defectos de esta corrupta e insolidaria sociedad en la que malvivimos por un puñado de euros. Se tocan temas de rigurosa actualidad y de considerable calado. Pero lo importante no son los temas y sus ramificaciones sino el estilo y la compleja estructura de la novela. Fondo y forma se complementan, o deberían. Quizás ése es el principal problema de esta estupenda novela policíaca y costumbrista; ya que toda novela policíaca es una radiografía en blanco y negro de la sociedad donde se desarrolla. La novela está descompensada. Como su título indica, se estructura en tres parte, a la manera de uno de esos trípticos pictóricos donde la tabla central es el doble de ancha que las laterales que se cierran ocultando la escena principal. Posiblemente en esta novela de Marta Sanz, el extenso diario escrito por Luz, la madre de Olmo, el adolescente daltónico que colecciona mariposas, robe toda la energía a las partes laterales, narradas por el detective homosexual Arturo Zarco y su ex, Paula. El humor, el sarcasmo y las constantes referencias literarias y cinematográficas salpimentan las páginas de esta novela negra a contracorriente, recomendable para fans de la novela negra y para ateos, agnósticos y similares. También le pueden seguir la pista a Marta Sanz leyendo el imprescindible prólogo que ha escrito para el libro de cuentos de Pilar Adón "El mes más cruel", del que hablaré en otra ocasión.

viernes, 18 de junio de 2010

GIMNASIO, JUAN ABREU



Ayer tarde estuve en Murcia, en el Centro Cultural Las Claras. Acudí a la presentación del Nº 95 de la revista Turia dedicado al pintor Ramón Gaya. Un pintor fiel a sí mismo que parece que no encaja en la pintura del extinto siglo XX puesto que la supera. Eso es lo que tiene no pertenecer a ningún grupo organizado, no integrarse en ningún movimiento, ir por libre porque uno considera que la libertad es el principio fundamental del artista. Y ocurre en todas las disciplinas, sea la pintura o la literatura. En el acto tuve la posibilidad de reencontrarme con algunos conocidos de tiempos lejanos...Esto viene a cuento porque el escritor que comento tampoco pertenece a ningún grupo literario, es una apátrida y un superviviente.
Convertir la realidad en arte o el arte en realidad, léase la vida en literatura y la literatura en vida ¿No es esa la función principal del artista, especialmente del escritor? Se trata de transformar la belleza en dolor y el dolor en belleza. Juan Abreu [Cuba, 1952] en "Gimnasio" [Poliedro, 2002] transforma a rutina de acudir al gimnasio en un ejercicio de memoria y en un catálogo de seres típicos por atípicos, o a la inversa: el superpijo, la exhibicionista, Ojos bellos, la escuálida. Como se trata de un gimnasio mixto como la mayoría de los gimnasios abunda el erotismo a flor de piel y la testosterona, además de precisas observaciones sobre el paso de tiempo, sobre la calvicie o a masturbación. Los capítulos son cortos y las reflexiones variadas: "Para un nómada la muerte siempre está en lo que deja atrás; nunca delante"; "No han dejado otro camino digno a la literatura que el insulto"; "Hoy un escritor es poco menos que una puta al servicio de comerciantes y especuladores"; "La vida cultural es típica, cosa de piñas, parroquial. Controlados por el mercado egos monstruosos por aquí y por allá, sacudiendo los culos ante los talonarios"; "La belleza premia el crimen"; "El agujero del culo es maravilloso. Entrada a un verdadero caudal de pensamientos elevados. Madriguera del Conejo Blanco de ojos rosados de Alicia. Chupar culos (aconsejo meter todo lo posible la lengua dentro) otorga pureza, acerca al misterio, contribuye de forma fundamental al desarrollo de la inteligencia y enriquece el mundo espiritual". Toda una declaración de principios y un consejo que cierta gente de este país debería seguir por si a fuerza de insistir en ello logra alcanzar un desarrollo cognitivo medianamente aceptable.

domingo, 13 de junio de 2010

TILDA SWINTON; YO SOY EL AMOR



Cuando uno se va quedando sin mitos que admirar, es importante poder cambiarlos por otros. Casi todos mis mitos cinematográficos pertenecen al siglo pasado. Me estoy quedando anticuado. Una de las pocas actrices actuales cuya carrera sigo es Tilda Swinton [Londres, 1960]. Su última interpretación en una película ha pasado prácticamente desapercibida por la cartelera "Yo soy el amor" de Luca Guadagnino [2009] es una demostración más del talento de esta actriz de rostro andrógino y belleza fría y un tanto singular. En este film algunos de sus primeros planos recuerdan las figuras femeninas de los cuadros prerafaelistas. Su mirada es fascinante. Y lo es desde las primeras películas en las que la vi actuar: "Caravaggio" [1996] y "Eduardo II [1991] del fallecido Derek Jarman. Si exceptuamos su papel protagonista en "Orlando" [1992] adaptación de novela de Virginia Woolf realizada por S. Poter, la mayoría de sus papeles posteriores han sido como actriz secundaria: "Adaptation" [2002] de Spike Jonze, junto a Meryl Streep; "Michael Clayton" [2007]; "Quemar después de leer" [2008] de los hermanos Coen; lo cual no ha evitado que cada una de sus apariciones sea memorable y se recuerde independientemente de la duración del papel que interpreta. Últimamente ha dado el salto a los papeles protagonistas como es el caso de "Yo soy el amor" 0 de "Julia" [2008] de Enric Zonca. Encontrarme con su gélida belleza y su estilo altivo y elegante en una película siempre es un aliciente. Y además una excelente actriz.

sábado, 29 de mayo de 2010

LENA HORNE


Uno se enfrenta a la constancia del tiempo. Como dijo el poeta, somos el tiempo que nos queda, pero también somos el tiempo que ya gastamos y no volverá. Malos tiempos en todo caso. Lena Horne [30 de junio de 1017-9 de mayo de 2010] forma parte de mi pasado. Un pasado lejano. Su muerte a principios de este mes me ha recordado la fragilidad de los vínculos que nos unen con los recuerdos y con nosotros mismos. ¿Quién se acuerda hoy de esta cantante y actriz -rodó 16 películas? ¿Quién se acordaría de ella si no fuera por una canción - Stomy Weather- que ella cantaba en la película del mismo título? Esta canción iba incluida en un disco de temas musicales que durante mi adolescencia escuché frecuentemente. La canción encierra toda la nostalgia y la melancolía de aquel adolescente acomplejado y dubitativo que yo era. Un adolescente del que solo queda un cadáver en alguno de mis versos. En un momento dado, quise homenajear a Lena Horne y le dediqué un poema en uno de mis libros. Como no podía ser de otro modo el poema se titulaba "Stormy Weather" y lo incluí en "Los días del tiempo", poemario premiado con el Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez del año 2002. Pues eso, que el tiempo pasa muy deprisa. Lo rescato aquí como epitafio a una mujer admirable que puso música a una parte dolorosa de mi existencia: " Como lugar extrano, la vida./ De paso siempre. En tránsito./ Sin otro afán que los versos/ y su vano empeño en atrapar/el paso tan lento de los días./Sobrevivir en temporada baja/donde nadie: una ciudad costera,/la casa prestada de un amigo. /Un lugar en ninguna parte./ Escaso el equipaje y la memoria./Considerar ciertos detalles sibaritas: /una botella fría de vodka,/la poesía completa -La Realidad y el Deseo- de Cernuda, / y acaso Lena Horne cantando/ junto a la chimenea Stomy Weather.

sábado, 22 de mayo de 2010

LA PATRIA DE TODOS LOS VASCOS



La patria de todos los vascos [Lengua de trapo, 2009] es la segunda novela del escritor Iban Zaldua [Donostia, 1966], autor anteriormente de varios libros de relatos "Mentiras, mentiras, mentiras" [2000], "La isla de los antropólogos y otros relatos" [2002], "Porvenir" [2007] y de la novela "Si Sabino viviria"[2006]. Una característica común a todas sus obras es el humor. Un humor que nace de la paradoja y de darle la vuelta a la realidad para transformarla en otra que nos muestra lo ridícula que es la realidad que vivimos. Todo es risible. Todo es digno de ser objeto de burla. El sarcasmo asoma por las costuras de ese muñeco de trapo que es la realidad de cada día; aunque esa realidad nos sea tan ajena como la del país vasco. Leer "La patria de todos los vascos " es un ejercicio de inteligencia moral suponiendo que tal cosa exista. El tema es leve: Joseba Anabitarte, un profesor de literatura vasca acepta un puesto de seis meses en la universidad de Anchorage en Alaska para explicar, obviamente, literatura vasca. Cuando intuye que la citada literatura no da para un curso tan largo decide reinventar la historia de esa literatura y por al mismo tiempo de ese país, que un cursi conocido mío define como "el país del sirimiri". Iban Zaldura reparte estopa literaria y de paso evidencia las servidumbres y las carencias de los nacionalismos mal entendidos. Además entre otras numerosas virtudes esta novela tiene una de la que carecen la mayoría de las novelas actuales: es breve. Sus 144 páginas se leen en un suspiro y encima, te obligan a reflexionar.

sábado, 24 de abril de 2010

AMÉLIE NOTHOMB



Hay autores adictivos. Por ejemplo Amélie Nothomb [Kobe, 1967]. Como todos los autores adictivos hay que leerlos con pasión, pero con cuidado. No sólo enganchan, también provocan mono. Con Amélie no hay problema. Escribe como si respirara literatura. Ha escrito más de veinte novelas, casi todas de una brevedad deslumbrante frente a la mayoría de la novelas actuales que tienen un exceso de grasa y de páginas. Parece que una novela no es novela si no supera las 400 páginas, aunque le sobren 300. Con Amélie no ocurre. Ella gestiona perfectamente los tiempos y las páginas. Sus novelas siempre se quedan cortas. Nos dejan con ganas de más. Procuro leer las novelas de Nothomb distanciándolas en el tiempo. Es por una cuestión de intensidad. Son breves, pero exigen tal nivel de atención que agotan. Luego, uno necesita un tiempo de reflexión. Todavía perduran en mí los ecos de "Estupor y temblores" [1999] descripción de su experiencia laboral en una empresa japonesa. Uno no sabe si reír o llorar con las ocurrencias de "Metafísica de los tubos"[2000] y "Higiene del asesino" [1992] es un tour de force literario admirable. Acabo de terminar "Ordeno y mando" [Anagrama, 2010]. Es difícil comenzar una novela como ella lo hace y que no se te venga abajo a la tercera página, pero ella logra el milagro. La novela se sostiene sobre el absurdo de una usurpación de personalidad, la de Olaf Sildur por Baptiste Bordave. Quién no querría cambiar una vida mediocre y gris por una de lujo y misterio. Sobre una situación única y apenas un par de personajes principales, Amélie Nothomb construye un entramado de sugerencias delirante y una crítica a la sociedad actual -donde quien más tiene puede seguir fingiendo que tiene más, aunque carezca de casi todo-. Vivimos en una sociedad de fingimiento. Como de costumbre, lo mejor son esas líneas cortantes como las aristas del cristal que hieren la mirada del lector desde el espejo de la página: "Desde Kafka, está demostrado: sino eres paranoico, eres culpable"; "Uno se siente estimulado cuando habla de la muerte"; "Algunas palabras adquieren su sentido más profundo cuando las pronuncian los demás"; "Las más hermosas ensoñaciones se producen en los trabajos más estúpidos"; "Los museos ganan cuando se visitan con gente inteligente"; o la más contundente: "La cultura se fundamenta en un mal entendido". Seguramente, esta última afirmación se puede aplicar a la vida: "La vida se fundamenta en un mal entendido". Eso debe pensar la mayoría de la gente que no sabe qué hacer con su vida aparte de sobrevivir, ver deportes en la tele y pagar la hipoteca.

sábado, 10 de abril de 2010

GERALDINE CHAPLIN


Ayer fui a ver "La isla interior" [2009] de D. Ayaso y F. Sabroso. Y la película desató en mí los lazos de la nostalgia. Nostalgia por un tiempo que ya no existe, pero en el que fui más feliz si alguna vez lo fui. La película es demasiado obvia y es imposible no pensar en Pedro Almodovar al verla. No por alguna escena en particular sino por el aire de "algo ya visto". Sin embargo, el film me ha permitido reencontrarme con dos actrices a las que admiro profundamente desde lo tiempos en que quizás fui más feliz y desde luego tenía muchas más inquietudes cinematográficas que ahora. La no muy pródiga Cristina Marcos [Barcelona, 1963] cuyo debut en "Maravillas" [1981] de Manuel Gutiérrez Aragón me fascinó y, como no, la maravillosa Geraldine Chaplin [Estados Unidos, 1944] nieta del dramaturgo E. O´Neil, autor entre otras de "Deseo Bajo los olmos" , "El luto le sienta bien a Electra" o "Largo viaje del día hacia la noche". Para mi Geraldine siempre será más la nieta del dramaturgo que la hija del actor y director. Y se me han desatado los lazos de la nostalgia porque la he recordado no en sus últimas apariciones breves como mujer entrada en años madre o tía de los protagonistas desde que apareció en "La edad de la inocencia" [1993] de Martín Scorsese y posteriormente en "Home for Holidays" [1995] de Jodie Foster; "Hable con ella " [2002] P. Almodovar o "En la ciudad sin límites" de Antonio Hernández. No, la Geraldine que rescato, tampoco es la de "Doctor Zhivago" [1963] de David Lean, todavía inexpresiva, pero muy ajustada al papel, si no la que rodó rarezas como "In memoriam" de Enrique Brassó o "La casa sin fronteras" [1972] Pedro Olea. Y desde luego todo el ciclo de películas con Carlos Saura. Películas demasiado crípticas y modernas para su época. Ella aportaba allí el toque de modernidad en un país maniatado por la dictadura. De "Peppermint Frappé" [1967] a "Mamá cumple cien años" [1979] pasando por "Stress-es-tres-tres" [1968], "La madriguera" [1969], "El jardín de las delicias" [1970] "Ana y los lobos" [1973] o "Cría cuervos" [1975]. Y desde luego mis favoritas "Los ojos vendados" [1978] sobre una pareja en crisis y "Elisa, vida mía" [1977]. Para mi Geraldine Chaplin siempre será Elisa. Pero también están su trilogía con Robert Altman "Nashville" [1975], "Buffalo Bill y los Indios" [1976] y "Un día de boda" [1978] O sus colaboraciones con Alan Ruphol antes de que este director perdiera el rumbo: "Remenber My Name" [1978], "Welcome to L. A" y "The Moderns" [1988]. O rarezas como "Roseland" [1977] de James Ivory ; "Los unos y loa otros" de Claude Lelouch o "La vie est un roman" [1983] de Alain Resnais. Todas están películas quedan muy atrás en el tiempo, pero forman parte de mi memoria cinéfila. De un tiempo de añoranza. Y al ver a Geraldine Chaplin en una de las secuencias finales de "La Isla interior" en posición fetal en la cama, quieta, antes de comenzar a temblar; me ha alegrado poder pensar que ella es una superviviente. Y que quizás también, cualquier tiempo pasado fue mejor.




jueves, 8 de abril de 2010

MANSOS, ROBERTO ENRIQUEZ


Ignoro el porqué, pero últimamente la mayor parte de los finales de las novelas que leo no me acaban de convencer. Debe de ser un problema mío. Es lo que me ha pasado con esta estupenda novela de Roberto Enríquez [1971] publicada por Caballo de Troya. "Mansos" es corta, es provocativa y es intensa. Y está bien escrita. La situación ligeramente absurda que se narra está perfectamente sostenida por el autor. Los detalles y la crudeza del lenguaje son asumibles dada la situación del personaje principal - que a falta de taxis decide pasar lo que queda de noche en una sauna gay de la capital-. Una mala noche la tiene cualquiera que diría Eduardo Mendicutti con unas gotas del humor desenfrenado de "Jo que noche!" [1985] de Martín Scorsese. Hay homenajes explícitos y otros que pasan más desapercibidos. A Truman Capote: "(¿Cómo soy? Cliente. Joven (treintaicuatro). Gordo. Guapo. Rico. Homosexual. Alcohólico. (Ni drogadicto ni un genio, Truman). Inseguro. Paranoico. Nervioso. Risueño. Y educado)" que reversionan la famosa definición del escritor norteamericano: "Soy alcohólico, soy drogadicto, soy homosexual, soy un genio". Otro homenaje es al famoso "Je me souviens" [1978] de George Perec [1036-1982] entre las páginas 96 y 99. No olvidemos tampoco el capítulo dedicado a "Mi desconfiada esposa" [1957] de Vicente Minelli. Dispersas por el texto algunas frases que diseccionan la la hipocresía de la realidad: "La verdad os hará libres. La mentira mansos", "La mayoría de la veces he follado por no estar solo, para que me abrazaran, para obtener el tacto de otro cuerpo, para sentirme atractivo -y ya ni eso, ya he renunciado al ritual apareatorio como prueba, me niego a perder el tiempo, la moral y la autoestima: ahora ya solo follo por dinero. Con dinero". La novela no deja esperanzas a casi nada. Mejor así. La vida se parece demasiado a una sauna donde te roban la cartera, o en este caso el bolso Hermes. Ni dejen que el vapor les nuble los ojos. Léanla.

sábado, 3 de abril de 2010

ANA MARÍA SHUA

Las ferias del libro antiguo o del libro de ocasión sirven para algo; sirven para rescatar del olvido libros dificiles de encontrar. Es lo que me ha ocurrido con una novela de la escritora argentina Ana María Shua [Buenos Aires, 1951]. Aunque es más conocida por su libros de relatos breves, o por su libros infantiles, Shua es también autora de otras tres novelas que desconozco "Soy paciente" [1980], "Los amores de Laurita" [1989] y "El libro de los recuerdos" [1999], y de la novela de la que hablo, que es la cuarta de las suyas y tiene un título que me encanta "La muerte como efecto secundario" [2002, Editorial Sudamericana]. No se trata de una novela fácil, a pesar de ser una novela lineal y contada en forma de cartas que nunca serán enviadas a un personaje femenino que por su ausencia queda retratado por defecto. Pero si la historia de amor del protagonista Ernesto Kollody es importante para el desarrollo de la trama, lo que de verdad importa es la historia de la relación entre ese hijo que no termina de madurar y ese padre moribundo que no termina de morirse. Hay una relación paradójica de amor y odio y culpa. Vivimos en una utopía; en un futuro más posible de lo que parece. Un futuro donde el dinero es fundamental, donde los viejos enfermos son apartados de la sociedad en las irónicamente denominadas Casas de Recuperación y donde la violencia, la soledad y el desarraigo están a la orden del día. Shua juega con la ironía. Una ironía cruel. El protagonista sobrevive maquillando muertos para que recuperen el aspecto que tenían cuando estaban vivos, y maquillando viejos para que parezcan jóvenes. La insatisfacción es la norma. Hay algo alucinado en la lectura de estas páginas. Algo triste y devastador. El final no me convence del todo. No me parece a la altura del resto del relato, pero uno disfruta de cada una de las frases del libro. De vez en cuando hay deslizamientos hacia la poesía. De vez en cuando una frase brilla como un relámpago: "Cuando se persiste en vivir más allá de ciertas fronteras, no suelen quedar amigos con los que celebrar el triunfo"; "El teléfono me despertó como si gritara"; " Nadie puede humillarte como tus padres"; "Cada uno de nosotros es el centro de su propio universo"; "La locura se parece a la muerte". Las sugerencias de esta novela son múltiples. Es un universo cerrado y como tal remite a otros universos cerrados. La propia autora en un pasaje del final rememora otros universos similares y un breve homenaje a la literatura, que no nos salva de nada, pero nos salva de casi todo: "Con un optimismo que el tiempo ha vuelto absurdo, Bradbury anticipó, en Farenheit 451, un mundo en el que había sido necesario prohibir la literatura para que desaparecieran sus lectores. Ese mismo optimismo lo llevó a imaginar una comunidad marginal de lectores memoriosos, convertidos en libros vivientes, como una suerte de paraíso para personas buenas, inteligentes, sensibles y generosas. La loca ilusión de que los buenos lectores son mejores que el resto de los seres humanos". La literatura siempre es un paraíso, aunque los buenos lectores no sean mejores que el resto de los seres humanos, pero seguramente siempre serán más inteligentes, sensibles y generosos.

sábado, 27 de marzo de 2010

PAUL AUSTER, INVISIBLE



No me queda más remedio que volver a hablar de un libro de Anagrama; una de las pocas editoriales de este país nuestro que publica literatura en lugar de litebasura. El "palabro" lo acabo de inventar, pero estoy un poco harto de quemarme los ojos en las mesas de novedades sin encontrar casi nada que merezca la pena. "Invisible [2009] del atormentado Paul Auster [Newark, New Jersey, 1947] es una excepción. Auster es un autor que inquieta. Hay algo perturbador en su mirada y en su literatura. En su manera de mirar y en su forma de escribir. Escribe tan bien que se diría que escribe respirando. El ritmo de su respiración es el de su literatura. "Invisible" no es una excepción. Perturba desde la primera página y está escrita con tanta precisión y con un sentido tan perfecto de cómo contar una historia, que al lector le gustaría que se prolongase unas cuantas páginas más. Hay pesadillas de las que uno no querría escapar. Ésta es una de ellas. La vida de Adam Walker es una pesadilla contada sin que lo parezca. Tanto su protagonista como el resto de los personajes, entre ellos, el inefable Ruldolf Born, son personajes con aristas, sibilinos y complejos. Nadie es completamente lo que parece ser ni lo que desea ser ni lo que aparenta ser. Nadie es como es. Paul Auster desasosiega al lector construyendo toda la novela partiendo de una estructura de cambios de planos y perspectivas. El narrador de la historia cambia varias veces a lo largo de sus páginas y con cada cambio de punto de vista nuestra visión sobre los distintos personajes se modifica. No hay una verdad sino múltiples verdades relativas. No hay tabla de salvación a la que agarrarse. Somos nosotros quienes tenemos que reescribir la historia eligiendo cuales son los posibles matices de cada personajes. La verdad es solo una parte de la verdad. Una mínima parte de la verdad. El tiempo como de costumbre es el traidor de la historia. La parte erótica de la historia seduce. Estamos ante una novela erótica sobre el mal o ante una novela filosófica sobre el deseo y el hechizo del mal. Uno no sabe qué carta jugar. Y mientras nos cuentan sus vidas los protagonistas de "Invisible" reflexionan: "Los acontecimientos que cambian la vida exigen un testigo"; "La compasión es un sentimiento abominable, sin valor; habría que embotellarlo y reservarlo para uno mismo"; "El verdadero amor es cuando sientes tanto placer al darlo como al recibirlo"; " Le encanta follar. Aún en las garras de la más agobiante desesperación, joder lo vuelve loco. El folleteo es el dios y el redentor, la única salvación en la tierra". Para acabar apuntar simplemente que esta novela me ha devuelto un eco de mi pasado literario. En un momento dado se alude a la traducción que una de las protagonistas, Cecile , está realizando de un desconocido poeta antiguo "Licofrón, el oscuro". Poeta que casi nadie ha leído y a quién yo dediqué en el ya lejano 1997 un poema en mi poemario "Quedan las palabras". Quizás sea una oportunidad para rescatar el poema: "A Licofón, el oscuro (325-250 A.C) " Cuenta Ovidio en su destierro,/ preso del rencor o de la envidia, / cómo se clavó en tu pecho una saeta/ y fulminó de golpe tu prestancia.//Poeta trágico de Calcis, / cantor en versos yámbicos/ de los jardines de Alejandría/ y de las profecías de Casandra. //Reverbera el sol en las columnas/ y un ibis sagrado en el estanque/ espera, majestuoso, que decline el día. Que una novela nos devuelva un instante de nuestro pasado es uno de los milagros de la literatura.

sábado, 20 de marzo de 2010

LA ISLA DE LOS PERROS


Lo bueno que tiene ser un lector empedernido es que uno elige el itinerario que quiere seguir. Con los años uno aprende de sus errores y se deja llevar por la intuición. A veces uno se equivoca, como todo en la vida, y a veces se acierta. Uno de mis últimos aciertos es la novela que titulada: " La isla de los perros" [Anagrama, 2009] de Daniel Davies [1973]. Una novela sobre una crisis espiritual y sobre el sentido de la vida, que las críticas al uso airean como novela realista sobre el fenómeno del "cancaneo" en la Inglaterra rural. Es algo así como coger el la parte por el todo y no ver más allá de las intenciones del autor. Desde luego "La isla de los perros" es mucho más que una novela sobre una crisis individual, sobre un hombre que renuncia a una vida vacía y sin horizonte para volver a sus raíces y buscar el sentido a su vida en el sexo anónimo en lugares públicos apartados. Un tema espinoso tratado con cierta ironía y un certero análisis de una sociedad en descomposición e hipócrita moralmente. Como toda buena literatura "La isla de los perros" abre puertas a otras novelas y a otros autores, incluso a referencias cinematográficas. En la página 25 el autor coloca una referencia a otra novela de tema sexual de la que guardo muy buen recuerdo "Marranadas" [1997] de Marie Darrieussecq. Otras referencias literarias: "Corre conejo, corre" de John Updike; Michael Houllebecq; o una muy buena cita de A, Chejov "Vistos desde fuera todos los matrimonios son un misterio". Y es que esta novela está plagada de pequeñas reflexiones de las que destaco algunas: "Hace mucho tiempo que creo que la ambición es una lucha contra la muerte" [pag- 116]; "El verdadero motor del apetito sexual es el deseo de infringir dolor incluso ( y sobre todo) a las personas que amamos"; "Todo el mundo tiene una vida secreta. O al menos todas las personas interesantes"; "La pornografía es el sueño de la sexualidad humana purgada de la realidad humana"; "La violencia nunca anda lejos de la superficie de la vida". Y para concluir, la más devastadora de todas las reflexiones: "Una vez que hemos llegado a la vida adulta, aspirar a la felicidad es mucho pedir. La satisfacción -o lo que e.e. cummings llama la "no-felicidad" me parece mucho más realista". Qué más se puede añadir.

viernes, 12 de marzo de 2010

CON LA SOGA AL CUELLO


Hubiera querido escribir antes sobre este libro de relatos de Flavia Company [1963] pero lo he ido posponiendo a propósito; como quien se deleita en un placer secreto; como quien pospone el deseo. "Con la soga al cuelo" Páginas de espumas, 2009] es un libro de relatos difícil. Su aparente sencillez es engañosa. Frases cortas, secas, descarnadas, como la materia de la que tratan: la vida, el dolor de la vida. Porque la vida duele y duele siempre de manera diferente para cada persona. Hay relatos sobre la violencia familiar [Jacobo], un cuento que me recuerda a otro de Aldo Nove. Los hay que hablan del miedo a saber y de la enfermedad del miedo a saber [Azulejos] uno de lo pocos con final trampa o final sorpresa. Y hay cuentos deslumbrantes que tocan el fondo de los sentimientos. No hay sensiblería ni sentimentalismo, algo que pocos autores logran evitar. Mis relatos favoritos son [Una vida en común] una historia de amor entre mujeres maduras, [Rodajas de limón] que habla del egoísmo con la ironía justa y [Padre e hijo] terrible en su verdad desnuda y provocadora. La mayoría son relatos breves, sin adornos, severos que relatan la miseria moral y física del ser humano; la decrepitud y la pobreza de esos seres que pueblan un mundo cada vez más inhumano. La voz personalísima de la autora sobrevuela cada una de estas historias tristes, pero luminosas. Como toda buena literatura nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos y a defendernos de nosotros, también. Y sobre todo nos ayuda a conocer nuestros defectos, que son infinitos.

sábado, 27 de febrero de 2010

ALFONSO MARTÍNEZ MENA


Pensaba escribir sobre otro tema, pero la actualidad del fallecimiento a los 81 años del escritor Alfonso Martínez Mena (Alhama de Murcia 1928) me empuja a dejar constancia de su muerte. Hay muertes que uno siente más que otras, aunque sea la de personas que sólo has tratado una o dos veces en tu vida; y además circunstancialmente. Afirmar que Martínez Mena era un excelente cuentista sería afirmar una obviedad. Martínez Mena era un escritor de cuerpo entero si nos ponemos a hablar con frases hechas, pero aunque escribió novelas "Conozco tu vida, John" [1969] o "Las alimañas" [1971] se le recordará siempre por alguno de sus magníficos libros de relatos, como: "El extraño"[1967], "Incidentario"[1986], "Otrosí" [1997], que, la mayoría, eran recopilaciones de sus cuentos premiados, ya que había ganado todos los premios de cuentos habidos y por haber. Su obra fluctúa entre el realismo y lo simbólico, más acentuado en su última época. Le conocí en 2001 en Alhama de Murcia en la entrega del premio de cuentos que lleva su nombre. Por entonces yo sólo había leído uno de sus cuentos "Echar la vida a gatos" con el que había obtenido el Gabriel Miró de cuentos. Fue muy amable, aunque saqué la impresión que el cuento con el que gané el premio no había terminado de gustarle. Deduzco que mi cuento era demasiado borgiano para su gusto. Busqué y leí la mayoría de sus cuentos después. Incluso en una librería de Murcia que liquidaba sus fondos encontré un ejemplar de "Antifiguraciones" [1977]. Para mí siempre será un honor haber ganado la primera convocatoria del premio de cuentos Alfonso Martínez Mena, sirvan estas palabras de sentido y humilde homenaje al hombre y al escritor.

sábado, 13 de febrero de 2010

FRANCISCA AGUIRRE

Rompo una de mis reglas; una de mis reglas no escritas: la de no escribir sobre poesía y, menos sobre poetas vivos, pero las reglas están para eso; para romperse. La rompo para hablar de Francisca Aguirre [Alicante, 1930] una de esas poetas secretas o casi; una poeta que se esconde detrás de esa imagen de ama de casa despistada y bohemia que escribe desde las cacerolas y la mesa camilla; una poeta que se oculta tras la sombra de su marido, el poeta Félix Grande (1937] autor, al menos de dos libros de poemas que dificilmente se olvidarán "Blanco spiritual" [1967] y "Los Rubaiyatas de Horacio Martín" [1978] y de una novela que recrea una España rural que ya no es pero que sigue siendo, como bien nos recuerda el estreno de "Nacidas para sufrir" de Miguel Albadalejo. Francisca Aguirre se quita importancia siempre que puede como comprobé en 2007 cuando estuvo en Murcia leyendo poemas con su marido y su hija, la también poeta Guadalupe Grande [1965] y donde me firmó amablemente el ejemplar que yo llevaba de "La herida absurda" [2006] su último poemario entonces. Confieso que su último libro de poemas, "Nanas para dormir desperdicios" [2008] no me ha terminado de gustar, pero eso pasa a veces con los poetas a lo que amamos desmesuradamente, que cuando encontramos en ellos un pequeño defecto que los humaniza los amamos más sin terminar de amarlos. La poesía de Francisca Aguirre tiene una cualidad que pocos poetas lograr imprimir a su obra. La poesía de Francisca Aguirre, emociona. Consigue eso tan difícil de lograr que es emocionar. Y lo consigue con lo mínimo. Lo logra desde el despojamiento de la palabra. Si he roto mi pequeña regla para escribir sobre ella es para rendir un homenaje a su padre, el pintor Lorenzo Aguirre [1885-1942] muerto a garrote vil en la cárcel de Madrid acusado de auxilio a la rebelión, ya que en 1936 era subdirector de la policía en Madrid. Su hija, que le dedicó uno de sus primeros poemarios "Trescientos escalones" [1977] estuvo en Alicante hace unos días para hablar de uno de sus cuadros "Retrato de mujer". Uno puede intuir lo que la hija sintió ante el cuadro del padre. Ella misma lo ha dejado escrito en uno de sus poemas más conocidos "Hace tiempo": Pero no volvió nunca./ Sólo quedan sus cuadros,/ sus paisajes, sus barcos, / la luz mediterránea que había en sus pinceles/ y una niña que espera en un muelle lejano/ y una mujer que sabe que los muertos no mueren. La emoción en estado puro.