sábado, 24 de octubre de 2009

SÁNDOR MÁRAI



Acabo de terminar de leer "El último encuentro" de Sándor Márai [Kassa, 1900-San Diego, 1989]. Ya había leído antes "Diarios 1984-1989" [2008] pues siempre me han fascinado los suicidas aunque sean octogenarios. Frente a toda esa gente que se empeña en aferrarse a la vida en el ocaso de ella, aunque sea en condiciones inhumanas, tener la lucidez de pegarte un tiro cuando la vida ya no merece el nombre de llamarse así es un ejemplo a seguir. Márai es un escritor brillante. Un escritor de ideas. Sus novelas se plantean como largos monólogos que cuentan una historia que es sólo parte de la historia, pero realmente lo que importa son los destellos de verdad que disemina en sus novelas. Unos cuantos ejemplos extraídos de El último encuentro. "Uno no puede apropiare de una persona y alejarla de todos los demás sin tener remordimientos"; "Uno siempre conoce la verdad, la otra verdad, la verdad oculta tras las apariencias, tras las máscaras, tras las distintas situaciones que nos presenta la vida"; "La realidad no es lo mismo que la verdad. La realidad son solo detalles"; "La soledad es un lugar lleno de secretos, como la selva"; "Uno siempre responde con su vida entera a las preguntas más importantes...Uno responde como puede, diciendo la verdad o mintiendo:eso no importa"; "Porque la pasión no conoce el lenguaje de la razón, ni sus argumentos"; "Viviendo en soledad uno lo conoce todo, y ya no le tiene miedo a nada"; "Es la mayor tragedia con que el destino puede castigar a una persona. El deseo de ser diferentes de quienes somos: no puede latir otro deseo más doloroso en el corazón humano"; "La culpa ya existe antes, la culpa reside en la intención "; "Sólo a través de los detalles podemos comprender lo que es esencial"; "Quien sobrevive a otro es siempre el traidor". Y para finalizar, una definición de poeta: "Mi padre también es poeta, ¿no lo sabías? Siempre está pensando en otra cosa".

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