martes, 31 de marzo de 2009

YOUSSEF NABIL



La intuición lo es todo en la vida, especialmente en la vida del artista. La primera fotografía que vi de Youssef Nabil [1972, El Cairo] se titulaba "Hope to die in my sleep, self-portrait" y fue como descubrir el destello de un anhelo semejante. Una fulguración. Esa fotografía me trasladaba a un mundo de ensueño, a una realidad paralela más soñada que vivida; más ireal que real. Un refugio para la mirada. Desde aquella fotografía he seguido la pista a este fotógrafo cosmopolita con una fuerte influencia del cine de los años cuarenta y cincuenta, cuyas fotografías son como la fijación de un deseo antes de que se cumpla: una fantasmagoría. La fijación de una fascinación. El tiempo detenido de un milagro. Por delante de su cámara han pasado artistas de todo tipo - Natacha Atlas, Louise Bourgeois, Julian Schnabel, David Lynch, Rossy de Palma, John Waters, Omar Scharif, Pierre et Gilles, Naguib Mahfouz, Gilbert & George, Jean Paul Gaultier, Tracey Emin- actores, escritores, pintores, músicos. Junto a estos retratos destacan sus autorretratos donde se mezclan la soledad, la belleza y la muerte; la nostalgia de la soledad, la belleza y la muerte. Son autorretratos y retratos que, pintados a mano, retocados como si se quisiera erosionar la labor del tiempo inclemente, seducen y sugieren. Están entre el sueño y el ensueño, atrapan la eternidad del instante en el leve parpadeo del disparo de una cámara.

lunes, 30 de marzo de 2009

MAURICE JARRE

Un mes para la melancolía y las defunciones. Le ha tocado el turno a Maurice Jarre [1924-2009] un compositor de bandas sonoras íntimamente ligadas a la memoria sentimental de mi adolescencia en las salas oscuras de los cines y en los cineclubs. Varias veces nominado al oscar a la mejor banda sonora, las tres veces que lo obtuvo fue en sus colaboraciones con David Lean: "Lawrence de Arabia" [1962], "Doctor Zhivago" [1965] y "Pasaje a la India"[1984] según la novela de E.M. Foster. Sus años de plenitud fueron los sesenta. "Anna Kaufmann" [1965] de Pierre Granier, adaptando una novela de George Simenon con Jean-Louis Trintignant y Romy Schneider; "El coleccionista" [1965] de William Wyler con Terence Stamp y Samantha Eggar; "Behold a Pale Horse" [1965] de Fred Zinnemman, que en España se conoció como "Y llegó el día de la venganza" basada en una novela de Emeric Pressburger; "La caída de los dioses" [1968] de Luchino Visconti: "Topaz" [1969] de Alfred Hitchcock; "La hija de Ryan" [1970] de David Lean. Incluso se le pueden perdonar dos títulos no muy brillantes como películas, pero que recuerdo con cariño: " La noche de los generales" [1967] de Anatole Litvak con Peter O´toole y Omar Scharif, película de Agusto M. Torres define en su diccionario como "pretencioso policíaco bélico de amplio reparto masculino" y "Barbarella" dirigida el mismo años por Roger Vadim con Jane Fonda. De los años siguientes se pueden rescatar: "El hombre que pudo reinar" [1975] de John Huston; "El tambor de hojalata" [1978] de Volker Schöndorff según la novela de Günter Grass; y sus dos colaboraciones con Peter Weir en los años ochenta: "Único Testigo"[1985] y "El club de los poetas muertos" [1989]. Son muchas más las bandas sonoras que creó, pero cada cual tiene derecho elegir aquellas que más se adaptan a sus preferencias y a su forma de entender y ver el mundo. Aquí quedan reflejadas las mías, un pequeño homenaje a la nostalgia fúnebre del saqueo del tiempo.


jueves, 26 de marzo de 2009

PETER STAMM



La mirada de Peter Stamm es una mirada fría, pero seductora. Su mirada tiene una cualidad analítica, leve, como si radiografiase la tersa superficie de las apariencias y hurgase detrás de la máscara del interlocutor. No es una mirada agresiva, pero si obsesiva. Una mirada que te obliga apartar tu mirada del rostro que te mira. Es la mirada comprensiva y certera de un escritor. Peter Stamm (1963) es el autor de tres interesantes y no muy extensas novelas publicadas en la prestigiosa, muy cuidada y exquisita editorial Acantilado: "Agnes"[1998], "Paisaje aproximado"[2003] y "Tal día como hoy"[2007]. Y de dos curiosos libros de relatos:"Lluvia de hielo"[1999] y "En jardines ajenos"[2006].Escritor nocturno, de frases breves, escuetas y de difícil simplicidad, sabe diseccionar como pocos las zonas opacas del ser humano actual; un ser desorientado, solitario, angustiado y siempre de paso, buscando algo que nunca termina de encontrar. Sus historias cortas, de aliento gélido, hablan de la incapacidad de los hombres y mujeres para relacionarse en un paisaje desnudo, vacío, inhóspito, pero determinante para la historia que se cuenta. Stamm es un observador atento, minucioso. Describe con detalle y apenas comenta. De sus personajes conocemos lo imprescindible. Son seres solitarios aunque estén en compañía. Su soledad procede de su incapacidad para comunicarse con otros seres. Tienden al cinismo, a la apatía. Sus argumentos podrían ser melodramáticos, pero su tratamiento los convierte en cotidianos. Respiran la rara belleza del misterio de lo cotidiano. Fluyen. Son un extraño cruce entre la pureza de Carver y "devastación emocional" de Askildsen. Sólo hay que leer el cuento que da título a "En jardines ajenos"para sentir la temperatura emotiva de las historias de este escritor cosmopolita. Sus relatos encierran una verdad intuida, más que mostrada; pues como el mismo ha dicho "al ser novelista, aún aspiro a decir la verdad si consigo no dejarme seducir por las palabras".

martes, 24 de marzo de 2009

BETSY BLAIR



Ha muerto Betsy Blair. A pocos jóvenes les sonará el nombre de esta actriz de filmografía no muy extensa y casi siempre en papeles de secundaria, en películas como "Doble vida" [1948] dirigida por George Cukor, "Nido de víboras" [1948] de Anatole Litvak o "El grito" [1957] de Michelangelo Antonioni. ¿Quién recuerda que estuvo casada con Gene Kelly y con Karel Reisz? ¿Quién que tuvo que exiliarse a Europa por estar en las listas del Comité de Actividades Antiamericanas?. Ha muerto y con ella ha muerto un personaje, que fue el símbolo de una época y un país, que parece que ha cambiado más de lo que en verdad ha cambiado, como la terca realidad se empeña en demostrarnos. Betsy Blair fue Isabel, la protagonista de "Calle Mayor" [1956] la película que, el hoy también olvidado, Juan Antonio Bardem [1922-2002] dirigió sobre una obra de Carlos Arniches "La señorita de Trevelez". Betsy Blair fue Isabel, esa solterona de la que se burlan, para matar el tiempo, la abulia existencial y el asco vital de aquella España, los señoritos del pueblo. Ella es el personaje y ella es la película. Su dignidad frente a la mediocridad de la sociedad provinciana y machista que la rodea es la dignidad del débil frente al poder establecido. Isabel es un símbolo y Betsy Blair siempre será recordada por ese personaje. Isabel vive en blanco y negro en la memoria cinéfila, quien ha muerto es Betsy Blair, nacida en 1923 como Elizabeth Boger.

sábado, 21 de marzo de 2009

KAFKA

Si la literatura fuera un bosque, Franz Kafka [1883-1924] sería un árbol frondoso y su sombra, alargada y confortable. Cuesta imaginar el presente literario sin su fantasma, vagamente familiar, cruzando por las calles, plazas y páginas de las mil y una historias pergeñadas por los múltiples y ascéticos seguidores e infinitos admiradores de esa prosa precisa y afilada como el bisturí de un cirujano moral.
Una breve muestra para sobrevivir a Kafka después de Kafka: "K" de Roberto Calasso; "Todos somos Kafka" de Nuria Amat; "Kafka en la orilla" de Murakami; "Kafka y la muñeca viajera" de Jordi Serra i Fabra; el cuento "Hacer feliz a Franz" de Miguel Ángel Muñoz y dos espléndidos libros de relatos, tan similares en sus títulos como diferentes en su temática: "Un amigo de Kafka y otros relatos" de Isaac Bashevis Singer y "El amigo de Kafka" de Manuel Moyano, que contiene entre sus páginas uno de esos cuentos difíciles de olvidar después de haberlo leído "Hojas amarillas". La primavera es la estación ideal para buscar una buena sombra. Kafka lo es.

viernes, 20 de marzo de 2009

LECTURAS

El mes avanza con la lentitud de su propio silencio. Leo para aplacar el estrépito del silencio que me agobia, el vacío de las palabras. Combino lecturas. Combinar lecturas es un arte complejo. Como combinar amigos en una fiesta. Dos recomendaciones de obras que acabo de terminar de leer al mismo tiempo: "Leche" una breve novela de Darcey Steinke y "Carne" un libro de cuentos de Eider Rodríguez. En ambos libros, personajes desorientados que se aferran a la vida a pesar de todo. Heridas, desgarraduras morales. Historias que se alejan de lo previsible. Confiar en que esta cita de "Diarios 1984-1989" de Sándor Márai carezca de vigencia: [1984] 18 de abril "Hoy en día, el escritor que intenta crear algo diferente de lo que la industria de consumo produce para alimentar a los lectores es como el cojo que anda con prótesis, pero de todas formas intenta presentarse a una carrera de cien metros".